Alemania: miedo al posible regreso de armas nucleares
Fabian Schmidt
1 de febrero de 2019
Hace treinta años, se retiraron los misiles nucleares de Alemania. Ahora, en el país temen que Donald Trump cancele el Tratado INF y comience una nueva guerra fría.
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En 1985, Larry Nichols estaba estacionado como soldado estadounidense en Heilbronn, en sur de Alemania, como responsable de los misiles nucleares en Waldheide, un claro de bosque de alrededor de cincuenta hectáreas, donde entonces había ubicada una instalación de alta seguridad del Ejército estadounidense. Nichols sabía que los misiles Pershing 2 de mediano alcance estaban allí en búnkeres. No se le permitió hablar sobre ello: "Fue absurdo que los habitantes de Heilbronn no supieran nada al respecto. Me daba miedo, porque sabía lo que teníamos allí ", recuerda Nichols. Luego sucedió algo que de repente cambió todo. El 11 de enero, el lugar fue escenario de un trágico accidente.
Un accidente que alarmó a todo el planeta
Los camaradas de Nichols trabajaban entonces con un misil Pershing y, de repente, el combustible se incendió y explotó. Tres soldados murieron, 16 resultaron gravemente heridos. La cabeza nuclear no estaba en el cohete, pero "un soldado pensó que era una explosión atómica", recuerda Nichols, "y todo sucedió durante el apogeo de la Guerra Fría: todo el mundo estaba alarmado", añade. Debido a ese accidente, los habitantes de Heilbronn se enteraron oficialmente de que en el bosque se almacenaba misiles Pershing.
El matrimonio Huber sí conocía dicha información. Participó en el movimiento pacifista en Alemania y se manifestó contra el despliegue de dichos misiles en el país. "Nuestra exigencia fue siempre que otras personas no se vieran amenazadas ni tampoco nosotros”, dijo Alfred Huber. Para Susanne Hubert supone un "paso atrás” que el debate vuelva a tocar a la puerta.
Accidente en Heilbronn, ¿el principio del fin de la Guerra Fría?
En el momento del accidente, el miedo estaba "muy extendido", recuerda Alfred Huber, porque la gente también se dio cuenta de que éramos "un blanco por ser un lugar donde había misiles”. De repente, todos estaban en contra de esas armas. La población "despertó" tras lo sucedido, dice Susanne Huber.
Larry Nichols también considera que el accidente en Waldheide es muy significativo, incluso para el "comienzo del fin de la Guerra Fría". De hecho, en diciembre de 1987, Ronald Reagan y Michael Gorbachov firmaron el tratado de desarme nuclear de misiles nucleares de medio alcance (INF). Los primeros que se retiraron de Alemania fueron los de Waldheide, en 1988.
Vuelve una leyenda del movimiento pacifista alemán
El político del SPD Erhard Eppler fue uno de los representantes más destacados del movimiento pacifista alemán en los años ochenta. La política y la sociedad estaban divididas al respecto en ese momento, pero Eppler estaba claramente en contra del llamado rearme nuclear en Alemania. Hoy, la protesta contra los misiles nucleares en Alemania sería aún mayor, cree Eppler. Incluso él, a sus 92 años, estaría dispuesto a manifestarse en contra.
Eppler y el movimiento por la paz en el país no pudieron evitar el despliegue de 100 misiles Pershing 2 en Alemania. Grande fue su alegría cuando se firmó el Tratado INF. Eppler creía, hasta ahora, que el asunto de los misiles de mediano alcance estaba más que zanjado. "Pero, a todas luces, no parece solucionado", opina. "Lo que estamos experimentando ahora tiene que ver con la pura irracionalidad de Donald Trump. No sabe lo que está haciendo", declara.
El presidente estadounidense Donald Trump, por su parte, decide este 2 de febrero si abandona dicho pacto nuclear. La justificación de Trump para adoptar dicha medida es que Rusia habría construido nuevas armas nucleares con un alcance de más de 500 kilómetros. Esos misiles están prohibidos, según el Tratado INF. La preocupación en Alemania, como en la Guerra Fría, es que Estados Unidos podría responder a los misiles rusos con los propios, también de mediano alcance. Konrad Wanner, del Consejo de Paz de Heilbronn, ve cierto paralelismo con la década de 1970: "En ese momento, también se acusó a la Unión Soviética de rearme nuclear, y Estados Unidos y la OTAN se vieron obligados a hacerlo también".
