¿Son suficientes las medidas propuestas por Alemania para alcanzar los objetivos climáticos? ¿Es un paquete de largo alcance o más bien se queda corto? En cualquier caso, son medidas que tenían que haberse tomado antes.
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En la localidad alemana de Jülich se encuentra el sol artificial más grande del mundo. Desde hace dos años, esta ciudad renana, próxima a la frontera con Holanda, se ha convertido en un paraíso para científicos y, sobre todo, para investigadores del clima. Recreando la luz solar puede conseguirse de manera carbono neutral el combustible ecológico del futuro: el hidrógeno. Este es considerado como una importante pieza del rompecabezas con el que Alemania quiere alcanzar sus objetivos climáticos, ya que es un combustible adecuado tanto para autos como para aviones. "Nuestra idea es que, gracias al hidrógeno, algún día el queroseno y la gasolina no sean necesarios”, explica Kai Wieghardt, del Instituto de Investigación Solar.
Según la optimista previsión del científico solar, "la investigación habrá concluído en 10 años”. Pero, ahora que toda Alemania habla sobre la protección del clima, que tantos alemanes salen este viernes (20.09.2019) a las calles para protestar contra el cambio climático y que la coalición de gobierno presenta los pilares de su política climática, surge la pregunta de si se estará actuando con suficente rapidez. ¿No debería invertir la política más dinero en investigación sobre el clima para alcanzar los objetivos climáticos?
Anja Karliczek, ministra alemana de Educación e Investigación, considera que "solo por medio de las innovaciones técnicas ganaremos la batalla contra el cambio climático. Y cada euro destinado a la protección del clima es dinero bien invertido”. Karliczek sueña con un nuevo sello "Made in Germany”, pero no aplicado a los autos alemanes, sino a las innovaciones en materia climática. Pero la investigación en este campo es cara y los1.600 millones de euros aprobados hasta 2024 "no alcanzan ni de lejos para lograr la delantera a nivel internacional”. Por ese motivo, Karliczek pide casi el doble, ya que, solo con 1.400 millones de euros adicionales "puede impulsarse el desarrollo de tecnologías más ecológicas, como la obtención de hidrógeno o, sencillamente, aparatos electrónicos energéticamente más eficientes”.
30 años de inacción política
Gregor Hagedorn es científico en el Museo de Ciencias Naturales de Berlín y fundador de Scientists for Future. La asociación cuenta actualmente con 60 investigadores que son algo así como los guardaespaldas intelectuales del movimiento "Fridays for Future”. Dan respaldo científico a los jóvenes que se manifiestan por el clima. Según Hagedorn, la política ha ignorado a la ciencia durante 30 años. "Incluso aunque el Gobierno alemán presente medidas efectivas para la protección del clima, eso no alcanzará. Esa es la tragedia provocada por décadas de inacción”.
Pero ¿y los científicos? ¿no han permanecido pasivos demasiado tiempo? ¿la ciencia no tendría que haber exigido mucho antes que se llevara acabo una política climática continuada? Gregor Hagedorn se remite al informe provisional del año 1988, emitido por nueve diputados del Parlamento alemán y nueve expertos externos, con medidas urgentes para la "protección del hombre y el medioambiente”. "Ese informe ya contenía todo lo que hoy sabemos. Hoy día podría publicarse casi tal cual estaba entonces”, se enerva Hagedorn.
Después vino la caída del Muro y la unidad de Alemania y la política climática se convirtió en asunto secundario. En 1998, llegan Los Verdes por primera vez al poder en Alemania, formando parte de una coalición de gobierno con los socialdemócratas del SPD, liderada por Gerhard Schröder. Pero la política mundial fija otras prioridades, como la participación alemana en la guerra de Kosovo y la introducción del euro. Y así una y otra vez.
La política climática no ha sido prioridad en la agenda en los últimos 30 años. "Aunque aquí se han dado pasos aislados en la protección del clima, nunca se ha controlado si esos pasos han sido lo suficientemente grandes y efectivos”, critica el científico berlinés y considera que, si se tiene en cuenta el pasado de Alemania, el país es capaz de hacer un gran esfuerzo. "Cuando uno observa lo que hizo Alemania entre 1949 y 1955 durante la reconstrucción de la posguerra, cualquiera diría que algo es así completamente imposible.” ¿Puede darse un milagro climático alemán? Sea como sea, investigadores y científicos alemanes como Hagedorn se han jurado continuar ejerciendo presión sobre la política alemana en los próximos años.
(ms/ers)
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Huelga mundial por el clima
El punto de partida de la huelga mundial por el clima fue en Australia. Alrededor de 150 países participan en las manifestaciones contra el calentamiento global. DW hace un repaso de algunas de ellas.
Imagen: Reuters/C. Platiau
Islas Salomón: el calentamiento global de cerca
Niños en las Islas Salomón protestan en la playa, con faldas tradicionales, contra el aumento global de la temperatura. La existencia del archipiélago en el Pacífico Sur está directamente amenazada por el aumento del nivel del mar.
