Alemania o Noruega: ¿Quién es el campeón del reciclaje?
Brigitte Osterath
3 de agosto de 2018
El sistema noruego de reciclado de botellas de plástico es aplaudido en las redes sociales. ¿Cómo funciona? Y ¿cuál es la estrategia de Alemania para proteger el medio ambiente en este aspecto?
Publicidad
A fines de 2017, un estudio de la consultora ambiental británica Eunomia calificó a Alemania como el mejor país en cuanto a reciclado. Según dicha investigación, un 56 por ciento de todos los desechos domésticos alemanes son reutilizados. Pero, desde entonces, varios informes de prensa dan la impresión de que Noruega va a la cabeza en la materia.
Informes que circularon por Internet, entre ellos uno del periódico The Guardian, llamaron la atención. Indicaban que Noruega recicla el 95 por ciento de las botellas de tereftalato de polietileno (PET). "Noruega está muy orgullosa de su sistema de depósito por botellas”, dijo a DW Peter Sundt, secretario general de la Asociación Europea de Organizaciones de Recuperación y Reciclaje de Plásticos.
El modelo noruego
El principio es simple. En ese país, todos los fabricantes de envases de bebidas deben pagar altos impuestos por esos productos. Sin embargo, las empresas reciben rebajas impositivas dependiendo de cuántos envases son recolectados a nivel nacional. Si la cuota supera el 95 por ciento, quedan incluso exentas de impuestos. Eso brinda a las empresas el aliciente necesario para que mantengan en marcha el sistema en todo el país.
Quien devuelve en Noruega una botella PET en cualquier máquina, recibe de vuelta el dinero que dejó en depósito al adquirir la bebida, al igual que en Alemania.
"Se recolectan así materiales de valor”, dice Frank Welle, del Instituto Fraunhofer de Técnicas de Procesamiento y Envases. El granulado de PET y, por ende, las botellas de tereftalato de polietileno, se han convertido en una materia prima codiciada.
Peter Sundt señala que la cuota del 95 atribuida a Noruega no se refiere en realidad al porcentaje de reciclado, sino a la cuota de recolección. Eso incluye todo lo que no va a parar al suelo o al mar. También las botellas que se incineran con otros restos de basura.
¿Qué porcentaje de las botellas de PET se recicla realmente? Sundt no lo sabe a ciencia cierta. "Calculo que se recicla entre un 80 y un 90 por ciento, y eso también es mucho”, señala.
El modelo alemán
De acuerdo con un informe de la Sociedad de Estudios de Mercado de Envases, en Alemania se recicló en 2015 un 93,5 por ciento del total de botellas de PET. En el caso de las botellas por las que se deja un depósito, la cantidad llegó incluso al 97,9 por ciento.
El sistema alemán funciona en forma similar al noruego, solo que no se aplica un impuesto a los envases de bebidas. En lugar de eso, se estableció la obligatoriedad de dejar un depósito por botellas y latas. Para incentivar a las empresas a recolectar los envases, se determinó que el material pertenece a aquel que los recibe. Entretanto, las cadenas de supermercados han comprendido que se puede ganar mucho dinero con el negocio del PET.
Quien crea que cada botella recolectada se convierte en una nueva, se equivoca. Una botella de PT nueva contiene como máximo un 28 de material reciclado. Técnicamente no se puede obtener un plástico transparente con un porcentaje mayor.
Por eso, una botella de PET sigue estando constituida en un 70 por ciento de plástico elaborado de petróleo crudo, cosa que lamentan los ambientalistas.
Brigitte Osterath (ER/CP)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Alternativas a los plásticos de usar y tirar
La Comisión Europea planea prohibir productos desechables como las pajitas, los platos o los cubiertos de plástico. Pero eso no significa que tengamos que prescindir totalmente de estos prácticos utensilios.
Deje de aspirar
Cada año, miles de millones de pajitas terminan en los basureros o, peor aun, en nuestros océanos. Esta es la razón por la cual la UE quiere prohibir las pajitas de plástico. Para aquellos que no quieran dejar de usarlas, existen alternativas ecológicas para disfrutar de nuestras bebidas. Y para que Marco Hort rompa su propio récord de 259 pajitas metidas en la boca...
Imagen: AP
Bébaselo, cómaselo
Las pajitas de plástico que acaban en el océano a menudo son comidas por los peces. Para proteger el medio ambiente, ahora puede comerse la pajita usted mismo. La empresa alemana Wisefood ha desarrollado una pajita comestible hecha con los restos de la producción alemana de zumo de manzana. Si no le gusta la idea, también puede usar pajitas reutilizables hechas de metal, bambú o vidrio.
Imagen: Wisefood
Tenedores sabrosos
No hay cifras fiables de la cantidad de cubiertos de plástico que se usan una vez y se desechan. Pero son suficientes para que la UE quiera suprimirlos. Si no puede utilizar cubiertos de metal, puede probar nuevas versiones comestibles. La compañía india Bakey's ofrece tenedores hechos con harina de sorgo. SpudWares, con sede en California, a base de almidón de papa. ¡Qué rico!
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Scholz
Sin restos
Ya que hablamos de alternativas comestibles a los cubiertos de plástico, también se puede comer el plato. La compañía polaca Biotrem ha desarrollado unos hechos de salvado de cereales. En caso de que ya esté satisfecho con su comida y no quiera más, no se preocupe. Los platos son orgánicos y se descomponen después de treinta días.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Reszko
Vasos de plástico
Además de prohibir el uso privado de productos desechables, la Comisión Europea también quiere animar a las cadenas de comida rápida, cafeterías y bares para frenar el uso de los vasos de plástico. Quinientos mil millones se consumen cada año. Un solo uso y al vertedero por una eternidad. Varias compañías los ofrecen a base de plantas: parecen vasos de plástico, pero sirven para hacer compost.
Imagen: picture-alliance/empics/D. Thompson
Reutilizar, reutilizar, reutilizar
La forma más fácil de reemplazar los vasos de plástico es usando tazas reutilizables. Pero no siempre tenemos a mano nuestra taza de café cuando estamos en la calle. Un proyecto piloto en Berlín permite a los amantes del café tomar en préstamo una taza reutilizable hecha de bambú a cambio de un pequeño depósito y devolverla en otro café al terminar de beberlo.
Imagen: justswapit
Oídos limpios, océanos sucios
Otro producto de plástico que a la UE le gustaría ver desaparecer son los bastoncillos de algodón. Cuando se tiran al inodoro, van al alcantarillado y terminan en el mar, donde los animales los confunden con comida. Hay alternativas sin plásticos con el palito hecho de bambú o papel. Pero no son necesariamente más ecológicos. Lo mejor es dejar de usarlos por completo, dicen los especialistas.
Imagen: picture alliance/dpa/Wildlife Photographer of the Year /J. Hofman
Más plástico que peces en 2050
De los cerca de 300 millones de toneladas de desechos pláticos que se producen al año en todo el mundo, se calcula que unos ocho millones acaban en el mar. Es un material que no se degrada. Los investigadores advierten de que para 2050 podríamos tener más basura plástica que peces en los océanos.