Alemania: las señales perturbadoras del gobierno de Merkel
Rosalia Romaniec
Opinión
19 de septiembre de 2018
Todos esperaban un mensaje claro de la Cancillería. Hans-Georg Maaßen debía dejar su puesto. Y así sucedió, pero con un ascenso. Un arreglo que puede molestar a muchos votantes, opina Rosalia Romaniec.
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Ya eran las cinco menos doce, cuando Merkel, muy a su estilo, volvió a resolver un problema ardiente. La canciller despidió, a pesar de la resistencia, al controvertido jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (la agencia de inteligencia policial) Hans-Georg Maaßen, logrando, así, pacificar a la coalición.
Una solución típica de Merkel. Y es que todos salieron bien librados: tanto el SPD, que se asomó por la ventana y exigió la renuncia de Maaßen, como Seehofer, quien, por su parte, lo protegió en repetidas ocasiones. Y como si fuera poco: Merkel le dio a Maaßen un trabajo mejor pagado como secretario de Estado en el Ministerio del Interior.
Merkel logró su objetivo más importante al mantener a la coalición unida y lista para seguir trabajando. Dado que el problema tenía el potencial para haber generado una crisis gubernamental considerable, la solución puede ser vista como toda una hazaña política. Incluso si este arreglo llega a generar malestar entre muchos votantes.
En el ring con la canciller
Una vez más, como breve recordatorio: Hans-Georg Maaßen, jefe del servicio de inteligencia nacional, hace unas semanas, había puesto en duda la credibilidad de Merkel. Algo incoherente si se considera las afirmaciones de Maaßen, cuando públicamente afirmó que en los sucesos en Chemnitz no hubo ninguna persecución contra extranjeros, contrariando las declaraciones anteriores de Merkel.
Como Maaßen no pudo justificar sus afirmaciones, de repente su propia credibilidad fue debatida. En lugar de fortalecer el sentido de seguridad de las personas, sembró el miedo y la desconfianza. Incluso en los casos anteriores, como el procesamiento por terrorismo de la NSU y el caso de Anis Amri, perpetrador del atentado al mercadillo de Navidad en Berlín, no quedó bien parado. Trabajar con alguien así es muy arriesgado.
Daños colaterales
La capacidad de moderar conflictos fue considerado durante mucho tiempo la fortaleza de Merkel. Sin embargo, ahora tal virtud se puede interpretar, cada vez más, como una debilidad. Y es que todo parece indicar que Merkel solo puede seguir gobernado a través de malas concesiones a cada paso.
En última instancia, la pregunta sigue siendo cómo los ciudadanos evaluarán a largo plazo el hecho de que alguien que no hizo bien su trabajo, que desacató públicamente a la cabeza del Gobierno y que está más cerca de la AfD de lo necesario pueda seguir su camino, incluso con un ascenso. ¿Es esta acaso una solución política que dejará contentos a los ciudadanos?
En cuatro semanas, cuando alrededor de nueve millones de bávaros acudan a las urnas, no solo decidirán sobre el futuro del jefe de la CSU, Horst Seehofer, sino que también evaluarán a Merkel y su arreglo político. ¿Será pronto para asumir que los votantes no tienen una buena opinión respecto a la manera en que se le dio solución a este problema?
Autora: Rosalia Romaniec (few/mn)
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10 famosos monumentos y estatuas de Alemania
Construidos para conmemorar eventos y personajes históricos, estos monumentos y estatuas recuerdan el pasado capturado en roca y bronce. Estas estructuras no son las únicas, pero están dentro de las más representativas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumento a los judíos asesinados en Europa
Conocido también como "monumento al Holocausto", este vasto monumento está ubicado cerca de la Puerta de Brandeburgo, en pleno corazón de Berlín. Se trata de una superficie cubierta con 2.711 losas de concreto o "stellae". Construido en 2005, el monumento recuerda a los seis millones de judíos asesinados por los nazis. Incluye un centro de información que documenta el destino las víctimas.
Imagen: picture-alliance/Schoening
Monumento a Lutero
Una estatua de bronce de Martín Lutero aparece rodeada de figuras clave de la Reforma en la ciudad de Worms. Ahí fue donde Lutero se rehusó en 1521 a retractarse de sus escritos reformadores. Es el monumento más grande del mundo dedicado a los promotores de la Reforma.
Imagen: Uwe Feuerbach
Monumento a Goethe y Schiller
La doble estatua de bronce recuerda a dos de las figuras más relevantes de la historia literaria alemana. Johann Wolfgang von Goethe y Friedrich von Schiller aparecen frente al Deutsches Nationaltheater de Weimar. La estatua simboliza además la amistad entre estos dos escritores y fue designada en 1998 como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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Monumento en Buchenwald
No lejos de Weimar, los nazis alzaron el campo de exterminio de Buchenwald. Ahí, el régimen hitleriano asesinó a unas 56.000 personas entre 1937 y 1945. El monumento a las víctimas del nazismo fue erigido por el gobierno de la desaparecida República Democrática Alemana en 1958. Su propósito era rendir homenaje a la resistencia comunista en Buchenwald.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumento a Karl Marx
En 1953, el gobierno de la República Democratica Alemana renombró la ciudad de Chemnitz como Karl-Marx Stadt. En 1971, 250.000 personas atestiguaron cómo fue alzada la estatua dedicada a Marx, que mide más de siete metros de alto. Detrás del busto, una inscripción contiene la frase con la que muchos identifican a Marx internacionalmente: "Trabajadores del mundo, únanse".
Imagen: imago/ecomedia/robert fishman
Monumento a Beethoven
Bonn es la ciudad en la que nació el famoso compositor. Por eso, no sorprende que una estatua de bronce dedicada a él domine el panorama en una de las plazas centrales. La estatua data de 1845. El rey prusiano Friedrich Wilhelm IV y la reina Victoria estuvieron presentes en la inauguración del monumento.
Imagen: DW/A. Magazova
Monumento Hermann
Con 54 metros de alto, este monumento ubicado cerca de Detmold fue construido entre 1838 y 1875. Recuerda a Arminius (Hermann), un jefe militar germánico que triunfó sobre tropas romanas en el año 9 a.C. En el siglo XIX, el monumento es testimonio de la búsqueda por una unidad e identidad nacionales en lo que hoy es Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa
Monumento a la Batalla de las Naciones
Con sus 91 metros de alto, es uno de los monumentos más grandes de toda Europa. Conmemora la derrota de Napoleón a manos de tropas rusas, austríacas, prusianas y suecas en 1813 en la Batalla de Leipzig. Fue inaugurado en 1913, un siglo después de aquella conflagración. Las torres acompañan al "mar de lágrimas" dedicado a los 120.000 soldados que murieron en la cruenta batalla.
Imagen: Sandor Jackal - Fotolia.com
Monumento Niederwald
La estructura monumental ubicada cerca de Rüdesheim recuerda el final de la guerra franco-prusiana y la fundación del Imperio alemán en 1871. Tiene una altura de 38 metros, dominados por una efigie de Germania frente a un trono blandiendo la corona imperial.
Imagen: picture-alliance/dpa
Salón de la Fama Walhalla
Las torres del Salón de la Fama Walhalla, con sus formas inspiradas en la Grecia clásica, otean el panorama que rodea a Donaustauf, cerca de Ratisbona. El monumento fue inaugurado en 1842 y recibió su nombre del lugar donde, según la mitología nórdica, iban a parar las almas de los soldados caídos. El Salón conmemora a artistas, científicos, compositores y luchadores por la libertad en Alemania.