Alemania discute por un salario justo
9 de abril de 2007Ha sido tradicionalmente uno de los distintivos de Alemania: aquí los trabajadores ganan más y mejor que en otros países. Ha sido también una de las quejas de los empresarios germanos, que abandonan Alemania en busca de lugares en los que los empleados cobren menos y resulte más barato producir, dejando el mapa del " Standort Deutschland", (Alemania: lugar de producción), con los agujeros de un queso suizo.
Desde hace semanas, la clase política discute en Alemania sobre la necesidad o no de introducir un salario mínimo interprofesional y los últimos argumentos a favor hacen referencia a los trabajadores temporales, cuyos sueldos, dicen las organizaciones sindicales, no cubren el coste de la vida y sólo permiten la supervivencia gracias a la cobertura del Estado.
Uno de cada ocho
En Alemania, uno de cada ocho trabajadores temporales no gana lo suficiente para subsistir y debe recibir ayuda social del Estado, asegura Michael Sommer, directivo del sindicato alemán DGB. "Esto demuestra que las condiciones laborales de una parte importante de los trabajadores temporales son precarias y sus necesidades básicas no están cubiertas", declaró Sommer.
Por eso, Sommer insta al ministro de Trabajo alemán, el socialdemócrata Franz Müntefering, a dar luz verde a un salario mínimo común para todos los empleados por un periodo de tiempo concreto que evite los sueldos por debajo de lo humanamente aceptable y asegure al trabajador 7,50 euros por hora. Algunos Estados alemanes ya han fijado una regla similar, aunque peor remunerada que los 7,50 euros exigidos por la DGB.
En el campo por temporadas
El caso de los trabajadores temporales ha sido ya largamente discutido en Alemania. Por la misma cuestión del salario, pero desde otra perspectiva: estos empleados se encuentran en su mayor parte en el sector agrícola y muchos de ellos son extranjeros.
Para los inmigrantes, comparado con lo que ganan en sus países de origen y con el nivel de vida en éstos, ciertos sueldos no son tan bajos como pudieran parecerle a un alemán. Además, dicen algunos empresarios que prefieren a los empleados extranjeros no sólo porque son más económicos sino porque trabajan mejor que los nacionales e incluso, para ciertas tareas duras como la recogida de espárragos, son los únicos disponibles.
Sin embargo, también los inmigrantes que han de sacar los espárragos de la tierra comienzan a escasear: otros países, como Holanda, sí cuentan con un salario mínimo para el sector y los extranjeros marchan cada vez más allí donde mejor se gana.
Discusión en la coalición
No sólo para el sector agrícola sino para todas las profesiones quiere el ministro de Trabajo alemán que se establezca un salario mínimo. Sus colegas de partido, los socialdemócratas (SPD), lo apoyan en sus planes. "Los sueldos inhumanos y las pagas discriminatorias no deben existir por más tiempo", dijo Kurt Beck, jefe del SPD, al diario Sächsische Zeitung.
Pero los socialdemócratas no gobiernan en solitario en Alemania sino en coalición con el otro gran partido, los democratacristianos (CDU), y éstos se niegan por completo a aceptar la imposición de unos límites por lo bajo a los sueldos alemanes. La CDU apoya los salarios mínimos sólo si estos se regulan por sectores. De lo contrario, el precio podría pagarse en puestos de trabajo, dicen.