Los tiempos en que los alemanes bebían más de 145 litros de cerveza per cápita anuales quedaron atrás hace casi 40 años. Sin embargo, tras años de consolidación, la industria cervecera está bastante satisfecha con un consumo medio per cápita de unos 92 litros. Las ventas anuales ascendieron a unos 7.600 millones de euros. Pero queda por ver si los alemanes seguirán consumiendo cerveza en la misma medida.

La mayoría de las 1.500 cerveceras alemanas prevé aumentar sus precios entre el seis y el nueve por ciento. Después de todo, según la Asociación Alemana de Cerveceros, las empresas sufren una enorme presión de costos después de la pandemia del coronavirus.

Según la Oficina Federal de Estadística, las cerveceras alemanas vendieron el año pasado unos 8.800 millones de litros de cerveza. Aunque esto corresponde a un aumento del 2,7 por ciento en comparación con 2021, el balance final es que las ventas nacionales de cerveza, "con un descenso del cinco por ciento, seguían estando muy por debajo del nivel anterior a la crisis", resume Holger Eichele, director ejecutivo de la Asociación Alemana de Cerveceros.

Más de 40 cervecerías desaparecieron del mercado como consecuencia de las pérdidas causadas por el coronavirus. "Y tememos que esta cifra aumente", afirma Eichele. "Las pequeñas y medianas empresas, en particular, corren el riesgo de los elevados costos derivados no solo de la crisis por la pandemia, sino también de la actual crisis energética", agrega.

Hasta las tapas cuestan ahora más del doble

Si bien, en Alemania, aún existen unas 1.500 cervecerías, estas se enfrentan a un año comercial extremadamente difícil debido al enorme aumento de costos. "La malta y el dióxido de carbono se han encarecido un 90 por ciento. En el caso del vidrio nuevo, es decir, las botellas retornables, fue un 70 por ciento. Las tapas, un 120 por ciento, y las etiquetas, un 30 por ciento", calcula Eichele. Como resultado de esta avalancha de costos, la empresa Veltins, por ejemplo, también está aumentando sus precios un seis por ciento.

Antes de la crisis, una tonelada de malta cervecera costaba unos 300 euros. En la actualidad, el precio supera los 700 euros", subraya el portavoz de la cervecera Veltins, Ulrich Biene. Las cajas de cerveza también se han encarecido un 40 por ciento. En lugar de unos cinco euros, las cerveceras tienen que pagar ahora hasta ocho euros por ellas. Esto se refleja asimismo en el precio de los barriles de cerveza, que han subido hasta un 60 por ciento. Y el precio del lúpulo, indispensable para la cerveza, ha escalado un 35 por ciento.

Todo esto, sin contar con los costos de producción en electricidad y gas. La Asociación Alemana de Cerveceros cifra el aumento en un escalofriante 750 por ciento. "Estamos lidiando con problemas que la industria cervecera desconocía", dice Biene. Además de la fuerte subida de los precios de las materias primas y demás productos, la inflación es otro factor determinante de los costos.

La mayoría de las cerveceras, como el grupo Bitburger, propietario también de las marcas König Pilsener, Licher y Köstritzer, afirman que no tienen más remedio que subir los precios de la cerveza. Incluso para la establecida cervecera Fiege de Bochum, cuya producción anual alcanza los 130.000 hectolitros, no hay alternativa a una subida de precios. Para la copropietaria, Carla Fiege, "una repercusión proporcional a la explosión de costos en el mercado es desgraciadamente inevitable para poder reaccionar a la situación actual".

(ct/rml)