Gracias a un nuevo etiquetado, los consumidores podrán saber con rapidez cómo ha vivido el animal cuya carne van a comprar. Pero no todos parecen estar de acuerdo con este método. ¿Qué supone esto para los animales?
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A partir de este lunes (1.4.2019), en algunos supermercados alemanes, los consumidores pueden comprobar, a través de una etiqueta, cómo ha sido la cría de los animales cuya carne van a comprar.
Etiqueta única
Dicha clasificación abarca la carne de vaca, cerdo y aves. Las grandes cadenas de supermercados alemanes Aldi, Edeka, Kaufland, Lidl, Netto, Penny y Rewe se han puesto de acuerdo en elaborar dicha etiqueta única para todos los establecimientos.
El sistema consta de cuatro niveles, con cuatro colores: El primero es la "cría en corral” (rojo). El segundo es la "cría en corral más” (azul). Los animales tienen el 10% más de espacio que en el nivel anterior. La categoría tres se denomina "clima exterior” (naranja), porque los animales tienen más espacio y contacto con el exterior. El último nivel es "premium” (verde). Esta indica que los animales tienen la posibilidad de moverse en el exterior. En dicha categoría estaría incluida la carne orgánica.
No todos están de acuerdo con la etiqueta
Las cadenas de supermercados se han adelantando a la iniciativa de la ministra alemana de Agricultura, Julia Klöckner (CDU), que había planeado una etiqueta de bienestar animal para 2020 y que también prevé que los consumidores sepan en qué condiciones vivieron los animales. La ministra criticó la clasificación de los supermercados, porque "solo se refiere al corral o establo (donde viven los animales). La etiqueta que yo propongo para designar el bienestar del animal abarca mucho más”, dijo a Inforadio.
Además, los consumidores no puede reconocer a través de las etiquetas de los comerciantes otros aspectos, como el trasporte o matadero de los animales, critica la ministra.
Otra de las críticas a este sistema es que los granjeros no están obligados a proporcionar más datos sobre los animales. El director de campaña de la organización Foodwatch, Matthias Wofschmidt, advierte que el nuevo etiquetado "no garantiza que los animales estén bien”. Además, el experto advierte que "solo colaborarán las empresas que de por sí trabajan bien”. Según él, lo que realmente es necesario son normas legales para mejorar la calidad de vida de los animales en los corrales y establos.
RMR/er (dpa; AFP)
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¿El fin de la cría intensiva de animales?
El nuevo atlas de la carne promete "recetas para una mejor tenencia de animales". Si repensamos nuestro consumo de carne se benefician animales, consumidores y el medioambiente, afirman los editores.
Imagen: picture-alliance/Presse-Bild-Poss
Cría intensiva de animales a nivel global
El consumo de carne crece rápidamente. Los bosques son talados para crear espacios para plantas forrajeras. La cría intensiva de animales lanza al mercado carne cada vez más barata. Pero el precio a pagar es en realidad muy alto: un gran daño para el medioambiente, así como aguas contaminadas con nitratos. Muchos pequeños agricultores pierden la batalla por los precios y terminan rindiéndose.
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Comer menos carne
Si los alemanes reducen a la mitad su consumo de carne, podrían alimentarse sanamente respetando el medioambiente. Se podría empezar por servir porciones más pequeñas en las cantinas o restaurantes. Para hacer repensar a los consumidores se podría crear una etiqueta de CO2 para la carne o un “impuesto de protección animal”, que promueva la tenencia de animales, acorde con la especie.
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Limitar el uso del abono líquido
En 2017 se esparcieron en Alemania 208 millones de metros cúbicos de estiércol, abono líquido y restos de fermentación. Estos fertilizantes provenían de la explotación intensiva de animales, dentro y fuera del país. En consecuencia la concentración de nitrato en las aguas subterráneas excedió ocho veces el límite marcado por la UE. Así los consumidores pagan más para la producción de agua potable.
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Más campo, menos establo
La regla básica debe ser que un negocio mantenga solamente un número de animales acorde a sus áreas de cultivo. Entonces las excreciones de los animales podrán ser empleadas como fertilizantes en el ciclo agrícola, sin dañar el medioambiente. Además los suelos de las praderas almacenan CO2.
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Etiqueta de buena ganadería
Los consumidores deberían saber de dónde proviene su carne. Los autores del atlas exigen que esté señalado el tipo de tenencia animal, así como detalles sobre el pienso y el espacio disponible para los animales. Pero no será fácil llevarlo a la práctica, ya que faltan tanto los estándares correspondientes en la UE, como una reglamentación acorde por parte de la Organización Mundial del Comercio.
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Reutilizar todo
Entre el 40 y 55 por ciento de un animal sacrificado es considerado “despreciable” y nunca llega al mostrador de una carnicería alemana. Una parte es exportada, causando problemas en los mercados locales. En Alemania son cada vez más los cocineros estrella que redescubren las entrañas, sesos o estómagos con la meta de reutilizar todo el animal, sin producir desechos.
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Tenencia combinada
Plantas fotovoltaicas como pasto de ovejas, huertos frutales para la ceba de gansos o gallinas en una plantación frutal, que coman los parásitos, abonen el prado y encima pongan huevos. La tenencia combinada beneficia a todos: el agricultor obtiene mayores ingresos y los animales disfrutan de una vida acorde a las necesidades de su especie.
Imagen: picture alliance/blickwinkel/R. Linke
El que lo puede todo
Es difícil vender la carne de las vacas lecheras “turbo” o de las gallinas ponedoras industriales y también la descendencia masculina es poco rentable. Sin embargo, hay razas animales que producen tanto carne, como leche o huevos – aunque son más lentas en el proceso de producción. Muchos agricultores ecológicos redescubrieron viejas razas de animales útiles.
Imagen: AP
Muchas reglas, poco control
La tenencia de animales útiles está reglamentada por prescripciones de la UE y por el derecho alemán de protección animal. Los animales deben ser mantenidos acorde a su comportamiento biológico y sin dolores ni sufrimiento. Pero un estudio destapó que más de la mitad de los animales están enfermos. Los protectores de animales exigen mayores penas, más control estatal y un derecho de demanda.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de precios entre minoristas
En Alemania hay cinco cadenas de supermercados que controlan tres cuartas partes de la oferta alimenticia. Los precios son dictados muchas veces por los minoristas, que ofrecen carne barata todas las semanas. Pero, según el atlas de la carne, los líderes en el mercado podrían utilizar su poder para fomentar la protección animal. Por ejemplo, a través de etiquetas controladas independientemente.
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Reorganizar los subsidios de la UE
La UE subvenciona todos los años con unos cinco mil millones de euros sobre todo a los grandes establecimientos – porque el fomento se paga por hectárea. Los autores del atlas de la carne exigen que se redistribuya la ayuda agrícola de la UE entre pequeños y medianos establecimientos y que aquellos que practiquen una tenencia acorde a las especies y al medioambiente también obtengan más dinero.