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Alemanes en México: una emigración variada e intensa

25 de marzo de 2011

A lo largo de la historia, motivos económicos, culturales y políticos han provocado el flujo migratorio de alemanes a México. La comunidad alemana en tierras mexicanas ha tenido rostro diverso y a veces contradictorio.

La escritora Anna Seghers vivió en México y luego regresó a Berlín Oriental. (Archivo)Imagen: AP

El buque San Luis zarpó en octubre de 1865 y julio de 1866 desde el puerto de Hamburgo con rumbo a Sisal, Yucatán, llevando a bordo a 443 emigrantes alemanes entre los dos viajes. Se trataba de campesinos, obreros y artesanos que tenían como destino un área donde se encontraban localizadas las pequeñas poblaciones de Santa Elena y Pustunich, habitadas en su mayoría por indígenas de la etnia maya.

Napoléon III apoyó al llamado Segundo Imperio Mexicano. (Archivo)Imagen: picture-alliance / maxppp

“En ese tiempo, Alemania estaba sufriendo por la industrialización de muchos productos. Entonces hubo mucha gente que se quedó sin trabajo. Eran gente humilde, sobre todo de Prusia y de Sajonia-Anhalt”, relata a Deutsche Welle la investigadora Alma Judith Durán-Merk, autora de Villa Carlota. Colonias alemanas en Yucatán, un estudio acerca de aquel fenómeno migratorio.

La colonización había sido ordenada por el archiduque Maximiliano de Habsburgo, quien encabezó el régimen monárquico durante el llamado Segundo Imperio Mexicano. Las familias alemanas establecieron en Yucatán la Villa Carlota, comunidad bautizada en honor de la emperatriz Carlota de Bélgica, esposa de Maximiliano.

Este régimen, apoyado por Napoleón III y por grupos de conservadores mexicanos, sucumbiría en 1867 con el fusilamiento del emperador Maximiliano, en un suceso que causó estupor en Europa. Además, “en Santa Elena funcionó el proyecto. Los alemanes fueron bien recibidos. En Pustunich no fue el caso. Por otra parte, las tierras que se les dieron a estos alemanes no eran adecuadas para el tipo de uso agrícola que se les quería dar”, indica Durán-Merk.

Todos estos acontecimientos provocaron el fin del proyecto de colonización, quizá el primer antecedente de emigración masiva desde Alemania hacia territorio mexicano. Algunos de aquellos alemanes permanecieron en Yucatán; otros buscaron probar suerte en Estados Unidos, y otros más regresaron a Alemania.

De todos colores y sabores

A lo largo de los siglos, la emigración alemana a México ha sido tan variada como intensa, y ha respondido tanto a otros sucesos de la historia como a motivos comerciales y culturales.

Por ejemplo, miles de alemanes se establecieron a fines del siglo XIX en la zona sur de México, con el propósito de sacar provecho del auge en la industria del café. Cerca de Tapachula surgieron las fincas Nueva Alemania y Hamburgo, mientras que al norte del estado, casi en la frontera con Tabasco, fue erigida la Finca Prusia, que hoy aún sirve como atracción para grupos de turistas en Chiapas.

Una nueva emigración masiva de personas de origen alemán hacia México ocurrió en 1922, con la llegada de miles de fieles de la iglesia menonita.

También hubo alemanes que se trasladaron a México de manera individual. En 1833 llegó a Puebla el empresario Martin Trischler, originario de la Selva Negra, quien logró establecerse con la venta de relojes.

Walter Reuter, representante de la mejor emigración alemana a México. (Archivo)Imagen: Walter Reuter Archiv

Demócratas, artistas e intelectuales

La presencia alemana en México también ha estado conformada por destacados personajes del mundo de la cultura y el conocimiento. El auge del fascismo en Europa llevó a tierras mexicanas al fotógrafo Walter Reuter y la escritora Anna Seghers, así como a Walter Janka, Alexander Abusch, Egon Erwin Kisch, Gustav Regler y Ludwig Renn, entre otros muchos. Algunos, como Reuter, permanecieron en tierras mexicanas hasta su muerte.

La presencia alemana en México, en los campos de la ciencia y el arte, no se limita a ese momento del siglo XX. Por ejemplo, el fotógrafo Hugo Brehme llegó a México por primera vez en 1905. El alemán dejó testimonio fotográfico de cómo era México antes, durante y después de la revolución mexicana. Brehme obtuvo la nacionalidad mexicana en 1951, tres años antes de su muerte.

También radicó en México a partir de 1964 el pintor Ernst Saemisch, quien había trabajado en la Bauhaus al lado de Paul Klee, Walter Gropius y Feininger, entre otros. Saemisch murió en Valle de Bravo en 1984.