Imagen: 350 Pacific via Reuters
Nueva Caledonia: solidaridad del Pacífico
Protesta también en Noumea, capital del territorio francés de ultramar de Nueva Caledonia. Aquí, por ejemplo, los arrecifes de coral están gravemente amenazados por la acidificación de los océanos, que provoca el aumento de la concentración de CO2 en el agua.
Imagen: 350 Pacific via Reuters
Australia: máscaras de gas en lugar de clases
En Australia, decenas de miles de personas salieron a las calles para exigir una mejor protección del clima, como esta chica de Sydney.
Imagen: Getty Images/J. Evans
Sydney: Greta, un modelo a seguir para los más pequeños
En el puente Harbour de Sydney, estas chicas muestran su apoyo al Movimiento Viernes por el Futuro, especialmente a su propulsora, Greta Thunberg.
Imagen: Getty Images/B. Mitchell
Japón: Visión escéptica
Este póster en la huelga climática en Tokio no está escrito en japonés, sino en inglés. Así la demanda puede entenderse en todo el mundo.
Imagen: Reuters/Kim Kyung-Hoon
Filipinas: consecuencias que ya se notan
Activista en Quezon, un suburbio de la capital filipina, Manila. Según las organizaciones de socorro, actualmente los efectos del cambio climático ya se notan en Filipinas. Las regiones costeras se inundan con mayor frecuencia y los tifones se vuelven más fuertes.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/B. Marquez
Indonesia: pobre oso polar
En Surabaya, en la isla de Java, Indonesia, esta niña ha pintado un oso polar con una mirada conmovedora: "¡Hambre!" dice el animal en un trozo de hielo que se desplaza en el Ártico y se derrite lentamente.
Imagen: AFP/Getty Images/J. Kriswanto
Tailandia: "¡Es nuestro futuro!"
En Bangkok, Tailandia, los estudiantes salen a la calle. Protestan enérgicamente cerca del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente, exigiendo la preservación de su futuro.
Imagen: Reuters/Soe Zeya Tun
Bangladesh: Protesta en azul
Estudiantes en la capital de Bangladesh, Dhaka, también hacen huelga. Con sus 165 millones de habitantes, el país densamente poblado es particularmente susceptible al aumento del nivel del mar, ya que apenas hay áreas altas.
Imagen: Getty Images/A. Joyce
Sri Lanka: apoyo del mundo del cómic
Los políticos que niegan el cambio climático son criminales climáticos, dicen estos cuatro personajes en su pancarta en la capital de Sri Lanka, Colombo.
Imagen: Reuters/D. Liyanawatte
Kenia: crítica a los negacionistas
"¡La negación no es política!" También en Nairobi, la capital de Kenia, en el este de África, los activistas promueven una acción política decidida contra el cambio climático.
Imagen: Reuters/B. Ratner
Sudáfrica: "El carbón mata"
Varios cientos de personas, especialmente jóvenes, tomaron las calles en Johannesburgo, Sudáfrica. Las pancartas decían "no hay futuro en un planeta muerto", o "el carbón mata". Sudáfrica, productor de carbón, utiliza principalmente este combustible.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Spatari
Turquía: imágenes coloridas
Miles protestan contra el calentamiento global en la capital turca, Ankara, pero no solo los estudiantes, sino también los más pequeños.
Imagen: picturealliance/AA/E. Hacioglu
Chipre: el clima no conoce fronteras
Los estudiantes y sus familias se manifiestan en Nicosia, la capital de Chipre. ¿Y si el miedo al cambio climático los conecta con la gente del norte, más allá de la línea de demarcación de la isla mediterránea?
Imagen: AFP/Getty Images/I. Hatzistavrou
Polonia: El invierno no llega
En Gdynia, en la costa polaca del mar Báltico, esta manifestante afirma "El invierno no llega", recurriendo a la fantasía épica de "Juego de tronos" para advertir que el invierno podría desaparecer en el futuro. Polonia genera alrededor del 80 por ciento de su energía con carbón, más que cualquier otro país de la Unión Europea.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/M. Fludra
Múnich: el hielo se derrite
Alrededor de 250.000 personas participaron en la capital bávara, Múnich, en las protestas climáticas. Incluidos estos activistas, que estuvieron parados sobre trozos de hielo debajo de una horca, con un lazo alrededor del cuello.
Imagen: Reuters/M. Dalder
Bonn: "Haz que la tierra se enfríe de nuevo"
También en la Plaza de las Naciones Unidas de Bonn, cerca de la sede de Deutsche Welle, los empleados de DW y la vecina ONU, así como de la Deutsche Post, siguieron la convocatoria de huelga para los Viernes del Futuro.
Imagen: DW/A. Tasci-Steinebach
París: "Je suis Climat"
Huelga climática también en París: según informaron medios locales, alrededor de 9.400 jóvenes manifestantes recorrieron las calles. En el Acuerdo de París, en 2015, la comunidad internacional acordó limitar el aumento de temperatura a menos de 2 grados en comparación con niveles preindustriales.