Alemania: energéticas asumirán costes del apagón nuclear
27 de abril de 2016
A la espera de analizar a fondo la documentación utilizada por la comisión para presentar sus conclusiones, las empresas afectadas criticaron las cifras barajadas al estimar que sobrepasan sus capacidades económicas.
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Las grandes operadoras energéticas en Alemania asumirán los costes del almacenamiento de los residuos atómicos y transferirán a un fondo estatal hasta el año 2022 cerca de 23.342 millones de euros, según anunció hoy (27.04.2016) la comisión del Gobierno en Berlín de manera unánime.
La ministra de Medioambiente, Barbara Hendricks, consideró que se ha alcanzado un compromiso justo, ya que las nucleares no se desentienden de sus responsabilidades y, a su juicio, se evitan al mismo tiempo exigencias desmesuradas que podrían poner en peligro su viabilidad.
"La sociedad alemana puede vivir con este resultado", comentó Matthias Platzeck, copresidente de la comisión formada por 19 personas, en la que están representados partidos, sindicatos, empresarios y asociaciones, al presentar la propuesta que serviría para tapar el agujero actual entre la previsión de las empresas Eon, RWE, Vattenfall y EnBW y los costes completos de almacenamiento para evitar que acaben recayendo sobre los contribuyentes alemanes.
Con cifras de 2014, la comisión cifró en unos 47.500 millones de euros el coste total del desmantelamiento de las centrales y del almacenamiento de los residuos nucleares. En ese marco propone que las eléctricas establezcan unas reservas de cerca de 19.800 millones de euros para sufragar el cierre y la demolición de las centrales -hasta 2040- y para el empaquetamiento y transporte de los residuos.
Fukushima disparó las alarmas
Los cuatro grandes grupos energéticos llevaban tiempo negociando con el Gobierno sobre el reparto de los ingentes costes y riesgos del desmantelamiento de las plantas y del almacenamiento de los residuos atómicos tras la decisión del Gobierno de Angela Merkel de abandonar la energía nuclear después de la catástrofe en la central japonesa de Fukushima.
A la espera de analizar a fondo la documentación utilizada por la comisión para presentar sus conclusiones, las empresas afectadas criticaron las cifras barajadas al estimar que sobrepasan sus capacidades económicas. En un comunicado, E.ON afirmó que no puede aceptar esas conclusiones por "responsabilidad" ante sus empleados, clientes y propietarios.
El desastre en la planta nipona, en marzo de 2011, hizo que la opinión pública alemana se volviera masivamente en contra de la energía nuclear y llevó al Gobierno de Merkel a adelantar a 2022 el cierre de todas las centrales atómicas del país y potenciar la producción de energías renovables.
La ley de energía nuclear fijó las fechas en las que las operadoras deberán desconectar las últimas nueve plantas atómicas hasta 2022. Las ocho centrales de más antigüedad, sin embargo, fueron clausuradas de inmediato. El problema surgió entonces sobre quién asumiría el elevado coste de poner fin a este tipo de producción de energía, así como la eliminación de antiguos residuos nucleares, que asciende a 48.000 millones de euros.
JC (EFE, dpa)
La larga sombra de Fukushima
Cuatro años después del desastre de Fukushima, la respuesta global a la energía nuclear ha cambiado. Mientras que algunos países continúan desmantelando sus centrales nucleares, otros ven un futuro con energía atómica.
Imagen: Reuters/Kyodo
El terremoto de Tohoku y el posterior tsunami
Fue el peor desastre de la historia de Japón después de la II Guerra Mundial. Hace cuatro años, un terremoto de magnitud 9,3 registrado frente a las costas de la región de Tohoku provocó un tsunami que devastó la costa del noreste de Japón. El resultado: al menos 15.880 fallecidos y 2.694 desaparecidos, además de 6.135 heridos.
Imagen: dapd
Fuga radioactiva en Fukushima
El problema es que lo que empezó siendo un desastre natural acabó convirtiéndose en tragedia por culpa de la tecnología. El terremoto provocó un tsunami de 13 metros que arrasó la central nuclear de Fukushima Daiichi. Tras el impacto, los sistemas de refrigeración de la planta fallaron, provocando el sobrecalentamiento de tres reactores y la consiguiente fuga radioactiva.
