Gran indignación causó la exclusión de empresas de naciones contrarias a la guerra de Irak, de la primera ronda de licitación organizada por Estados Unidos para la reconstrucción del país árabe. En la primera fase se cerraron contratos por 18.600 millones de euros. Pudieron participar 63 naciones; aquellas que apoyaron activamente a Estados Unidos en su cruzada contra Irak. Según se escucha en círculos cercanos al Pentágono, citados por el diario economista alemán, Handelsblatt, o el británico, Financial Times, para la segunda fase de licitaciones, podrán presentarse también aquellas naciones que se opusieron abiertamente a una incursión militar en Irak. En esta segunda fase se planean proyectos por 5.000 millones de dólares en las áreas de electricidad, tránsito y recursos hidráulicos. Habrá en el mediano plazo una tercera licitación y el gobierno alemán espera que también en esta tercera fase puedan concursar sus empresas. Alemania se muestra confiada, especialmente a sabiendas de que hacia finales de febrero se planea un encuentro entre el presidente estadounidense Goerge W. Bush y el canciller alemán Gerhard Schröder.

Feria en Kuwait

Mientras se ultiman los detalles sobre la segunda licitación, los empresarios no pierden el tiempo. En Kuwait se efectuó la "Feria para la Reconstrucción de Irak". Durante 5 días, 1.450 expositores de 50 países, entre ellos 55 alemanes, presentaron sus servicios y productos. La feria, que no se compara con los estándares en países occidentales, reunió a viejos conocidos. Muchas empresas alemanas indican que a pesar de no haber participado en la primera serie de licitaciones hechas por el gobierno estadounidense, jamás abandonaron Irak. Empresas como Bilfinger Berger, Babcock Borsig o Siemens están presentes desde hace meses en Bagdad o Kirkuk, pues desde hace décadas participan activamente en la construcción de carreteras, centros de energía eléctrica y centrales hidroeléctricas.

A lo largo de las últimas décadas las empresas alemanas levantaron una estrecha red de conexiones en Irak, sin molestarse si era un dictador el que reinaba o si había guerra, muy al contrario. Las empresas alemanas lograron justamente en 1982, durante la etapa más intensa de la guerra entre Irak e Irán, exportaciones récord a Irak por 3.800 millones de euros.

Encargos estadounidenses

A pesar de las profecías en su contra, las empresas alemanas hace tiempo que operan en Irak. El consorcio Siemens instalará en el norte de Irak una red de telefonía móvil y apoyará en Kirkuk al consorcio de construcción Bachtel, también germano, en el levantamiento de una central de gas. Se trata de un encargo por 95 millones de dólares, en el que también participa la empresa Babcock Borsig.

Recientemente las autoridades estadounidenses de ocupación pidieron a Mercedes-Benz coches todo terreno, y a la empresa Trasco de Bremen, se le encomendó blindar parte de su flotilla de automóviles. Las negociaciones están en marcha, y con la segunda y tercera fase de licitaciones se espera incrementar el terreno alemán conquistado en Irak.