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Visto bueno al DGP

7 de julio de 2011

No sin ciertos requisitos previos, pero será posible: tras años de debate, las clínicas alemanas ofrecerán a parejas la posibilidad de analizar en laboratorio los óvulos fecundados en busca de enfermedades hereditarias.

ARCHIV - In der Universitätsfrauenklinik in Leipzig geht im Labor des Zentrums für Reproduktionsmedizin die Laboringenieurin Regina Blumrich an Abbildungen von Eizellen mit Spermien nach einer künstlichen Befruchtung vorbei, aufgenommen am 13.10.2010. Der Bundestag steht an diesem Donnerstag vor einer heiklen Gewissensentscheidung. Die strikten Gegner der Präimplantationsdiagnostik (PID) wie auch die Befürworter einer Anwendung unter strengsten Auflagen wollen im Parlament um weitere Unterstützer für die verschiedenen Positionen werben. Zur ersten Lesung im Bundestag liegen drei Gesetzentwürfe zu den umstrittenen Gentests bei künstlich erzeugten Embryonen vor. Foto: Waltraud Grubitzsch dpa (zu dpa 1502 vom 13.04.2011) +++(c) dpa - Bildfunk+++
El DGP ya se practica en varios países europeos, entre ellos España.Imagen: picture-alliance/dpa
Los parlamentarios alemanes se encontraban hoy libres de todo compromiso partidario: el voto en la sesión matutina del Bundestag lo emitían sólo en función de su conciencia. Y es que la decisión que tras prolongado debate se tomaba era una con alta carga moral. Se trataba de decidir sobre la legalidad del Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), una práctica que analiza in vitro los óvulos fecundados para detectar enfermedades de transmisión genética que pudieran afectar al futuro feto y que ya se practica en muchos países europeos- como Bélgica, Gran Bretaña o España- mientras que en Alemania seguía siendo objeto de discusión.
Los argumentos a favor esgrimidos por los diputados en el púlpito del pleno recordaron con frecuencia lo extendido del método y aún con más vehemencia el hecho de que resulta una ayuda para las parejas con antecedentes de males genéticos en la familia. Quienes apelaban a un no al DGP lo hacían principalmente sobre la base de una consideración: la posibilidad de estar abriéndole la puerta a la elección de las cualidades genéticas de la descendencia, a la “confección” de hijos hechos a la medida de los deseos paternos. De una y otra posición se sentaban políticos en todas las bancadas.
Tres proyectos de ley con respecto al tema se sometían a votación; aprobado fue finalmente -con 326 votos a favor y 260 en contra- el que permite el DGP cuando “uno o los dos progenitores tengan propensión a enfermedades hereditarias graves o exista la posibilidad de un aborto o una muerte durante el parto”.
El Bundestag debatió durante más de cuatro horas los tres proyectos de ley presentados en torno al DGP.Imagen: dapd
Conservadores a favor
“No nos encontramos aquí frente a una página en blanco que podamos empezar a escribir”, recordó el parlamentario de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Michael Kretschmer. Existen precedentes, dijo. En Alemania ya se permite la fecundación in vitro y el aborto en caso de que la vida del bebé o de la madre esté en peligro o de que ésta última pudiera sufrir problemas psicológicos a raíz de la maternidad. Y si el DGP continúa prohibido en las clínicas de Berlín, Hamburgo o Múnich, las parejas que quieran asegurarse el nacimiento de un hijo sano seguirán viajando a Barcelona o a Londres para someterse al método.
Kretschmer era uno de los diputados conservadores a favor de la introducción restringida del Diagnóstico Genético Preimplantacional, aunque la cara más famosa que apostaba por deslegalizar la práctica entre las filas de la democracia cristiana alemana era Ursula von der Leyen, ministra de Trabajo y Asuntos Sociales y madre de siete hijos. “Los análisis que se realizan en el DGP son los mismos que se llevan a cabo durante el embarazo, ¿para qué esperar tanto, someter a las parejas a tal presión psicológica y enfrentarlas a un posible aborto natural o inducido, cuando se puede evitar?”, alegaba von der Leyen.
Socialdemócratas en contra
El DGP permite detectar enfermedades genéticas antes del embarazo.Imagen: picture-alliance/dpa
De la cantidad de aplausos que recibían los oradores tras sus intervenciones y de su procedencia se podían deducir las posturas en la sala. Simpatías por los discursos en pro del DGP demostraba abiertamente un amplio número de socialdemócratas, verdes e izquierdistas, mientras que -pese a von der Leyen- los democratacristianos y principalmente los cristianodemócratas bávaros aclamaban más cuando quien hablaba lo hacía en contra.
Y aún así, para demostrar la multiplicidad de opiniones acerca de la cuestión y el poco ligamiento ideológico de las mismas, Andrea Nahles, la secretaria general del Partido Socialdemócrata (SPD), volvió a contar en el Hemiciclo la historia de su amiga Birgit, que narra con frecuencia cuando es preguntada por este tema: una madre de varios hijos discapacitados reacia a someterse al DGP. Con esta parábola les pedía Nahles a sus compañeros el voto negativo.
Miedo a los “bebés de diseño”
La posible creación de "bebés de diseño" es uno de los argumentos en contra del DGP.Imagen: Fotolia/ingenium-design.de
En su intervención, Nahles no quiso recurrir al miedo a los “bebés de diseño” para apuntalar su argumentación. “No creo que nadie en esta sala”, dijo, “apoye tal cosa”. Sin embargo, la posibilidad de que por medio del estudio genético previo a la implantación del óvulo fecundado los límites morales se difuminen en algún momento y se acabe dando por buena la elección del color de los ojos o del tinte de la piel era, junto con la inmoralidad de decidir sobre si la vida del enfermo tiene valor, una de las principales consideraciones de quienes apostaban por mantener la prohibición.
No faltaron, por lo tanto, las rupturas de lanzas a favor de la ciencia en el Bundestag. Una de ellas vino de manos de la propia von der Leyen, que recordó los siglos de exitoso desarrollo de la actividad científica alemana. “Aceptando el DGP, vertemos algo de luz en un terreno en el que en Alemania, no en otros lugares, aún andamos a oscuras”, declaró. “No podemos cerrar los ojos ante el nivel en el que actualmente se encuentra la ciencia”, continuó von der Leyen, “otros países practican este método desde hace mucho tiempo, y lo hacen con mucha responsabilidad”.
Autor: Luna Bolívar
Editor: Pablo Kummetz
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