Alemania: los migrantes lideran la iniciativa empresarial
20 de enero de 2019
Publicidad
Un estudio del banco de fomento alemán KfW asegura que la cifra de migrantes en Alemania que se animan a trabajar como autónomos está por encima de la media. Según el informe, durante los años 2013 a 2017, aproximadamente uno de cada cinco fundadores de una empresa (21 por ciento) era de origen extranjero o tenía nacionalidad extranjera. En comparación a su porcentaje en la población (18 por ciento), los migrantes demostraron una iniciativa empresarial muy superior a la media, debido tembién a la falta de buenas alternativas de trabajo. La encuesta revela que el autoempleo tiene una gran aceptación entre extranjeros nacionalizados, emigrantes de origen alemán procedentes de los países del Este o gente de nacionalidad extranjera.
Otro factor que favorece esta tendencia, según el estudio, es que los migrantes tienen menores oportunidades en el mercado laboral. Esto afecta en particular a los inmigrantes sin un título profesional reconocido y con escasos conocimientos de alemán. En el periodo que cubre el estudio, el llamado porcentaje de "creadores de empresas por necesidad" fue entre los migrantes del 38 por ciento, cifra superior a la media general del 31 por ciento, según se deduce de un análisis especial del KfW de 2018 en el que se evaluó la creación de empresas.
Una clara mayoría de dos tercios de los migrantes de 18 a 64 años habla principalmente alemán en casa, indica el informe. Mientras que casi un 35 por ciento no lo hace. Este último suele ser el caso de inmigrantes que aún no llevan mucho tiempo viviendo en Alemania. Si bien el hecho de hablar un idioma extranjero en el hogar no significa que no se tengan suficientes conocimientos de alemán, las estadísticas reflejan, sin embargo, que los migrantes de hogares en los que se habla un idioma extranjero tienen menores posibilidades en el mercado laboral. "Precisamente, superar las barreras del idioma es algo que lleva tiempo, y que requiere apoyo con suficientes ofertas de cursos, advirtió Jörg Zeuner, economista jefe del KfW.(dpa)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube
Alemania, país de inmigración
Alemania es, después de EE. UU., el segundo país con mayor afluencia de inmigrantes. Una muestra en la Casa de la Historia de Bonn ofrece una sinopsis de las corrientes inmigratorias de los últimos 60 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Segundo mayor país de inmigrantes
Solo en 2013, la inmigración neta a Alemania fue de 437.000 personas. A partir de los años 50, La RFA y la RDA atrajeron a trabajadores extranjeros. Hoy los inmigrantes provienen principalmente de los nuevos países miembros de la Unión Europea, quienes enriquecen la cultura y las tradiciones alemanas. En el museo Casa de la Historia, en Bonn, se puede ver una retrospectiva de los últimos 60 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Los "trabajadores del extranjero"
En los años 50, la República Federal de Alemania vive un boom económico, y para abastecer el mercado laboral, el gobierno se esfuerza en atraer trabajadores extranjeros. La mayoría de ellos llegan con muy poco, dejando atrás una vida en su país de origen.
Imagen: DW/J. Hennig
Búsqueda de empleo
Entre 1955 y 1968, Alemania firma nueve acuerdos de inmigración con otros países: España, Grecia, Turquía, Marruecos, Corea del Sur, Portugal, Túnez y Yugoslavia. Quienes buscaban empleo podían postularse desde su país de origen en las “Oficinas de enlace”.
Imagen: DW/J. Hennig
Controles de salud
Antes de que un inmigrante pudiera trabajar en Alemania se le realizaban estudios médicos. Los análisis se llevaban a cabo en el país de origen. Solo quien estaba sano y era capaz de desempeñarse en sus tareas obtenía un puesto en Alemania Occidental.
Imagen: DW/J. Hennig
El inmigrante número 1 millón
En 1974 llegó a Alemania el inmigrante 1.000.000. era Armando Rodrigues de Sá, de Portugal, un carpintero de 38 años, quien recibió como premio un ciclomotor. Cuando fue nombrado por altoparlante en una estación de tranvía de Colonia con motivo de su llegada, creyó que querían deportarlo.
Imagen: DW/J. Hennig
Recorriendo Europa con un Ford Transit
El turco Sabri Güler recorrió Europa con este Ford Transit. El comerciante compró ese automóvil para viajar de Alemania a Turquía. Era un modelo muy cómodo y popular entre los trabajadores provenientes de Turquía.
Imagen: DW/J. Hennig
Trabajadores para Alemania Oriental
También en la RDA se atrajo a inmigrantes a mitades de los años 60. Se los llamó “contratados” y trabajaban, sobre todo, en la industria textil. Llegaban de países comunistas como Vietnam, Cuba y Argelia. En la RDA había, sin embargo, menos inmigrantes que en la RFA. En 1989 sólo eran 190.000, mientras en el oeste alcanzaban los cinco millones.
Imagen: DW/J. Hennig
Comida multicultural
Muchos inmigrantes trabajaban para luego recoger a sus familias y llevar una vida juntos en Alemania. Trajeron con ellos gran número de tradiciones, entre ellas, sus hábitos culinarios, que hoy forman parte de la cocina alemana, como, por ejemplo, el Döner, hecho de láminas de carne de cordero o pollo.
Imagen: DW/J. Hennig
Aumento de delitos xenófobos
Durante los años 80 y 90, se comenzó a generar una atmósfera de crítica a la inmigración en la opinión pública alemana, y en los medios se debatía el temor a la criminalidad de jóvenes, hijos de extranjeros. El resultado fue una ola de actos violentos xenófobos y racistas contra inmigrantes.
Imagen: DW/J. Hennig
Tradición vs. multiculturalidad
También dentro de muchas familias de inmigrantes se produjeron conflictos culturales. En su film “Contra la pared”, el cineasta alemán Fatih Akin, de origen turco, trata el choque de la educación tradicional musulmana con la vida occidental. En la Berlinale de 2004, la película fue la primera cinta alemana en recibir un Oso de Oro después de 17 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Príncipe Balam I.
La asociación de carnaval “Koe Jonge e.V.” nombró príncipe de su desfile a Balam Byarubanga en 2011. Balam I es el primer príncipe afroalemán de carnaval. Los responsables de la asociación enviaron una clara señal contra el racismo y a favor de la integración. Su traje puede verse en la exposición en la Casa de la Historia, en Bonn.