Más de un millar de personas salieron a la calle en la ciudad de Bamberg, en el sur de Alemania, para protestar contra una marcha de ultraderechistas. Los manifestantes, entre los que se encontraba el arzobispo católico de Bamberg, Ludwig Schick, y el alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Andreas Starke, plantaron cara a unos 180 neonazis que acusaban a los refugiados que llegan al país de abusar del sistema de asilo político.

Los ultraderechistas fueron abucheados por los manifestantes, que portaban pancartas con inscripciones como “Nadie es ilegal” o “No al extremismo de derechas”. La policía comunicó que no se registraron incidentes violentos. (dpa)