La OTAN no debe convertirse en un instrumento de la política belicista de Washington. Esta es la convicción alemana expresada en el marco de la reunión de Ministros de Defensa de los países miembros de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que se realiza en Berlín estos 13 y 14 de septiembre.

Allí, el ministro alemán de Defensa, Peter Struck, confirmó la negativa berlinesa a la fusión de las políticas de seguridad que pretenden "mezclar" la misión de paz ISAF en Afganistán realizada por la OTAN con la campaña "antiterrorista" Libertad duradera de los Estados Unidos.

La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), está formada por 10.500 soldados de 37 países que se comprometieron en la reconstrucción de Afganistán tras la incursión armada que desterró a la dictadura islámica de los Talibanes. "La ISAF es una misión de ayuda y protección aceptada por el pueblo afgano que no genera las resistencias que provoca el despliegue bélico estadounidense en el Golfo Pérsico", aclaró el ministro Struck.

No exponer soldados a más peligros

Alemania sigue manteniendo una política de seguridad orientada a la prevención y la asistencia social. Pero además "no quiere exponer a los soldados de la ISAF a peligros adicionales". Al contrario, Berlín aboga por una absoluta y estricta división de las políticas internacionales de asistencia a las regiones deprimidas y la lucha contra el terrorismo.

Las afirmaciones alemanes no salen de la nada. El Gobierno estadounidense insiste en esa idea que, además de Alemania, también ha sido rechazada por Francia y Turquía. EE.UU. espera que la ISAF asuma hasta el 2006 el comando de las acciones militares de ambas misiones, como asegura De Hoop Scheffer, secretario general de la OTAN.

A lo anterior se suman las exigencias del ministro británico de Defensa, John Reid, de aumentar en miles de soldados la presencia occidental en Afganistán. En ambas misiones hay enrolados unos 18.000 soldados.

¿Intenta el Pentágono abusar de la OTAN?

La actual coalición socialdemócrata verde se opone a la nueva intención de Washington, no así el experto cristianosocial, Christian Schmidt, quien pertenece a un partido que podría hacer parte del nuevo Gobierno a elegirse este 18 de septiembre. Schmidt habla al respecto de un "ensamblaje pragmático" de las acciones militares.

Las discrepancias en el seno de la OTAN son inocultables. Por ello, el vocero de la OTAN, James Appathurai, reconoció "diferencias". Aún así, "todos los países están de acuerdo en que las misiones tienen que cooperar más entre sí", enfatiza Appathurai.

Donald Rumsfeld, el secretario estadounidense de Defensa, intenta, en nombre de la administración Bush la expansión de las misiones de la OTAN. Una "expansión" que, por lo demás, revela cada vez más el deseo de Washington de recargar la responsabilidad bélica en la OTAN para limpiar un poco la imagen y mantener los peligros lejos de las fronteras estadounidenses. Esto no sería más que una instrumentalización unilateral de una organización creada para defender intereses comunes.

Independientemente de la negativa alemana a "mezclar lo bueno con lo malo", Berlín está dispuesta a aportar 6.000 unidades de fuerza a la tropa de ataque Response Forces (NRF) de la OTAN y la Unión Europea. Aparte de las presiones trasatlánticas por cambiar el rumbo del club militar, en la conferencia berlinesa se debatieron las tareas y capacidades que la OTAN debe llenar en los próximos 10 años. Se prevé, entre otras cosas, que la misma OTAN ponga a disposición 21.000 unidades al servicio de las Fuerzas de Respuesta de la OTAN.

Amenazas de Moscú y Washington

Al término del primer día de la citada conferencia, Struck se declaró convencido de que la división deseada por Alemania se conservará, por ahora. Para esclarecer definitivamente el carácter de las misiones de asistencia de la OTAN, Alemania propuso una conferencia bajo la dirección del mismo presidente afgano Hamid Karsai, a realizarse en 2006.

Pero la verdad es que nada quedaba claro este martes en Berlín en cuestiones de seguridad mundial. Por un lado, el ministro ruso de Defensa, Sergej Iwanow, advertía, a Ucrania y Georgia de no entrar a la OTAN so pena de "consecuencias" y por el otro, Estados Unidos causaba extrañeza, sino estupor, con sus planes de ejecutar "ataques preventivos con bombas atómicas".

En unísono, políticos alemanes de todos los partidos calificaron la intención del Pentágono de hacer uso de la energía nuclear para combatir el terrorismo como "contraproducente y un desastre que atenta contra la Carta de Naciones Unidas"