(rmr/er)
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Estos nueve países tienen la bomba atómica
A 50 años de la firma del Tratado de No Proliferación, firmado en 1968 y respaldado en la actualidad por 193 países, aún hay más de 15 mil bombas nucleares en el mundo.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Jones
Rusia, el del arsenal más grande
El arsenal nuclear más grande del planeta está en manos de Rusia, que no se conforma con sus 8.500 cabezas nucleares, sino que desde hace algún tiempo trabaja para modernizar tanto sus armas como sus sistemas de lanzamiento. Se estima que un cuarto de ellas están listas para ser utilizadas. La primera prueba atómica la realizaron los soviéticos en 1949.
Imagen: picture-alliance/dpa/epa7S. Ilnitsky
EE.UU., país pionero
El primer país que probó la bomba fue Estados Unidos, que además es el único que la ha usado en un conflicto bélico: En 1945 lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, dos artefactos que causaron una destrucción nunca antes vista y apuraron la rendición del imperio. Estimaciones serias afirman que EE.UU. posee unas 7.700 cabezas nucleares. En la foto, un ensayo en el atolón de Bikini, en 1946.
Imagen: Imago/United Archives International
Francia, siempre lista
La mayoría de las 300 bombas atómicas que posee el arsenal nuclear de Francia están en submarinos, mientras que una cifra menor está a disposición para ser lanzada desde aviones. El ejército galo es el único que tiene la totalidad de su arsenal listo para ser utilizado. En la imagen, un test llevado a cabo por los franceses en el atolón de Mururoa, en la Polinesia.
Imagen: AP
Reino Unido, confiado en su fuerza submarina
El tercer miembro de la OTAN que posee bombas atómicas es Reino Unido. Con un arsenal estimado en 215 ojivas, es el tercero que se sumó al club de los países poseedores de la bomba gracias al ensayo realizado en 1952. La mayoría de su capacidad nuclear está desplegada en submarinos y se estima que de todo su arsenal, 120 ojivas están listas para ser utilizadas. En la foto, un test de 1957.
Imagen: Getty Images/picture-alliance / United Archives
China es la cuarta potencia
Con un poder nuclear estimado en 250 ojivas, China fue la cuarta potencia mundial en sumarse al club y la tercera en cuanto a número de armas nucleares. Desde que en 1964 realizó su primer ensayo, el país más poblado del planeta ha mantenido de forma estable el número de su arsenal, que puede ser utilizado tanto desde el aire como también el mar y posiciones en tierra.
Imagen: picture-alliance/Xinhua/Pang Xinglei
India, con los ojos en Pakistán
El 18 de mayo de 1974 India realizó "Smiling Buddha", la primera prueba nuclear de su historia. Desde entonces no ha detenido sus planes, y permanentemente aumenta el tamaño de su arsenal y la capacidad operativa. Se estima que tiene hasta 110 ojivas, aunque ninguna de ellas estaría lista para ser utilizada. Su permanente conflicto con Pakistán es la excusa india para justificar su arsenal.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M.Swarup
Pakistán, con los ojos en India
Cuando en 1998 India realizó su primer test termonuclear, Pakistán decidió que había llegado la hora de tener su propio arsenal atómico. Sus planes al respecto son extremadamente secretos, pero expertos estiman que ha incrementado su capacidad hasta sumar 140 ojivas, ninguna de las cuales estaría lista para ser lanzada.
Imagen: picture-alliance/dpa
Israel, la eterna sospecha
Israel es el único país del club atómico que nunca ha confirmado poseer la bomba atómica, aunque tampoco ha negado esa información. Los expertos consideran que tiene hasta 200 ojivas nucleares (el número más probable es 80), y se especula sobre la posibilidad de que en 1979 hubiera realizado un test ultrasecreto, el que es conocido como "Incidente Vela".
Imagen: Getty Images/AFP/T. Coax
Corea del Norte, el novato
En 2006 Corea del Norte realizó su primer ensayo nuclear, asegurando que formaba parte de un plan militar para protegerse de un eventual ataque de Estados Unidos. Desde entonces ha realizado numerosas pruebas que le significaron el aislamiento internacional y una serie de sanciones. Su arsenal estaría compuesto, cuando mucho, por 60 cabezas nucleares.