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Alemania: bancos de donaciones de alimentos, al límite

5 de mayo de 2022

Cada vez más personas necesitan donaciones de alimentos en Alemania, pero hay cada vez menos dinero y voluntarios para ayudar a distribuirlos. Los precios aumentan y las donaciones disminuyen.

 Tafeln in Deutschland - Oberhausen
Imagen: Volker Witting/DW

La fila para llegar al banco de alimentos (Tafel) en Oberhausen, Alemania, es de casi una cuadra. Desde que empezó la guerra en Ucrania, cada vez más personas se acercan hasta allí los martes, el día de reparto para los ucranianos que huyeron de los bombardeos rusos. Por una suma simbólica de dos euros, los refugiados ucranianos pueden retirar lo que necesitan para comer y sobrevivir.

"Al comienzo de la guerra venían cuatro familias de ucranianos por día”, dice a DW la presidenta de la Asociación del Banco de Alimentos de Oberhausen, Silvia Willershausen. "Ahora, los martes, a menudo hay entre 400 y 500 personas. En total, ahora llega el doble de clientes que antes de la guerra”, señala.

Y el vicepresidente de la asociación, Friedhelm Bever, agrega que la demanda también aumenta entre los clientes usuales: "Llegan familias en situación de emergencia, a las que no les alcanza el dinero o perdieron su trabajo. Muchas personas ya no pueden comprar alimentos debido al aumento de la inflación”, explica. En este momento, se trata de más de un siete por ciento de la población, una cantidad que no se veía desde hace décadas. El aumento de precios de los alimentos en Alemania afecta sobre todo a las personas más pobres.

El banco de alimentos de Oberhausen, en Alemania.Imagen: Volker Witting/DW

Inflación encarece alimentos en Alemania

Silvia Willershausen lo explica de este modo: "El coronavirus, los refugiados, la inflación: eso se nota”. Los voluntarios del banco de alimentos de Oberhausen apenas pueden con todo el trabajo. "Nuestros empleados trabajan bajo presión”, dice Willershausen. Antes eran 108 personas las que ponían en marcha la distribución de alimentos; ahora son solo 70. Muchos se fueron durante la pandemia, y no regresaron, explica.

El lunes es un día para los clientes usuales del banco de alimentos. Hoy, Maik (nombre ficticio) hace fila una vez más. "El banco de alimentos es muy pero muy importante para mí. Si no, no podría sobrevivir”, dice el hombre de 28 años, padre de un niño. Desde hace un tiempo está desempleado y viene a la Tafel para poder alimentar a su familia. "Cuando veo cómo aumentan los precios, tengo miedo de que el dinero no me alcance para nada. La electricidad está aumentando mucho; tenemos que pagar el aumento de la tarifa”, cuenta a DW.

Silvia Willershausen y Friedhelm Bever, de la junta directiva de la Asociación del Banco de Alimentos de Oberhausen.Imagen: Volker Witting/DW

Personas pobres en un país rico

Tanto Maik como los otros y otras que vienen a buscar alimentos son personas pobres en un país rico. En Alemania, es pobre quien dispone de menos del 60 por ciento del ingreso medio neto. Cerca de 13 millones de personas viven en la pobreza en Alemania.

Entre los clientes del banco de alimentos hay desempleados, jubiladas y jubilados con pocos ingresos y padres y madres de familias monoparentales. Y desde el comienzo de la guerra rusa en Ucrania se han sumado refugiadas y refugiados. Para ellos están a disposición unos 950 bancos de alimentos en toda Alemania. Quien pueda comprobar que necesita ayuda, puede recibir alimentos, vestimenta y artículos de higiene.

Los bancos de alimentos de Berlín fueron fundados por una iniciativa de mujeres en 1993, y ahora las asociaciones locales se financian a través de donaciones privadas de dinero y de bienes. Pero no reciben subvenciones del Estado. Las grandes cadenas de supermercados, como REWE, Aldi y Lidl las ayudan con donaciones de alimentos, también con aquellos que, debido a pequeñas fallas, irían a parar a la basura.

Imagen: Volker Witting/DW

Los bancos de alimentos, en crisis

Pero el sistema de los bancos de alimentos está bajo presión, al límite. Hace pocos días, el presidente de la Asociación Alemana de los Bancos de Alimentos, Jochen Brühl, hizo sonar las alarmas: "La situación en los bancos de alimentos es más tensa que nunca”, dijo. Los voluntarios "están trabajando casi sin parar”. Además, hay escasez de alimentos y donaciones. Brühl exige que sea el Estado el que intervenga de manera más fiable para ayudar a las personas en riesgo de caer en la pobreza, y no la organización voluntaria de los bancos de alimentos. La junta directiva de la asociación de Oberhausen aplaude que finalmente se esté discutiendo públicamente la situación precaria de los bancos de alimentos.

Todavía no hay escasez de alimentos, "pero hay cada vez menos donaciones y dinero, y también escasea el personal", dice Friedhelm Bever. Los costos aumentan cada vez más. Por ejemplo, la gasolina para los vehículos usados para recoger los comestibles de los supermercados se encarece cada vez más, y los gastos de electricidad para los sistemas de refrigeración también aumentan significativamente, explica.

Anna Ivoninska, de Kiev, en el banco de alimentos de Oberhausen.Imagen: Volker Witting/DW

Para Anna Ivoninska, el martes es "el mejor día de la semana". A principios de marzo, antes de la guerra, la joven madre huyó a Oberhausen con sus cuatro hijos desde la capital ucraniana, Kiev. La vida en el extranjero sería aún más difícil sin el banco de alimentos. Con su pequeño en brazos, Solomia, de solo cuatro meses, recorre los puestos con alimentos en las salas de la antigua iglesia de la "Sagrada Familia". El altar sigue estando allí. Bajo los tubos del órgano de la iglesia, los voluntarios han instalado cámaras frigoríficas para los comestibles. "La Tafel es un gran apoyo para mí", dice Anna Ivoninska. Luego pasa rápidamente al siguiente puesto con cuatro grandes bolsas de plástico, buscando todavía unas hierbas frescas antes de que se acaben.

Según Friedhelm Bever, miembro de la junta directiva de los bancos de alimentos de Alemania, apenas hay disputas o celos entre los clientes normales debido a los refugiados de Ucrania. Casi nadie teme ser dejado atrás por la llegada de los refugiados.

Anna Ivoninska dice: "Si vuelvo a Ucrania, y espero que sea pronto, seguramente extrañaré una cosa: la amabilidad de los empleados y la gran oferta en el banco de alimentos de Oberhausen".

(cp/ers)

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