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Alemania - Chile: más allá del marcador

Daniel Martínez7 de marzo de 2014

Tras el triunfo 1-0 sobre Chile la selección alemana fue duramente criticada. Con razón, si solo cuenta el partido amistoso; de forma alarmista cuando se recuerda que la meta es llegar bien al Mundial de Brasil.

Imagen: Getty Images

Los chilenos se marcharon de regreso a casa con una derrota en el marcador, pero ganando en todas las estadísticas importantes del partido de preparación al Mundial 2014 que disputaron en el estadio Mercedes Benz Arena de Stuttgart. La selección sudamericana cosechó merecidos elogios porque dominó a su antojo al equipo anfitrión, Alemania, favorito a ganar el título en Brasil.

Pero tan acertado es alabar el rendimiento chileno, como errado sería tomar el partido amistoso como un criterio serio para evaluar las posibilidades alemanas de conquistar el título en el Mundial. Los dirigidos por Joachim Löw son conscientes de que se presentaron ante su público muy por debajo de su potencial, pero de otro lado, como contó Miroslav Klose en Stuttgart, “para Brasil faltan todavía más de tres meses, no hay que apresurarse a sacar conclusiones”.

El balance de Löw

Más allá del resultado, que de todas formas es una victoria, Alemania puede declararse satisfecha de las enseñanzas que le dejó el partido contra Chile. El seleccionador Joachim Löw, por ejemplo, tuvo por primera vez la oportunidad de aplicar el “modelo Guardiola” del Bayern en el equipo nacional, formando a Philipp Lahm en el mediocampo.

Con esto los alemanes empezaron a darle “rodaje” a un sistema táctico que muy seguramente constituirá una de sus alternativas más valiosas a la hora de enfrentar el Mundial de Brasil. Löw, sin embargo, también pudo confirmar que tienen fundamento las dudas que le genera ese movimiento de las fichas en el esquema posicional.

En Stuttgart el entrenador alemán ratificó que la “guardiolización” de su equipo le aporta algunas soluciones en materia de seguridad en el tránsito del balón y apertura controlada del juego, pero le crea muchos más problemas cuando el rival se decide a explotar el ataque por las bandas.

Lahm, en el medio, significa –por ahora- una Alemania sin defensores laterales, y la consecuencia es, como pudo presenciar el público en Stuttgart, una invitación al contrario para que ataque sin pausa, tal y como lo hizo Chile.

Opciones limitadas

Löw pudo observar a Kevin Grosskreutz en la posición del capitán de Alemania y el Bayern. Su balance: el jugador del Dortmund pone mucho empeño en la recuperación del balón y el taponamiento de la salida del contrario, pero su aporte al juego de transición, y al aceleramiento de la circulación del balón, es muy limitado.

Por el sector opuesto, en la banda izquierda, el seleccionador alemán dejó en claro que más que importarle el enfrentamiento con los delanteros de Chile, su objetivo era brindarle una última oportunidad a Marcel Jansen, del Hamburgo, de conquistar un cupo como lateral en la plantilla alemana que viajará al Mundial.

Jansen se lesionó (volverá a jugar en seis semanas), y ello obligó a Joachim Löw a acudir a una variante que evidentemente no es la que más le agrada: Marcel Schmelzer. El defensor del Dortmund no es la primera opción de Alemania, pero con Lahm jugando en el medio, puede convertirse en la única. Simplemente por esto, por ejemplo, y por lo que le deja al cuerpo técnico de la selección para revaluar las consecuencias de un nuevo dibujo táctico con miras al Mundial, el balance del partido contra Chile tiene que considerarse positivo.

¿Özil? ¿Kroos? ¿Özil y Kroos?

El 1-0 en el Mercedes Benz Arena también le sirvió a Alemania para esclarecer el panorama de la creación de juego. Antes del partido la gran duda de Joachim Löw era ¿quién debe ser el conductor del equipo: Mesut Özil o Toni Kroos? El seleccionador, sin mayor miramiento con lo que propondría Chile, aprovechó el partido amistoso para probar.

El seleccionador alemán Joachim Löw sometió a una prueba especial a su medio creativo Mesut Özil.Imagen: picture-alliance/dpa

Por esto envió a Kroos, y a Özil, a jugar juntos, y con el mismo libreto. Así, teniendo en cuenta las pocas oportunidades que tendrá en el futuro para someter a los dos futbolistas a prueba, les hizo un examen individual e incluso pudo ver si en dúo también podrían encajar en sus planes.

En Stuttgart las dos estrellas no armonizaron como quizás se puede demandar de ellas, y en gran parte la avalancha chilena fue facilitada por esa situación. De otro lado, las pocas oportunidades en las que se juntaron y pusieron a marchar a sus compañeros le dieron la razón a Löw: generando juego ofensivo Alemania no tendrá problemas en Brasil.

Mucho menos cuando futbolistas de la calidad de Mario Götze, Andre Schürrle o Lukas Podolski, activos contra Chile, prendan las luces altas en el Mundial. En Stuttgart los alemanes salieron a la cancha con las luces de estacionamiento pues el equipo aprovecho más para hacer ajustes técnicos que para apretar el acelerador. Para andar a toda marcha todavía queda tiempo, el Mundial empieza en junio.

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