Imagen: Reuters/Kyodo
Central de Three Mile Island
El caso de Fukushima no es el primero de la historia. En el año 1979, en la planta nuclear de Three Mile Island, en Middletown, Pensilvania, un fallo en el circuito de la planta provocó una fuga radioactiva. Las bombas de alimentación dejaron de funcionar, provocando la fuga de 120.000 litros de refrigerante del circuito primario. Unas 140.000 personas, entre mujeres y niños, fueron evacuadas.
Imagen: AFP/Getty Images
El legado de Chernóbil
Hasta Fukushima, el desastre de Chernóbil fue el peor accidente nuclear de la historia. En 1986, un repentino incremento de potencia en la Unidad 4 de la central de Chernóbil, en Ucrania, destruyó el reactor y liberó una nube radiactiva que se extendió por Rusia y Europa. 335.000 personas fueron evacuadas en un radio de 30 kilómetros y al menos 30 murieron como consecuencia del accidente.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nueva planta nuclear en EE. UU.
A la Unidad 2 de la planta Watts Bar en Tennessee se le están dando los últimos retoques, luego de un largo retraso por una baja demanda en la región. Su planta hermana, Watts Bar Unidad 1, se inauguró en 1996 y era, hasta ahora, la central nuclear de apertura más reciente. El país prevé seguir abriendo plantas nucleares, pues las considera una alternativa viable a los combustibles fósiles.
Imagen: picture-alliance/AP/Tennessee Valley Authority
Período de transición en Alemania
A pesar del fuerte movimiento antinuclear, la coalición de centroderecha de la canciller Angela Merkel trató de retrasar la fecha de eliminación de la energía nuclear de 2022 a 2034. El objetivo de 2022 había sido establecido por su predecesor, Gerhard Schröder, de centroizquierda. Merkel justificó el retraso alegando que se trataba de un período de transición hacia las energías renovables.
Imagen: picture-alliance/dpa
Merkel reacciona con rapidez
Después de la catástrofe de Fukushima, el gobierno alemán reaccionó con rapidez y cerró de manera definitiva ocho plantas nucleares. La coalición de Merkel decidió eliminar por completo el uso de la energía atómica hasta el 2022, adoptando la fecha originalmente establecida por Schröder. Ahora, Alemania ha decidido extender el uso de energías renovables en un 80 por ciento para el año 2050.
Imagen: picture alliance/Hinrich Bäsemann
Italianos confirman la prohibición nuclear
Al igual que Alemania, Italia también tiene una larga historia de activismo antinuclear. Después del desastre de Chernóbil, los italianos votaron para prohibir la energía nuclear en 1987. Sin embargo, en 2011, el entonces primer ministro, Silvio Berlusconi, trató de reintroducir la energía atómica. En un referéndum, los italianos rechazaron nuevamente el uso de energía nuclear en su país.
Imagen: picture-alliance/dpa
El futuro nuclear en Reino Unido
La coalición conservadora-liberal en Reino Unido también promueve la energía nuclear para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la planta más reciente desde 1996, Hinkley Point C en Somerset (en la foto), se enfrenta a un proceso legal por el uso de dinero estatal para su construcción. El costo de la planta se calcula en unos 34 mil millones de euros.
Imagen: picture-alliance/Simon Chapman/LNP
La India amplía el uso de energía atómica
Nueva Delhi planea cuadruplicar su capacidad nuclear en 2020, abasteciendo así un 25 por ciento de la electricidad en el país. Sin embargo, el plan ha sido fuertemente rechazado. Manifestantes han interrumpido repetidamente los trabajos de construcción de la central nuclear de Kudankulam, parcialmente subsidiada por Rusia. Moscú ha ofrecido construir una docena de reactores nucleares en la India.
Imagen: picture-alliance/dpa
China mira más allá del carbón
Pekín está buscando un aumento más modesto en su capacidad nuclear. La República Popular planea generar un 6% de su electricidad a través de energía atómica para el 2020. Actualmente se encuentra en construcción la central de Changjiang (en la foto), en la provincia de Hainan. La energía nuclear puede reducir, en gran medida, la dependencia de China de las contaminantes plantas de carbón.
Imagen: picture-alliance/dpa
La dependencia de Francia
El 75% de la electricidad que consume Francia procede de energía nuclear. A pesar de que el presidente Hollande prometió reducir la dependencia atómica del país, sólo se ha anunciado el cierre de una planta, situada en la frontera con Alemania. El resto de las centrales, que suman 20, siguen humeando en el corazón de Europa.