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Alemania: amenazas de muerte en zona foco de coronavirus

Anne Höhn | Tessa Clara Walther
30 de noviembre de 2020

En Hildburghausen, la tasa de incidencia de contagios es la mayor del país. Pero la gente aquí protesta contra las medidas de protección. Tras lanzar críticas, el gobernador recibió amenazas de muerte.

Hildburghausen Corona
Imagen: MDR

La administración de la localidad alemana de Hildburghausen recibió el fin de semana pasado a los periodistas en las afueras de su recinto. El jefe de distrito, Thomas Müller, caminaba enérgicamente de un lado a otro entre los equipos de cámaras. Desde temprano, Müller respondía las preguntas de los periodistas que viajaron de toda Alemania: sobre el rápido aumento de casos de coronavirus, la manifestación de los negacionistas de la pandemia y las amenazas de muerte contra el propio Müller, que está ahora bajo protección policial. ¿Qué está pasando en el distrito de Hildburghausen, en el estado de Turingia?

Marcha de negacionistas

Hace unos días, una mezcla de negacionistas del coronavirus, los llamados ciudadanos "preocupados” y partidarios de la ultraderecha, marcharon en Hildburghausen para manifestarse en contra de las medidas adoptadas por la pandemia. Según la Policía, no está claro quién organizó la manifestación. 400 personas protestaron en el centro de la ciudad cantando y sin mascarillas, y las distancias fueron completamente ignoradas. Y esto a pesar de las 588,6 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en la última semana. Al final, la Policía disolvió la marcha que no estaba autorizada.

Müller sigue sin entender a los que protestan: "Cuando se sale a gritar por la ciudad, cantando, en un contexto en que la gente está muriendo en nuestro hospital, eso es macabro. Y además terminan amenazando mi vida e integridad física”.

Después de que Müller criticara a los manifestantes como irresponsables, recibió amenazas de muerte en las redes sociales: "Müller, estúpido. Toma una cuerda y cuélgate", decía un mensaje en Facebook, que entretanto ya ha sido borrado. Müller cuenta desde entonces con protección policial. El político vive en una casa del sur de Turingia desde hace 26 años, conoce a casi todo el mundo allí y casi todo el mundo lo conoce a él, asegura. Eso hace que las amenazas de muerte sean aún más espeluznantes.

Manifestantes ruidosos, mayoría silenciosa

A cien metros de la oficina administrativa del distrito se encuentra el centro de la idílica pequeña ciudad de Hildburghausen. Los únicos que están presentes permanentemente en la desierta plaza del mercado son los oficiales de policía y, de vez en cuando, algunos periodistas en busca de residentes para preguntarles sobre la situación actual. Pero estos no se dejan ver, la gente parece adherirse al confinamiento. Solo frente a un supermercado al final de la calle, se puede ver a algunas personas de Hildburghausen.

A la mayoría no le gusta las protestas y la atención provocan. El comportamiento de los manifestantes les parece irresponsable, incorrecto y difícil de entender. "Me parece lo peor. Pero es así y tenemos que superar esto ahora", comenta una vecina.

Berlín y Leipzig en miniatura

Según Müller, lo que está sucediendo aquí es comparable a las manifestaciones contra las medidas "anticoronavirus” en Berlín o Leipzig, donde cientos, a veces miles de personas se reunieron y violaron repetidamente las normas de higiene y pusieron en peligro a la mayoría.

Thomas Müller ha recibido amenazas.Imagen: Tessa Walther & Anne Höhn

En comparación con miles de manifestantes en Berlín, 400 personas en Hildburghausen apenas parecen dignas de mención. Pero en una ciudad con una población de alrededor de 60.000 habitantes, esta es una cifra significativa. De dónde llega la cantidad de casos al distrito, nadie lo sabe exactamente. La aparición de infecciones allí es difusa, y se extiende a toda la población.

Un poco de normalidad

Muchos en Hildburghausen sufren el encierro: propietarios de negocios sin facturación, padres con hijos en edad escolar en casa y el personal sobrecargado de trabajo en el hospital. Pero la mayoría parece quedarse en casa y se atiene a las restricciones. "Apretando los dientes", como admite un comerciante en una visita rápida a su tienda vacía.

Las escuelas también están cerradas desde la semana pasada, pero Müller quiere tomar nuevas medidas para reabrirlas: las pruebas masivas de coronavirus para los alumnos están previstas para el martes. De este modo, la apertura de escuelas se podría dar y un poco de normalidad podría volver.

Sin embargo, los manifestantes no se dejan impresionar por esto. Ya están circulando en las redes sociales planes para nuevas protestas. Ante ello, Müller vuelve a exhortar a sus vecinos: "Quédense en casa. Es peligroso, no solo para ustedes, sino también para aquellos a quienes puedan involucrar".

Müller espera, como la mayoría de los habitantes, que el número de infecciones baje pronto, y que la ciudad desaparezca de nuevo de los titulares nacionales.

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