Alemania insta a aumentar esfuerzos de paz en Sudán del Sur
11 de agosto de 2017
En Sudán del Sur estalló a finales de 2013, solo dos años después de la independencia, una cruenta guerra civil a causa de una lucha por el poder entre Kiir y el entonces vicepresidente Riek Machar.
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El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, llamó hoy ( 10.08.2017) durante su visita a Sudán del Sur a incluir a todas las partes de la oposición en el diálogo nacional y señaló que esto podría "detener la guerra y conseguir la estabilidad" en el país.
Gabriel señaló a los medios tras reunirse con el presidente sursudanés, Salva Kiir, su deseo de "garantizar las participación de todos en el diálogo nacional y animarlos a participar en este proceso".
Ayuda humanitaria
El jefe de la diplomacia germana pidió al término de una reunión con el presidente Salva Kiir más seguridad para la entrega de ayuda humanitaria a la población necesitada. "A veces, la situación es muy peligrosa para los trabajadores de organizaciones humanitarias internacionales", advirtió el ministro.
Gabriel también se mostró preocupado por el uso de niños en la guerra civil. Según Unicef, en Sudán del Sur hay 17.000 niños soldados, que luchan tanto en las filas rebeldes como con las tropas del Gobierno. El ministro alemán dijo que Kiir se había comprometido a prohibir el reclutamiento de niños soldado por tratarse de un crimen.
El 22 de mayo, Kiir anunció un alto el fuego unilateral en el conflicto que desde 2013 enfrenta a las tropas gubernamentales con las fuerzas leales a Machar, aunque este último no fue invitado personalmente a unirse a la iniciativa, pero sí representantes de la oposición.
FEW (EFE, dpa)
Jirafas: gigantes amenazados
Largamente eclipsado por la crisis de la caza ilegal de rinocerontes y elefantes, el problema que enfrentan las jirafas no deja por ello de ser grave. Sus números bajan a gran velocidad y quizás no logre salvarse.
Imagen: DW/Inga Sieg
Una extinción silenciosa
Las cifras de jirafas en estado salvaje se han desplomado en los últimos años, lo que ha llevado a los conservacionistas a hablar de la "extinción silenciosa" del animal más alto del planeta. Hoy se cuentan solo 97.500 ejemplares en el África subsahariana, un descenso de casi el 40 por ciento en comparación con 1985, según cifras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Imagen: DW/Inga Sieg
Un trofeo absurdo
Estas majestuosas criaturas han sufrido por las enfermedades, la pérdida de su hábitat y la caza ilegal, así como por los atropellos y también choques con líneas de alta tensión. Hoy por hoy, en África hay menos jirafas que elefantes. Los ambientalistas aseguran que las jirafas enfrentan un desafío extra por ser consideradas "trofeos" por cazadores furtivos. La mayoría de ellos llega desde EE. UU.
Imagen: Getty Images/M.Ralston
No una, sino cuatro especies
En 2016, un estudio determinó que no existe una especie de jirafas, sino cuatro. La investigación, publicada en la revista Current Biology, está siendo analizada por los especialistas, pero si se reconoce que existen cuatro especies, tres de ellas ingresarán de inmediato a la lista de las especies más amenazadas elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturalezas (IUCN).
Imagen: Getty Images/K.van Weel
¿Cómo obtuvo su largo cuello?
El cuello de una jirafa puede llegar a medir 1,80 metros, pese a que solo tiene siete vértebras, al igual que los humanos. Claro, las de las jirafas son más largas. Para que la sangre pueda llegar al cerebro, el corazón bombea con la fuerza suficiente para que ésta ascienda hasta dos metros. Los científicos todavía intentan resolver el misterio de cómo la jirafa desarrolló este cuello tan extenso.
Imagen: Getty Images/C.De Souza
Un nacimiento violento
Los embarazos de las jirafas son largos: duran 15 meses, y terminan con la madre dando a luz de pie, lo que significa que la bienvenida al mundo es una caída de los recién nacidos desde una altura de 1,50 metros. Pero las jirafas bebés aprenden muy rápido: apenas 30 minutos después de nacer pueden mantenerse en pie y a las 10 horas ya pueden correr junto a sus madres.
Imagen: Getty Images/M.Cardy
Comer y comer
Las jirafas comen la mayor parte del tiempo, masticando varios kilos de hojas a la semana y viajando largos tramos en búsqueda de comida. Pero su estatura puede hacer que beber sea algo muy riesgoso. Para hacerlo, deben separar sus piernas y agacharse, quedando vulnerables a los ataques. Por fortuna, solo necesitan beber una vez cada varios días, pues obtienen mucha agua de las plantas.
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Vaya lengua
La lengua de la jirafa, que llega a medir 55 centímetros, es crucial para que el animal pueda sacar las hojas de las ramas y los tiernos brotes ubicados en las copas de los árboles, donde casi ningún otro animal puede llegar. Las acacias son su plato favorito. Por cierto, la lengua también sirve para apoyar el proceso de nacimiento en los partos.