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Alemania: los hospitales prohíben visitas por coronavirus

16 de marzo de 2020

Los pacientes internados necesitan un cuidado especial. Los hospitales están reaccionando y restringiendo las visitas, aunque no todos hacen caso a la medida. Solo en casos excepcionales se concede la admisión.

En varios hospitales públicos alemanes se puede encontrar este tipo de letreros: “Se prohíben las visitas”.
En varios hospitales públicos alemanes se puede encontrar este tipo de letreros: “Se prohíben las visitas”.Imagen: picture-alliance/dpa/S. Stache

"Por favor no insista, no se permiten visitas". Este es el tipo de mensajes que se pueden observar en la entrada de los hospitales de Berlín. Lo que había ocurrido hace un par de semanas en algunos hospitales alemanes, es ahora una regla en la capital: no se pueden realizar visitas hasta nuevo aviso.

La medida se aplicó para fortalecer la protección contra la infección del coronavirus, y evitar que personas potencialmente infectadas entren y salgan del lugar donde se encuentran otros pacientes enfermos y débiles.

No todos cumplen con la medida. Muchas veces, la prohibición es simplemente ignorada. Incluso, las enfermeras y enfermeros informan de personas que los insultan y amenazan con acciones legales por no permitirles el ingreso. Los médicos y el personal de enfermería han cerrado la puerta y solo ellos tienen acceso a una llave. El resto tiene que tocar el timbre. Aparte de sus deberes, las enfermeras están constantemente rechazando visitantes tercos, que son muchos.

Excepción para los niños

Las prohibiciones para los menores de 16 años son menos estrictas. Oficialmente, se les permite recibir una visita al día, por una hora. Sin embargo, una enfermera infantil de Berlín -que prefiere no revelar su nombre- informó que esta regla no siempre se aplica.

"En nuestra clínica limitamos las visitas, dependiendo del caso. Cada estación decide el procedimiento. Cuando son niños muy pequeños o muy inquietos, es posible que se permita la entrada a ambos padres”, aseguró la enfermera que trabaja en una gran clínica universitaria de Berlín.

La vida cotidiana en los hospitales ha cambiado mucho. Los corredores, donde los niños solían jugar se han vuelto tranquilos y con menos gente. Los pacientes y apoderados prefieren quedarse en sus habitaciones, con las puertas cerradas. Además, para caminar por los pasillos, todos deben llevar una mascarilla, algo que también se hace con los bebés. La mascarilla protectora se le entrega a cada padre, una vez al día. Se sacaron los contenedores y dispensadores de desinfectantes abiertamente accesibles. Muchos de estos fueron robados.

En Alemania, muchos ancianos sufren de soledad. Las restricciones en las visitas los afecta directamente. Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel

Ambiente tenso

Las enfermeras también deben usar mascarillas cuando entran en las habitaciones. Pero solo quedan las máscaras normales, sin filtros adicionales. Debido a que no quedan muchas, estas están reservadas para las unidades de aislamiento y cuidados intensivos. La situación no fácil para el personal de enfermería, que ahora teme por su salud: varios tienen una enfermedad diagnosticada.

El ambiente está tenso. Es negativo, incluso agresivo, narró la enfermera pediátrica. Tanto personal de enfermería y de médicos lo ha percibido. "Y eso que aún no hemos tenido un caso de coronavirus en esta estación”, afirmó.

¿Los adultos mayores tienen que morir solos?

Los visitantes aún pueden entrar a las salas infantiles. Mientras tanto, las puertas de las otras estaciones están cerradas, lo que no es fácil para los pacientes y los familiares. Los ancianos y los enfermos graves son los que más sufren. Todos los días mueren pacientes en los hospitales. ¿Tienen que morir solos, sin un pariente a su lado?

Pregunta que también se plantea en las residencias de ancianos y asilos, que ahora también están sufriendo la prohibición de visitas. Es difícil para los ancianos, quienes prácticamente viven aislados. Si no se les permite visitar a sus seres queridos, esto refuerza la sensación de estar solos. A menudo, el contacto digital a través de servicios de video o mensajería ni siquiera es posible, porque muy pocos hogares de ancianos tienen conexión Wifi.

Además, no se tiene certeza de hasta cuándo estarán en vigor las medidas restrictivas. ¿Dos o tres semanas, hasta después de Pascua, hasta mediados de mayo? Nadie puede saberlo en este momento. Para los enfermeros, eso significa que también están emocionalmente más solicitados que de costumbre. Es ahora cuando tienen que intervenir, cuando no hay consuelo, y los visitantes se ausentan.

(ju/cp)

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