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Alemania-Latinoamérica en los últimos diez años

Mirra Banchón 30 de agosto de 2013

¿Cómo han evolucionado las relaciones entre Alemania y América Latina? ¿Cuál es su perspectiva? Con vistas a las elecciones elecciones alemanas de septiembre, DW hace un balance con especialistas europeos.

Guido Westerwelle, ministro alemán de Exteriores, en el Canal de Panamá (febrero 2012)Imagen: dapd

“Hace diez años, Alemania era para Brasil un país importante. Hoy Brasil es un país muy importante para Alemania, pero no viceversa”, afirma Wolf Grabendorff, profesor invitado de la Universidad Andina Simón Bolívar en Quito.

“En esta década el mundo ha cambiado radicalmente y con ello el papel tanto de América Latina como de Alemania en el contexto internacional. El poder de los BRICS y el cambio en las relaciones económicas hacen que hoy China sea el principal poder comercial en la región –con excepción de México y América Central-. Estados Unidos y la Unión Europea, y con ella Alemania, Estados han perdido mucha presencia en una América Latina que mira ahora mucho más al Pacífico y menos al Atlántico”, dice Grabendorff.

En este contexto, independientemente de la orientación del gobierno alemán, “Alemania es hoy en día un pequeño país en una UE que ha perdido influencia en América Latina, en parte porque ha perdido fuerza su modelo de integración. Ahora los modelos están menos en Europa”, afirma Grabendorff, quien como investigador y catedrático sigue las relaciones entre su país y América Latina desde hace varias décadas.

Ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, en Montevideo (2010).Imagen: picture alliance/dpa

Renovables, entre las ideas y la realidad

Aunque en el 2009 tuvo una buena resonancia que el gobierno alemán –de conservadores y liberales- presentara un concepto nuevo para sus relaciones con América Latina, en el cual se enfocaban mucho los temas comerciales y la cooperación científica y técnica, “éste no tuvo demasiado efecto”, dice Grabendorff. Tanto es así que aunque “la presencia de la industria alemana de energías renovables es bastante importante, Alemania es más importante en las ideas que en el comercio. En energía solar los chinos son más importantes”, opina.

Por otro lado, Mandred Nitsch, profesor emérito de economía política del Lateinamerika Institut de la Universidad de Berlín, estima que “ese `nuevo´ concepto, enmarcado en la política de la Unión Europea, sí ha dado frutos”. Y resalta los acuerdos bilaterales que han aportado a las inversiones y al comercio en los últimos cinco años.

“Un aspecto interesante de ese concepto”, destaca Nitsch, “era que se incluía la cooperación en la energía nuclear pacífica. Sin embargo, un año después, Fukushima aceleró la “Energiewende”; Alemania retiró su cooperación en el campo nuclear y ahora –aunque más en el discurso que en la realidad- se encuentra más del lado de las energías renovables”, afirma Nitsch.

¿Algo más que comercio?

De “intensificar las relaciones entre Alemania y América Latina y el Caribe” se hablaba en la propuesta de Berlín. En ese marco, oficialmente, se consideran muy positivos los tres viajes que entre 2010 y 2012 realizó el ministro alemán de Exteriores a la región; también la asistencia de la canciller Angela a las cumbres de Lima y de Santiago. Y a más tardar en 2012 se comenzó a hablar de una relación entre iguales.

“El peso económico ganado por muchos países de América Latina los ubica como países de renta media-alta. Esto los saca de la lista de países receptores de cooperación internacional, algo que marcó la relación de Alemania y Centroamérica por muchos años. Por otro lado, esto ha hecho que haya cambiado bastante el complejo de superioridad que tenían los europeos hacia los “pobres latinoamericanos”, afirma Nitsch.

Foto de familia en la Cumbre UE-CELAC, Santiago de Chile, enero de 2013.Imagen: Getty Images

Es más, “en la política alemana se tiene todavía la visión de América Latina como de nuestros primos”, dice Nitsch. “A nivel del G20 y de Naciones Unidas, Brasil, Argentina, México y hasta cierto punto Chile y ahora Costa Rica se interpretan aquí como una extensión de la OCDE y la visión que se tiene es que hay que incorporarlos a “Occidente”. Es una visión muy conservadora que no ha perdido la arrogancia de los `poderes viejos´”, dice Nitsch.

¿Cooperación entre iguales?

No obstante, “sí es verdad que la crisis de los países mediterráneos ha impulsado una relación más entre iguales”, prosigue Nitsch. “Quizá no tanto con Alemania como con Grecia, España e Italia”, afirma.

Según cuenta a DW Heike Pintor Pirzkall, politóloga y profesora en Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. “Alemania se ha dado cuenta de que España –que ha reducido en un 53% su presupuesto de cooperación- ya no es su competidor y se ha convertido en el inversor y cooperante número dos en la región", afirma Pintor, agregando que la cooperación alemana es un instrumento de su política comercial y va en tándem con su Cámara de Comercio.

Así las cosas y a pesar del discurso de cercanía entre Alemania y Latinoamérica, ¿hay algo más que relaciones comerciales entre ambas? “Muy poco. Si hace 50 años los inmigrantes alemanes en la región hacían que América Latina fuera importante para Alemania, hoy se ven como actores que no son tan cercanos como lo son Estados Unidos y Canadá”, apunta Grabendorff.

Perspectivas

Por último, y con miras a las elecciones germanas: ¿Una nueva configuración de la cúpula alemana se traduciría en un nuevo derrotero de las relaciones? “Aunque no va a cambiar mucho, si hubiese otra vez una gran coalición con los socialdemócratas habría una disminución de la presución liberal-conservadora de ser los modelos y querer incorporar a América Latina al club de los ricos y habría otros acentos con países como Venezuela y Bolivia”, prevé Nitsch.

“Aunque no creo que haya cambios presupuestarios, si no estuviese la coalición conservadora en el gobierno, a la temática de negocios se adicionarían probablemente más temáticas sociales relativas a los objetivos del Milenio. Se está haciendo mucho por conseguirlos”, apunta Pintor Pirzkall.

“América Latina no es un tema prioritario para una Alemania, muy preocupada con el futuro del euro. En algunas cosas económicas, Latinoamérica es un socio importante, pero no políticamente. Por otro lado, los brasileños, los colombianos, los mexicanos tienen otra visión del mundo y en ella Alemania no tiene importancia”, dice Grabendorff y concluye: “Tenemos cada vez más una relación norte-norte y sur-sur. Y esto, lamentablemente, no va a cambiar con un cambio de gobierno”.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

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