Alemania inaugura polémicos centros de inmigrantes
2 de agosto de 2018Acelerar los procedimientos de asilo y reunirlos bajo un mismo techo. En síntesis, esa es la idea detrás de los centros de tránsito de inmigrantes de Alemania, también conocidos como centros de "Anker". El nombre deriva de las palabras alemanas para llegada, recepción y retorno.
En cada centro se pueden alojar hasta 1.500 refugiados y migrantes. Las llegadas, las solicitudes de asilo y las decisiones sobre dichas gestiones, todo se llevará a cabo en los centros. También las deportaciones.
En cada una de los siete puntos en Baviera, que oficialmente comenzaron a operar como "centros Anker" el 1 de agosto, estarán presentes todas las agencias involucradas en el proceso de asilo, aseguró recientemente a la prensa Joachim Herrmann (CSU), ministro del Interior del estado de Baviera.
La fase piloto de los centros tendrá una duración de seis meses. Luego llegará el momento de las evaluaciones y las conclusiones. Solo después de que se completen dichas evaluaciones, el gobierno federal tendrá que crear una base legal para los centros y para eso dependerá del apoyo de los diferentes estados.
Sin embargo, la perspectiva para el plan es limitada. Además del estado oriental de Sajonia, que tendrá un centro en Dresde, solo Hesse y Renania del Norte-Westfalia han expresado su interés hasta el momento.
Hasta 18 meses
Uno de los objetivos de los centros es acelerar las decisiones sobre las solicitudes de asilo. Werner Schiffauer, presidente del Consejo de Migración, dijo a DW que duda de que esto realmente funcione en la práctica.
Aunque sería lógico reunir a todas las autoridades locales involucradas en el proceso general de asilo para garantizar una mejor cooperación, Schiffauer no cree que todo sea ahora más rápido.
"En casos claros, especialmente con los sirios que vienen directamente de zonas de guerra, los procedimientos ciertamente se acelerarán. Pero lo que apenas cambiará serán los casos difíciles, por ejemplo refugiados de Afganistán que han huido por segunda vez", dijo.
Schiffauer señaló que en dos centros de recepción de migrantes en Bamberg y Manching, el proceso no se ha acelerado. Más de 1.000 personas están siendo alojadas en cada uno de los dos centros bávaros. La gente de allí vive en lugares cerrados sin nada que hacer y están aislados en gran parte del mundo exterior. Son precisamente estas condiciones las que han sido criticadas por las organizaciones de refugiados.
"El diez por ciento de los habitantes de Manching han estado allí por más de 18 meses", dijo el Consejo de Refugiados de Baviera en un comunicado. Agregaron que las personas en estos grandes campamentos sufren de "prohibiciones de trabajar, estadías obligatorias, pérdida de dinero en efectivo, la falta de cursos de alemán y la escolaridad insuficiente".
Según el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, a nadie se le permitiría permanecer en uno de los nuevos centros de transferencia de migrantes por más de 1 año y medio.
Enfoque 'contraproducente' para la integración
No solo las organizaciones cuestionan el tiempo que los solicitantes de asilo pierden en los centros; el Departamento de Integración, Trabajo y Asuntos Sociales del Senado de Berlín ha criticado la idea general del proyecto.
Por supuesto, se apegarán a la situación legal, dice la portavoz Regina Kreiding en conversación con DW. "Pero políticamente, consideramos que es contraproducente y no propicio para la integración, si se ubica a tanta gente en un alojamiento tan grande durante un período de tiempo tan largo".
Schiffauer, que es un investigador de temas migratorios, cree que uno de los principales objetivos de los centros es evitar que los refugiados sigan llegando a Alemania.
"Los centros actúan como un elemento de disuasión, eso está claro. Se trata de enviar una señal a los refugiados de que no son enteramente bienvenidos aquí", dijo.
Esta táctica podría funcionar, pero se produce a expensas de la integración. Las condiciones más difíciles en un centro de transferencia de inmigrantes, como la controvertida estipulación que exige que residan en el centro, también pueden ser traumáticas para los refugiados.
Preocupaciones sobre las condiciones similares a las prisiones
Schiffauer también advirtió sobre las consecuencias para toda la región en la que se encuentran los centros. Él cree que los problemas serán inevitables ya que los centros serían percibidos como prisiones tanto por las personas que viven en ellos como por las comunidades que los rodean.
"Es una carga para una ciudad tener un centro Anker", dijo el presidente del Consejo para las Migraciones, y señaló que la ubicación de dichos centros puede "envenenar el clima social y también crear contrainiciativas".
En general, Schiffauer cree que los políticos están tratando de enviar una señal política a los votantes mediante la creación de los centros.
"Envían una señal a la mayoría en la sociedad: 'Estamos haciendo algo, vamos a tener todo bajo control'", dijo.
Sin embargo, Schiffauer cree que este mensaje es una falacia, ya que este tipo de políticas empuja a las personas hacia opciones ilegales. Señaló que en Suiza, donde ya existen centros similares, muchas personas huyen antes de que se suponga que deben ser deportados, pasando a vivir ilegalmente en países vecinos. "Se promete orden , pero de hecho se crea más desorden", dijo.
De acuerdo con el Consejo de Refugiados de Baviera, alrededor del 30 por ciento de las personas programadas para la deportación en Manching y Bamberg huyeron antes de su fecha de salida.
Esther Felden (DG/VT)
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