¿Cuántos delitos en Alemania fueron obra de refugiados? La Oficina Federal de Investigación Alemana presentó cifras nuevas en un informe que debe servir para barrer las verdades a medias sobre los refugiados.
Publicidad
Casi un tercio de los 69.000 delitos son robos, seguidos de delitos contra el patrimonio y falsificaciones, el 28%. El tercer puesto lo encabezan infracciones “contra la libertad y agresiones físicas”. Los delitos contra la integridad sexual representan el 1%. La estadística entre los meses de enero y marzo de 2016 también recoge nueve asesinatos, ocho eran refugiados y un alemán.
La información procede de los casos en curso del Gobierno y los Länder alemanes. Como todas las estadísticas criminales de policía se trata de la cifra de denuncias e investigaciones y no de condenas.
La Oficina Federal de Investigación Alemana (BKA) publicó por orden del Ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, un informe sobre la situación criminal en el contexto del flujo migratorio. De esta manera debería acabarse con los rumores de que los refugiados cometen muchos delitos por encima del promedio. “Para que los extremistas no puedan propagar rumores ni verdades a medias, debemos responderles con hechos”, aclaró entonces de Maizière.
Se redujo la cifra de delitos
Desde enero de 2015 se han registrado 1,2 millones de refugiados en Alemania. Teniendo en cuenta su porcentaje figuraron como sospechosos de forma “claramente sobreproporcionada” argelinos, marroquíes, tunecinos, serbios y georgianos. Entre los grupos más grandes de refugiados, sirios, afganos e iraquíes, la cifra de sospechosos por el contrario estaba “claramente por debajo de la proporción” teniendo en cuenta su porcentaje entre todos los refugiados.
Por otro lado, aumentó la cifra de avisos sobre familiares y ayudantes de organizaciones terroristas islamistas en el extranjero, que se hallan en Alemania. El informe no ofrece cifras concretas sobre los llamados “peligrosos”.
En general descendió el número de delitos cometidos por inmigrantes en los primeros tres meses de 2016 en más del 18%. “La mayor parte de los inmigrantes no perpretaron ningún delito”, según el informe. Solo se ha publicado una versión breve; el informe completo con cifras detalladas es información confidencial.
Nivel alto de violencia contra refugiados
El informe también muestra los delitos contra refugiados: “a un nivel alto” siguen siendo los delitos por motivación política contra los centros de acogida de refugiados, 345 en total en el primer trimestre. En 2015, la cifra fue de 1.027. La BKA presupone que “en sí los solicitantes de asilo (…) estarán con mayor intensidad en el foco de eventuales delitos violentos”. En este contexto, también hay que partir de la idea de que se cometerán también delitos contra políticos.
Francia: la miseria de los refugiados kurdos
En la localidad de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque, 2.000 refugiados kurdos aguardan una posibilidad para continuar su viaje a Gran Bretaña. El lodo y el frío agudizan su miseria. El Estado francés no interviene.
Imagen: DW/B. Riegert
Refugiados varados en Francia
Unos 2.000 hombres, mujeres y niños viven en el campamento improvisado en la localidad francesa de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque. Allí los refugiados kurdos han construido pequeñas tiendas de campaña. Aquí documentamos sus extremas condiciones de vida.
Imagen: DW/B. Riegert
Esperando
Lizman es originario de la región del Kurdistán iraquí. “En casa hay guerra”, dice. Su meta es llegar a Inglaterra. En el campamento ha instalado un pequeño café en una barraca de madera. Este es el punto de encuentro de los jóvenes.
Imagen: DW/B. Riegert
Meta: Gran Bretaña
El iraquí Asis ha pedido prestado un martillo para repara su tienda de campaña y evitar que entren el lodo y el frío. El joven kurdo quiere atravesar el Canal de la Mancha. Para ello, tendría que pagar a un “coyote” hasta 5.000 euros. “Del otro lado todo tiene que ser mejor”, espera Asis.
Imagen: DW/B. Riegert
Una chispa de esperanza
No se sabe cuántos niños viven en el campamento en medio de la basura y el lodo. Voluntarios han recolectado peluches, y de vez en cuando los reparten en la “tienda de campaña de los niños”.
Imagen: DW/B. Riegert
Hundimiento
Esta muñeca se le cayó a un niño en el lodo. Muchas esperanzas se hunden en el campamento. En las noches el frío es inclemente y no hay luz eléctrica. Solo hay unos cuantos inodoros químicos portátiles y un par de duchas.
Imagen: DW/B. Riegert
Voluntarios de Inglaterra
Chris Bailey fue soldado en Irak. Ahora ayuda a los migrantes que quieren llegar a Inglaterra. “Las condiciones aquí son peores que algunas cosas que vi en la guerra”, dice el veterano. En el campamento, reparte cobijas y botas de hule.
Imagen: DW/B. Riegert
Bienvenidos a Francia
Denise (izq.) y Maryse ofrecen té a los migrantes y platican con ellos. Las señoras viven en una bonita casa particular enfrente del campamento: dos mundos separados por una calle. “Las autoridades no se ocupan” de los refugiados, dice Denise. Muchos de sus vecinos quieren que los migrantes desaparezcan.
Imagen: DW/B. Riegert
¿Dónde están los políticos?
Los voluntarios han bautizado los caminos lodosos con nombres de políticos europeos. La avenida “François Hollande” se llama así porque el Gobierno francés no ha mostrado ningún interés por el campamento improvisado. La Policía tampoco interviene, pese a que algunos habitantes del campamento informan de enfrentamientos violentos entre grupos de migrantes, sobre todo en las noches.
Imagen: DW/B. Riegert
Ayuda alemana
A la ciudad alemana de Múnich ya no arriban tantos refugiados. “Aquí nos necestian”, dice Sinan von Stietencorn, de la cocina popular “Volxküche München”. Junto con amigos ha viajado de Baviera al Canal de la Mancha para repartir comida a los migrantes.
Imagen: DW/B. Riegert
Auxilio
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) vacuna a los refugiados contra sarampión y gripe. La humedad, el frío y la falta de higiene afectan sobre todo a los niños. MSF construye un nuevo campamento en Grande-Synthe, puesto que el Estado pareciera no sentirse responsable. Se trata del primer campamento de la organización humanitaria en ese país de la UE.
Imagen: DW/B. Riegert
Una cueva en el infierno
Asim cuenta que huyó del Estado Islámico en Irak. En el campamento ha luchado por un lugar limpio. En su pequeña cueva incluso ofreció un té a nuestra reportera de Deutsche Welle Catherine Martens. “Todos quieren continuar su viaje”, dice Asim.
Imagen: DW/B. Riegert
Tan lejos del sueño
El puerto de Dunkerque se encuentra a diez kilómetros del campamento improvisado. No obstante, las posibilidades de los migrantes kurdos de llegar a Inglaterra son mínimas. Casi ninguno quiere solicitar asilo en Francia. ¿Pagarán a algún “coyote”? ¿Regresarán a Bélgica o Alemania? ¿O simplemente seguirán aguardando?