Mariana Frenk-Westheim y Paul Westheim formaron una notable pareja de intelectuales alemanes radicados en México. Él se destacó como escritor de crítica y análisis artístico; ella llevó a los lectores alemanes, a través de su traducción, la misteriosa y fascinante obra literaria de Juan Rulfo. Mariana Frenk-Westheim también fue autora de una valiosa obra poética.

El establecimiento de una planta de VW aportó a la presencia alemana en México. (Archivo)Imagen: AP

También ha habido numerosos ejemplos de destacados alemanes que han contribuido al desarrollo de la ciencia en tierras mexicanas. Muchas generaciones de profesores germanos han ejercido la docencia en el Colegio Alemán Alexander von Humboldt, y han promovido la lengua alemana en el Instituto Goethe, instituciones presentes en México desde hace décadas.

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Los nazis llegan a México

La emigración alemana a México tiene su lado oscuro. A partir de 1933, el régimen de Adolf Hitler buscó tener una mayor presencia en México. Había intereses políticos y comerciales en juego. Las autoridades del Tercer Reich pudieron encontrar aliados en una parte de la comunidad alemana radicada en México.

Por ejemplo, muchos de los finqueros establecidos en el sur de México simpatizaban con el régimen nazi. “Ciudadanos alemanes dueños de fincas cafetaleras ubicadas en Chiapas, pusieron recursos y sus terrenos para actividades de los oficiales del ejército alemán”, señala a Deutsche Welle el periodista Juan Alberto Cedillo, autor del libro Los nazis en México.

México representaba un punto geoestratégico importante, sobre todo debido a la cercanía con Estados Unidos. Por ello, el apoyo al nazismo desde México no se limitó al ámbito cafetalero. “También colaboraron con esas redes empresas alemanas como Casa Bayer, Agfa, la farmacéutica Beik Felix y Cia, Casa Holck, entre otras, quienes proporcionaron cobertura a espías enviados desde Berlín”, sostiene Cedillo.

El apoyo al régimen nazi desde grupos de la comunidad alemana en México prácticamente desapareció al término de la Segunda Guerra Mundial, señala el investigador.

Materia de estudio permanente

La emigración de alemanes a México no ha sido investigada en su totalidad. “Tenemos datos de la llamada migración de élite, pero poco se conoce de otros tipos de migración de alemanes hacia México”, dice Alma Durán-Merk.

Organillos berlineses aún son parte del panorama en la capital mexicana.Imagen: DW

La investigadora de la Universidad de Augsburgo se propone ampliar su estudio, a fin de conocer más acerca de cómo, cuándo y por qué se ha producido el traslado de alemanes a México a lo largo de la historia.

Lazos fuertes

De acuerdo con el Censo General de Población realizado en el año 2000, cuyas cifras son las más recientes en el caso de la presencia de extranjeros, la comunidad alemana en México está conformada por 5.595 personas. 56,2 por ciento de los inmigrantes alemanes son hombres, por 43,8 por ciento de mujeres.

En cuanto a la edad, la mayoría de los inmigrantes alemanes en México tiene 60 o más años (1.346). Le siguen en número los inmigrantes germanos entre 30 y 39 años (1.155), y los que tienen entre 50 y 59 años (958).

Uno de estos inmigrantes alemanes Jürgen Moritz, quien desde hace diez años promueve el desarrollo de las radios comunitarias en México. Para él, la experiencia de vivir en la antigua Tenochtitlan ha sido intensa, mas no del todo fácil. “Por un lado: México tiene todo, tiene un potencial enorme y muy buena gente. Por otro, es triste ver el teje y maneje de la política mexicana, la corrupción, la impunidad y la falta de una cultura verdaderamente democrática de muchísimos líderes y actores de la clase política en el país.”

El también colaborador de fundaciones políticas alemanas coincide con Durán-Merk, en cuanto a la visión general de los alemanes que por diversos motivos y en distintas épocas han vivido en México: “Históricamente, la presencia de alemanes en México es bastante significativa, diferente, contradictoria y poco estudiada”, considera.

Y da sus propios ejemplos: “Los cafetaleros de Chiapas, los exiliados políticos durante el régimen nazi, los alemanes pro nazis y sus contactos con círculos políticos importantes, otras familias y personalidades muy importantes para la vida cultural mexicana, empresas alemanas como la Volkswagen.” Son muchas historias y muy distintas, dice Moritz. “Pero de que los lazos bilaterales son fuertes, no cabe ninguna duda.”

Autor: Enrique López Magallón

Editora: Claudia Herrera-Pahl

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