La noticia de la caída del régimen de Bashar Al Asad sorprendió a los alemanes al inicio de una campaña electoral. Pronto se alzaron voces pidiendo que los sirios que se encuentran en Alemania regresen en lo posible rápidamente a su país, para reducir la presión en el tema del asilo y la migración, que tanto polariza. Pero pronto predominaron las posturas más reflexivas, que abogan por mantener el tema fuera de la campaña para las elecciones anticipadas, previstas para el 23 de febrero.

En una primera reacción, se congelaron los procedimientos de asilo para personas procedentes de Siria. La mayoría de esas solicitudes se habían fundamentado con la persecución del régimen de Al Asad.

Lo que opinan los políticos

El lunes, el secretario general del Partido Liberal Demócrata (FDP), Marco Buschmann, dijo en un programa de TV: "La gente que llegó hace muchos años, que en parte ya ha conseguido la ciudadanía alemana y que puede vivir de su propio trabajo, debe tener una perspectiva de permanecer".

A su juicio, distinto es el caso de los que viven de prestaciones, que son la mayoría. "Ellos pueden quedarse con nosotros solo mientras exista el fundamento legal, que era la guerra civil", indicó Buschmann, quien fue hasta hace poco ministro de Justicia.

En forma similar se había expresado ya Jens Spahn, político de la opositora Unión Cristianodemócrata (CDU). Propuso que se ofreciera a quienes quieran regresar a Siria 1.000 euros, para reiniciar su vida allá. Además, planteó la idea de organizar, junto con Austria, Turquía y Jordania, una conferencia para la reconstrucción de Siria y el retorno de los refugiados a ese país.

El partido Alternativa para Alemania (AfD), en parte de extrema derecha, ha usado un tono más duro. Su líder, Alice Weidel, afirmó en redes sociales: "Para quienes celebran en Alemania la libertad de Siria, está a la vista que no existe ya un motivo de refugio. Deberían regresar de inmediato a Siria".

La parlamentaria de Los Verdes Lamya Kaddor, cuyos padres provienen de Siria, señaló a DW que el Gobierno alemán debe velar "sobre todo por que se dé protección a las minorías". A su juicio, habrá que esperar a que sea posible evaluar seriamente la situación.Y plantea interrogantes tales como "¿de qué forma se establece contacto con el HTS, que en Alemania todavía es catalogado como organización terrorista?"

Cautela en el gobierno

En una primera reacción, el canciller Olaf Scholz calificó el derrocamiento del régimen sirio como una buena noticia. Hizo notar que Al Asad "oprimió a su pueblo de manera brutal", es responsable de innumerables muertes y forzó a mucha gente a huir de Siria.

La ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, habló de "un gran respiro inicial" para millones de sirios. Pero advirtió que el país no debe caer ahora en manos de "otros radicales", cualquiera sea su signo.

Cauteloso se mostró también el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, Michael Roth, quien alertó en redes sociales de no "cambiar una sangrienta dictadura secular" por una religiosa, fundamentalista.

Casi un millón de sirios en Alemania

A fines de octubre de 2024 vivían en Alemania cerca de 974.000 personas de origen sirio, según datos del Ministerio del Interior. De ellos, solo poco más de 5.000 tienen estatus reconocido de asilados. Aproximadamente 321.000 reciben amparo en virtud de la Convención de Ginebra sobre Refugiados, por ejemplo, por pertenecer a una comunidad religiosa amenazada. Otras 330.000 personas reciben entretanto "protección subsidiaria", lo que significa que no tienen protección como refugiados ni derecho al asilo.

En 2011, al comienzo de la guerra civil en Siria, solo vivían en Alemania aproximadamente 35.000 sirios.

No se sabe cuántas de esas personas piensan ahora seriamente en regresar a su país de inmediato. Pero en Alemania está claro que muchos sirios cumplen una función importante en el ámbito de la salud y los cuidados de gente mayor, y su partida masiva supondría un problema.

(ers/vt)