¿Qué leyes podrían dar un orden al masivo flujo de solicitantes de asilo? El Parlamento alemán, debate sobre una nueva reforma para canalizar el registro de las cientos de miles de personas que buscan asilo.
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Hay muchas cosas por mejorar en la política alemana de asilo. El gobierno de Merkel está elaborando nuevas leyes con la intención de sistematizar lo que algunos llaman "caos de refugiados".
Según estadísticas del Ministerio Federal del Interior, en 2015 llegaron a Alemania 1,1 millones de solicitantes de asilo, pero sólo alrededor de medio millón de ellos ha solicitado asilo.
Más personas siguen entrando al país sin registrarse. Aunque los peticionarios de asilo pueden registrarse ante cinco oficinas diferentes, estas no intercambian informaciones debido a que no están conectadas entre sí y tienen sistemas de computación incompatibles. Así, además de los “no registrados”, están las personas que se registran varias veces.
Ahora, el Gobierno federal se propone crear un registro central de extranjeros al que tengan acceso casi todas las autoridades alemanas. Ese registro deberá tener los datos necesarios para la identificación: fotos, huellas dactilares, país de origen, número de celular, vacunas, resultados de rayos x y otras informaciones de interés sanitario. También el grado de escolaridad o preparación académica debe estar plasmado en dicha ficha.
Digitalización de los datos personales
Las autoridades esperan así una plena identificación de los refugiados. Todas las oficinas que tengan que ver con peticionarios de asilo y refugiados tendrán un sistema digital de almacenamiento y comparación automática de huellas digitales, llamado “fast ID”. Si bien la Oficina Federal de Investigaciones Criminales (BKA) tendrá acceso a estos datos, no lo tendrá la oficina para la Protección de la Constitución (Verfassungsschutz).
Para evitar que algunas personas se registren como solicitantes de asilo en varios países a la vez, el Tratado de Dublin exige tomarles las huellas dactilares a dichas personas, una vez entren a un país de la Unión Europea. Si bien en Baviera se haN estado tomando las huellas dactilares, estas no son legibles en otras partes del país por la diferencia de software.
¿Lugar de residencia por orden?
Por otra parte, un representante de la Oficina federal de Migración y Refugiados (BAMF) ha alabado expresamente la idea de que sean las autoridades las que decidan el lugar de residencia de los solicitantes de asilo porque facilita la identificación única, evita la duplicación de información y permite un mejor control migratorio. La residencia asignada es otro de los datos que debe aparecer en el registro central. Muchos peticionarios de asilo no aceptan quedarse en pueblos pequeños y emigran a las grandes ciudades sin más capacidad para acogerlos.
A partir de febrero los refugiados recibirán una tarjeta con el registro del lugar de residencia asignado que solo se expedirá personalmente a la llegada y de la cual dependerá el pago de los subsidios de ayuda social.
Sin embargo, la organización Pro Asyl afirma que la permanencia de los refugiados no puede ser limitada a las zonas estructuralmente débiles, con pocos puestos de trabajo. Así, la integración en el mercado laboral y la sociedad se hacen más difíciles, critica dicha organización humanitaria.
La Oficina federal de Migración y Refugiados tiene aún 660.000 solicitudes de asilo pendientes que los 900 empleados encargados del registro deben tramitar, dijo un vocero del BAMF. Según Engelhard Mazanke, jefe de la LaGeSo de Berlín, la mayor oficina de inmigración de Alemania, en su entidad está tomando unos cinco meses para que alguien pueda presentar su pedido de asilo. Un grave retraso que algunos abogados pueden aprovechar, ya que el derecho europeo dispone que solo debe haber un máximo de ocho días entre la llegada a un país y la solicitud de asilo.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.