La detención de los líderes del HDP en Turquía fue el centro de la manifestación, que se desarrolló sin incidentes en Colonia.
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Al menos 6.500 kurdos –hasta 15.000, según los organizadores– se reunieron este sábado (05.11.2016) en la ciudad de Colonia, en el oeste de Alemania, para manifestarse en contra de la política del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Esto, tras la detención de doce diputados del izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP), entre ellos los líderes de esta formación prokurda, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag.
Varios centenares de agentes custodiaron la marcha de los manifestantes, que se reunieron antes del mediodía en el centro y avanzaron por distintos sectores de la urbe. Muchos de los participantes blandían banderas en las que figuraban el rostro de Abdullah Öcalan, el dirigente del Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), prohibido por el Gobierno de Erdogan y considerado una organización terrorista por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
Otros tantos manifestantes portaban carteles alusivos al HDP, y se realizaron llamados a la "resistencia” contra el mandatario del país del Bósforo. El Ejecutivo de Erdogan acusa al HDP de tener vínculos con el PKK, una formación a la que se le atribuyen numerosos atentados perpetrados contra autoridades del país. El HDP niega, sin embargo, tener algún tipo de enlace con ellos.
Sin incidentes
La manifestación fue coorganizada por la asociación Nav-Dem, considerada por los servicios secretos alemanes como una organización que agrupa a colectivos próximos al PKK. El HDP es el tercer partido del hemiciclo turco, con 59 escaños, y se caracteriza por su defensa de los derechos de la minoría kurda a la que pertenece gran parte de su electorado. La formación cree que la detención de sus líderes es una purga instigada por Erdogan.
La Policía colonesa informó que la manifestación se llevó a cabo sin incidentes. La comunidad kurda en Alemania es la mayor de toda Europa, y se estima que alcanza hasta el millón de personas. Hubo una manifestación similar, aunque menos masiva, en París, donde unos dos mil kurdos se reunieron portando pancartas con eslóganes como "Turquía bombardea y Europa guardia silencio”.
DZC (EFE, dpa, AFP)
Francia: la miseria de los refugiados kurdos
En la localidad de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque, 2.000 refugiados kurdos aguardan una posibilidad para continuar su viaje a Gran Bretaña. El lodo y el frío agudizan su miseria. El Estado francés no interviene.
Imagen: DW/B. Riegert
Refugiados varados en Francia
Unos 2.000 hombres, mujeres y niños viven en el campamento improvisado en la localidad francesa de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque. Allí los refugiados kurdos han construido pequeñas tiendas de campaña. Aquí documentamos sus extremas condiciones de vida.
Imagen: DW/B. Riegert
Esperando
Lizman es originario de la región del Kurdistán iraquí. “En casa hay guerra”, dice. Su meta es llegar a Inglaterra. En el campamento ha instalado un pequeño café en una barraca de madera. Este es el punto de encuentro de los jóvenes.
Imagen: DW/B. Riegert
Meta: Gran Bretaña
El iraquí Asis ha pedido prestado un martillo para repara su tienda de campaña y evitar que entren el lodo y el frío. El joven kurdo quiere atravesar el Canal de la Mancha. Para ello, tendría que pagar a un “coyote” hasta 5.000 euros. “Del otro lado todo tiene que ser mejor”, espera Asis.
Imagen: DW/B. Riegert
Una chispa de esperanza
No se sabe cuántos niños viven en el campamento en medio de la basura y el lodo. Voluntarios han recolectado peluches, y de vez en cuando los reparten en la “tienda de campaña de los niños”.
Imagen: DW/B. Riegert
Hundimiento
Esta muñeca se le cayó a un niño en el lodo. Muchas esperanzas se hunden en el campamento. En las noches el frío es inclemente y no hay luz eléctrica. Solo hay unos cuantos inodoros químicos portátiles y un par de duchas.
Imagen: DW/B. Riegert
Voluntarios de Inglaterra
Chris Bailey fue soldado en Irak. Ahora ayuda a los migrantes que quieren llegar a Inglaterra. “Las condiciones aquí son peores que algunas cosas que vi en la guerra”, dice el veterano. En el campamento, reparte cobijas y botas de hule.
Imagen: DW/B. Riegert
Bienvenidos a Francia
Denise (izq.) y Maryse ofrecen té a los migrantes y platican con ellos. Las señoras viven en una bonita casa particular enfrente del campamento: dos mundos separados por una calle. “Las autoridades no se ocupan” de los refugiados, dice Denise. Muchos de sus vecinos quieren que los migrantes desaparezcan.
Imagen: DW/B. Riegert
¿Dónde están los políticos?
Los voluntarios han bautizado los caminos lodosos con nombres de políticos europeos. La avenida “François Hollande” se llama así porque el Gobierno francés no ha mostrado ningún interés por el campamento improvisado. La Policía tampoco interviene, pese a que algunos habitantes del campamento informan de enfrentamientos violentos entre grupos de migrantes, sobre todo en las noches.
Imagen: DW/B. Riegert
Ayuda alemana
A la ciudad alemana de Múnich ya no arriban tantos refugiados. “Aquí nos necestian”, dice Sinan von Stietencorn, de la cocina popular “Volxküche München”. Junto con amigos ha viajado de Baviera al Canal de la Mancha para repartir comida a los migrantes.
Imagen: DW/B. Riegert
Auxilio
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) vacuna a los refugiados contra sarampión y gripe. La humedad, el frío y la falta de higiene afectan sobre todo a los niños. MSF construye un nuevo campamento en Grande-Synthe, puesto que el Estado pareciera no sentirse responsable. Se trata del primer campamento de la organización humanitaria en ese país de la UE.
Imagen: DW/B. Riegert
Una cueva en el infierno
Asim cuenta que huyó del Estado Islámico en Irak. En el campamento ha luchado por un lugar limpio. En su pequeña cueva incluso ofreció un té a nuestra reportera de Deutsche Welle Catherine Martens. “Todos quieren continuar su viaje”, dice Asim.
Imagen: DW/B. Riegert
Tan lejos del sueño
El puerto de Dunkerque se encuentra a diez kilómetros del campamento improvisado. No obstante, las posibilidades de los migrantes kurdos de llegar a Inglaterra son mínimas. Casi ninguno quiere solicitar asilo en Francia. ¿Pagarán a algún “coyote”? ¿Regresarán a Bélgica o Alemania? ¿O simplemente seguirán aguardando?