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Alemania está ignorando los intentos de chantaje de Gazprom

Andrey Gurkov
20 de septiembre de 2021

El esfuerzo de Moscú para forzar el inicio del oleoducto Nord Stream 2 no ha tenido éxito hasta ahora. Esto se debe a que el público en general ni siquiera ha notado la explosión del precio del gas, opina Andrey Gurkov.

El gasoducto Nord Stream 2 tiene capacidad para bombear 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año desde Rusia a Alemania.
El gasoducto Nord Stream 2 tiene capacidad para bombear 55 mil millones de metros cúbicos de gas al año desde Rusia a Alemania.Imagen: Jens Büttner/dpa/dpa-Zentralbild/picture alliance

Imagine que los precios se disparan, pero nadie está prestando atención. Así se puede resumir el estado actual del mercado europeo del gas. Debe ser muy frustrante para los jefes de Gazprom en Moscú. Se les ocurrió una forma inteligente de chantajear a los europeos, pero, aun así, estos clientes despreocupados ni siquiera se dieron cuenta.

Durante meses, la corporación estatal rusa ha estado, aparentemente, persiguiendo el objetivo de obligar a los europeos a emitir un permiso de operación rápido e incondicional para Nord Stream 2. Poner ambos tramos de este nuevo gasoducto en pleno funcionamiento simultáneamente contravendría las leyes del mercado energético de la UE. Por lo tanto, Gazprom necesitaría una exención, pero hasta ahora ha sido negado.

Para aumentar la presión, el proveedor de gas más grande de Europa vendió en el verano todo el gas en sus instalaciones de almacenamiento en la UE, mientras que, al mismo tiempo, no reservó ninguna capacidad de transporte adicional a través de Ucrania y Polonia más allá de lo que ya se había acordado contractualmente.

Bajas reservas de gas para el invierno

En consecuencia, solo unas semanas antes del inicio de la temporada de calefacción, los niveles en las instalaciones europeas de almacenamiento de gas  están en un mínimo histórico, y en septiembre los precios del gas al por mayor se dispararon por el cielo. Esto se vio agravado por el hecho de que, por varios meses, la mayoría de los buques de Gas Natural Licuado (GNL) de todo el mundo se enviaban a Asia, donde los precios eran aún más altos.

Andrey Gurkov, periodista de DW.

Como resultado, Europa se encamina hacia el invierno sin sus habituales reservas de gas. Si hace frío antes de lo habitual, o durante un tiempo particularmente prolongado, los proveedores europeos de energía y calefacción probablemente terminarán pagando precios terribles en el mercado al contado. Alternativamente, podrían recurrir cada vez más al carbón y al petróleo, y estos también se volverían más caros. Los costos adicionales se trasladarían, al menos parcialmente, a los consumidores.

Nefastas advertencias en los medios rusos

Esa fue la situación cuando Gazprom anunció, a principios de septiembre, que Nord Stream 2 había sido completado. Y Moscú ha hecho saber a los europeos de varias maneras sutiles, por ejemplo, recientemente, a través del portavoz de prensa de Putin, que si la totalidad del nuevo gasoducto pudiera conectarse a la red lo más rápido posible, los suministros a Europa este invierno estarían asegurados, y los precios ciertamente bajarían.

Si Moscú creía que en estas circunstancias los consumidores europeos preocupados presionarían a sus gobiernos, se trata de un grave error de cálculo. Desde hace semanas, los medios de comunicación rusos han sido los únicos que han reportado que los europeos se congelarían este invierno, o tendrían que desembolsar una fortuna. Pocos en Europa sabían que el precio en la UE de 1.000 metros cúbicos de gas había alcanzado los 600 dólares (512 euros) y que luego había trepado hasta los 750 dólares y se acercaba a los 800. Finalmente, el 15 de septiembre, alcanzó los 950 dólares, ¡casi 1.000!

Los europeos ignoran los aumentos de precios

El público europeo en general no ha notado nada de esto y, por lo tanto, no está siguiendo el juego que anticipó Gazprom. Esto es especialmente cierto en Alemania, de lejos el mayor importador de gas natural ruso.

Los medios de comunicación alemanes apenas han prestado atención al aumento vertiginoso de los precios al mayor del gas en la UE en los últimos meses. En particular, han ignorado casi por completo la reciente actividad especulativa en el mercado al contado. Quizás esto pueda explicarse, en parte, por el hecho de que los proveedores alemanes de energía suelen comprar gas mediante contratos de precio fijo a largo plazo, por lo que los enormes aumentos de precios simplemente todavía no han alcanzado al consumidor final.

Recorrido del Nord Stream 2.

Oportunidad para Los Verdes y el FDP

Sin embargo, si la inminente escasez de gas significa que cada vez más empresas de servicios públicos se ven obligadas a subir los precios en un futuro próximo, el problema podría convertirse en el centro del interés público. En Alemania, esto probablemente suceda poco después de las elecciones del 26 de septiembre, cuando las negociaciones de la coalición estén en curso.

Además, las discusiones podrían tomar un giro que no sería del interés de Gazprom en lo absoluto. Es más, constituiría una excelente oportunidad para Los Verdes, que son oponentes acérrimos del oleoducto, lo que le daría peso a su exigencia de que el proyecto se detenga por completo. Tampoco es probable que los liberales de libre mercado del FDP respondan bien al intento de chantaje del monopolista estatal ruso. Es casi seguro que uno o incluso ambos partidos políticos participarán en las negociaciones sobre la formación del próximo gobierno alemán.

¿Cómo se hizo la UE tan dependiente de Rusia?

Por lo tanto, la discusión no será cómo emitir un permiso de operación para ambos tramos del Nord Stream 2 lo más rápido posible, aunque eso ciertamente aliviaría la presión sobre los precios. En su lugar, es probable que se hagan llamados a acelerar aún más la transición de Alemania a las energías renovables, a fin de reducir su obvia dependencia de los suministros energéticos rusos.

También seguramente habrá preguntas sobre cómo fue posible que las instalaciones más grandes de almacenamiento de gas natural en Alemania y Austria quedaran bajo el control de una compañía rusa que está controlada por el Kremlin. La primera propuesta bien puede ser la introducción de un requisito legal para que los operadores de almacenamiento privado mantengan un alto nivel mínimo de gas al comienzo del período de calefacción.

Así que quizás Moscú debería estar realmente complacido de que Alemania haya estado ignorando sus intentos de chantaje. Al menos por ahora, esto le ahorrará a Gazprom muchos problemas en su mayor mercado de ventas, que ya está trabajando para acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles.

(rr/cp)