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Alemania: ¿De quién es la herencia de los Hohenzollern?

Bettina Baumann
18 de julio de 2019

El largo litigio entre la familia Hohenzollern y el Estado alemán es por castillos, objetos de arte, y nada menos que por la autoridad para interpretar un capítulo de la historia alemana.

El castillo Burg Rheinfels, en Sankt Goar, sobre el Rín.
El castillo Burg Rheinfels, en Sankt Goar, sobre el Rín. Imagen: picture-alliance/dpa/T. Becker

Hace apenas unas semanas, el príncipe Jorge Federico de Prusia, bisnieto del último emperador alemán Guillermo II, sufrió una derrota jurídica: a fines de junio de 2019, un tribunal desestimó la restitución del antiguo castillo familiar Burg Rheinfels. El castillo es ahora propiedad de la ciudad de St. Goar en Renania-Palatinado. El castillo Rheinfels no es el único objeto que le gustaría recuperar a la familia Hohenzollern

Un litigio judicial de casi 100 años de duración

Ya desde 2013, esta familia, el gobierno federal y los Estados de Berlín y Brandeburgo negocian sobre la pertenencia y el paradero de decenas de miles de valiosas obras de arte, el derecho de alojamiento gratuito en el histórico castillo de Cecilienhof y los altos pagos de compensación por expropiaciones después de la Segunda Guerra Mundial. Ambas partes buscan un acuerdo extrajudicial, legalmente vinculante.

Al reclamo de varios palacios que hoy están en poder de la nación, y que han sido restaurados con dinero de los contribuyentes, se suman decenas de miles de pinturas, gráficos, esculturas, porcelanas, medallas, muebles, libros y fotografías, objetos de gran valor e importancia histórica. Entre esas joyas se cuentan el "Gabinete de Neuwied", de David Roentgen, uno de los más marvillosos muebles jamás fabricados en Europa; y obras de artistas como el pintor Friedrich Tischbein, de Lucas von Cranach, padre e hijo, así como la vestimenta del emperador Guillermo I o la famosa silla en la que murió Federico II.

Los museos temen el cierre, ¿con razón?

La mayoría de los inmuebles pertenecen hoy al patrimonio de la Fundación Prusiana de Palacios, Jardines de Berlín-Brandeburgo, la Fundación Prusiana del Patrimonio Cultural y el Museo Histórico Alemán. Más de una docena de museos, archivos y bibliotecas temen perder parte de sus propiedades, en caso de que el Estado pierda los procesos judiciales.

Samuel Wittwer, Director de la Fundación Prusiana de Palacios y Jardines, dijo a la revista Der Spiegel que el pabellón de caza Grunewald de Berlín y el Pabellón Nuevo en el parque del Palacio de Charlottenburg tendrían que cerrar si los Hohenzollern vencen al Estado en las cortes.

Markus Hennig, el abogado de los Hohenzollern, rechazó hablar con DW sobre el tema. Pero declaró a la agencia de noticias dpa que no habrá cierres y agregó que el objetivo era "preservar las colecciones en los museos existentes y continuar manteniéndolas accesibles al público".

Castillo de Cecilienhof, en PotsdamImagen: picture-alliance/dpa/C. Soeder

Exigencias monárquicas en tiempos de democracia

El historiador Stephan Malinowski cree, por su parte, que "la familia Hohenzollern debiera dejar de querer controlar la interpretación de la Historia porque esta es una tarea de las instituciones democráticas financiadas con dineros públicos”.

Unos 100 años después de la abdicación del último emperador alemán, que provenía de la familia Hohenzollern, perdura un litigio que empezó con fin de la monarquía y el inicio de la democracia parlamentaria en Alemania.

Después de que la joven República de Weimar confiscara la posesión imperial de Guillermo II en 1918, Prusia llegó a un acuerdo en 1926 con los Hohenzollern, que recibieron de regreso una gran parte de los castillos y numerosas propiedades, incluido el castillo de Potsdam Cecilienhof, en el que el príncipe Hohenzollern quisiera residir ahora.

En 1945, después del final de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de las propiedades y posesiones de los Hohenzollern quedaron en el territorio de la zona de ocupación soviética y más tarde de la Alemania socialista (RDA). Es así como los Hohenzollern fueron nuevamente expropiados.

De los nazis a los comunistas

El tratado de reunificación entre la RFA y la RDA de 1990 reconoció las expropiaciones de tierras y casas como ilegales, pero no la expropiación de inventarios. Por ello, algunos juristas afirman que la familia Hohenzollern y sus herederos tienen derecho a la compensación por los bienes muebles de castillos y posesiones, así como por la expropiación.

A menos que un tribunal concluya que la familia de los Hohenzollern le brindó un "respaldo decisivo” al régimen nacionalsocialista. En tal caso, la ley de 1994 excluye la compensación. Las opiniones de los historiadores son divergentes. Este 24 de julio de 2019, las partes se sentarán a buscar un acuerdo.

(jov/er)

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