El Gobierno de Gerhard Schröder no pondrá a disposición sus tanques tipo "Fuchs", como había solicitado hace pocos días la Administración Bush. Los tanques "Fuchs" (alemán para "zorro"), ubicados en una base estadounidense en Kuwait, sólo están pensados para entrar en acción en el marco de la operación "Paz Duradera" en la lucha contra el terrorismo, y no participarán en una ofensiva militar. Al mismo tiempo Alemania asegura los permisos para que tanto los EE.UU. como los aliados de la OTAN sobrevuelen su espacio aéreo y hagan uso de las instalaciones militares en suelo germano.

"No hay amenaza de guerra"

El Canciller federal, Gerhard Schröder, no cree que actualmente exista una amenaza de guerra con Irak. La atención debería enfocarse más bien en verificar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.

La postura coincide con el inicio del trabajo de los inspectores de armas de Naciones Unidas en Irak. La labor se retoma luego de cuatro años, cuando fue interrumpida a raíz de las trabas impuestas por Saddam Hussein. Durante los próximos dos meses, los 100 inspectores deberán comprobar, ahora con un acceso notablemente mayor que en la ocasión anterior, si Irak almacena armas biológicas, químicas, o incluso nucleares. Los expertos no se atreven a predecir los resultados de una misión que muchos comparan con buscar una aguja en un pajar.

Obligación histórica y moral frente a Israel

Con su decisión, Schröder arriesga tensar aun más las relaciones con EE.UU., que ahora ve frustrado su exigencia de un mayor compromiso de Alemania en el marco de intervenciones de la OTAN. Al mismo tiempo, Alemania dio un paso decisivo para mantener cierto el equilibrio en sus relaciones externas. El Gobierno responde favorablemente a la petición de Tel Aviv, que renovó su solicitud del envío de los sistemas alemanes de misiles "Patriot" para la defensa antiaérea.

"Los sistemas ‘Patriot’ son exclusivamente de defensa", dijo Schröder explicando la aparente contradicción de asistir a Israel por un lado, mientras que por el otro se retirara de un posible frente iraquí. Según el jefe de Gibierno alemán, la decisión se toma "por la seguridad de Israel y de sus ciudadanos por motivos morales e históricos, aunque no exclusivamente históticos", refiriéndose a la aun vigente política de reconciliación por el holocausto durante la Segunda Guerra Mundial.

Descontento en la oposición

La oposición de centro-derecha en el Parlamento alemán, advierte que el curso político del Gobierno sólo alimenta la pérdida de prestigio internacional del país. Wolfgang Schäuble, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), critica que "los vaivenes del Gobierno demuestran que el Canciller federal se enredó irremediablemente por sus actitud irresponsable durante la campaña electoral". Antes de los comicios de septiembre, que renovaron el mandato de Schröder por otro período de cuatro años, el socialdemócrata había insistido en un rechazo alemán a intervenciones militares.

En el contexto internacional, el liberal Guido Westerwelle afirma que "el precio de dañar las relaciones germano-estadounidenses sería demasiado alto y deshonesto ante la población alemana".

Ciertamente, las declaraciones de Schröder y las reacciones de los adversarios políticos del Gobierno, no dan por terminado este debate en Alemania.