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Alemania busca tumba para un millón de años

24 de marzo de 2017

El Bundestag adoptó nuevas normas para el depósito de residuos nucleares. Berlín busca forma y lugar de guardar basura radioactiva hasta mucho más allá de la presente legislatura. Una disputa que lleva décadas.

Imagen: Thomas Kienzle/AFP/Getty Images

En los años 40, cuando los países industrializados comenzaron a darse cuenta de que la energía atómica producía basura, no todos tuvieron consideraron que era de altísimo riesgo. Los estadounidenses y británicos, de hecho, se deshicieron de ella enterrándola o lanzándola al mar. 

En los años 50, el físico bávaro Bernhard Philberth llegó incluso a patentar un método que, suponía, era el más efectivo para deshacerse de los residuos radioactivos: dispararla en dirección al Polo Sur para que se enterrara en los glaciares. Una idea que, por fortuna, fue descartada en la siguiente década.

 

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Décadas más tarde, la eliminación o almacenamiento de los residuos nucleares habría de convertirse en una política propia. Mientras en Estados Unidos se proponía disparar la basura nuclear con cohetes al espacio, científicos alemanes descubrían antiguos túneles de minas de sal como "depósitos ideales”.

La extinta Alemania comunista es la primera en hacerlo: cerca de 37.000 metros cúbicos de basura atómica son enterrados hasta 1998 en Morsleben, Sajonia-Anhalt. A finales de 2001 cayó un bloque de sal de 5.000 toneladas de peso sobre los barriles de basura atómica. Desde ese momento, las interminables reparaciones en Morsleben se han tragado millones de euros.

Alemania asumió en 1965 la antigua mina de sal Asse II, cerca de Wolfenbüttel. Allí hay enterrados 125.787 barriles atómicos, supuestamente, de "baja intensidad de radiación”. Pero más tarde salió a la luz que el 70 por ciento de esos residuos provenían de reactores. Luego sucedió la catástrofe: se filtran 12.000 litros al día. Las paredes estuvieron a punto de colapsar. En 2008 se reveló la gran mentira: Asse II no era segura, como afirmaban todos. Costos de reparación: cuatro mil millones de euros.

Protestas en Gorleben. Imagen: DW/A. Buchberger

Gorleben, el pueblo más famoso de Alemania

El gobierno federal busca un depósito definitivo y más grande desde la década de 1970. Y cuando creyó encontrarlo, quiso mantenerlo en secreto. Se trataba de Gorleben, en Baja Sajonia. Ernst Albrecht, el papá de la actual ministra de Defensa, lo aprobó en calidad de gobernador regional. Pero lo que el Gobierno quiso vender como una especie de "parque nuclear” se convirtió en el mayor campo de batalla política y de protestas en contra del uso de la energía nuclear en Europa. Tanto que el partido alemán Los Verdes asumió el tema en su programa.

Aún así, Gorleben sigue albergando basura nuclear, no solo de Alemania sino también de Francia. Pero cada vez que llega una nueva carga radioactiva, Gorleben se convierte en el pueblo más famoso de Alemania por las protestas callejeras, como los jóvenes que se amarran con cadenas hasta a la carrilera para impedir el paso del letal envío.

Una decisión basada en la geología

Ahora, la ubicación de los depósitos ya no podrá ser rechazada por los enemigos de la energía atómica, así vaya a su propia circunscripción, porque, como dice el Gobierno, "la elección solo se hará basada en criterios geológicos y científicos”.

Alemania decidió acabar con el uso de la energía nuclear en el año 2022. Así que Berlín buscará hasta 2031 el lugar adecuado para sepultar la basura nuclear por un período de un millón de años. Nadie podrá ahora negarse a que ese lugar esté muy cerca de su casa.

Volker Wagener (JOV/DZC)

 

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