Alexander von Humboldt es el naturalista más renombrado de Alemania. Para medir el mundo, escaló las montañas más altas de los Andes y cruzó remotos bosques primitivos a lo largo del río Orinoco en América del Sur (foto). Como explorador, ya era una leyenda en su propio tiempo. Este famoso retrato de un joven Humboldt se encuentra ahora en la Antigua Galería Nacional de Berlín.

Alexander von Humboldt nació hace 250 años, el 14 de septiembre de 1769. Pasó su infancia en el palacio de Tegel. Desde niño le encantaba recolectar insectos y rocas en su enorme jardín. Él y su hermano Wilhelm fueron educados en casa por los mejores tutores disponibles. A la par, los libros despertaron su apetito por la exploración científica. Hoy en día hay visitas guiadas por el palacio.

Humboldt estudió en la Escuela de Minas de Freiberg, la universidad de minería y metalurgia más antigua del mundo. En 8 meses completó un curso que a otros les tomó 3 años. Todos los días iba bajo tierra con los mineros para buscar plantas y minerales. El pozo se puede visitar hoy en día. Freiberg ha sido parte de la región minera de Erzgebirge, patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 2019.

En Weimar, Humboldt conoció a las grandes mentes de su tiempo, entre ellos el matemático Carl Friedrich Gauss y los escritores Friedrich Schiller y Johann Wolfgang von Goethe (en el centro de la foto). Humboldt quedó especialmente impresionado por las opiniones de Goethe sobre la naturaleza, lo que le dio una visión integral al vincular la botánica, la química, la medicina, la geología y la física

En 1799, Humboldt emprendió su expedición exploratoria a las Américas. Abordó el barco en La Coruña, en España. Su primera parada fue la isla canaria de Tenerife. El científico escaló el Teide (foto), la cumbre más alta de Tenerife, donde midió el azul del cielo y clasificó las plantas. En sus cartas elogió el aire, la ubicación encantadora y la vegetación exótica. Fue su última parada en Europa.

Humboldt viajó por Latinoamérica durante 5 años con su asistente Aimé Bonpland. El 22 de junio de 1802, escaló el monte Chimbarazo en los Andes (foto), a 6.310 metros sobre el nivel del mar, considerada en ese momento la montaña más alta del mundo. En cierto modo, sus medidas geográficas precisas y la clasificación de la flora lo convirtieron, después de Colón, en el segundo descubridor de América

Después de sus viajes por América, Humboldt regresó a la ciudad que se había ganado su corazón, París. Allí recopiló sus hallazgos, dio conferencias, fue de fiesta en fiesta y mantuvo un estilo de vida lujoso. Desde su apartamento en la calle Quai Voltaire, tenía una vista directa del Museo de Louvre (foto).

A principios de 1827, Humboldt tenía 57 años, era mundialmente famoso y estaba en bancarrota. Tuvo que regresar a Berlín. El rey prusiano aprobó solo una expedición más: Rusia. Cientos de muestras de rocas y hallazgos de esa expedición están ahora en el Museo de Historia Natural de Berlín. La mascota de Humboldt, un loro vasa, ahora embalsamado, también encontró su lugar de descanso final allí.

Humboldt murió a la avanzada edad de 89 años en Berlín. Fue enterrado en el panteón familiar en el jardín del palacio de Tegel. Diez años después de su muerte, cuando habría tenido 100 años, el famoso naturalista y explorador era todavía recordado en todo el mundo. De Buenos Aires a la Ciudad de México, de Nueva York a Moscú, decenas de miles de personas celebraron su cumpleaños.

En Berlín, Alexander von Humboldt (foto), al igual que su hermano Wilhelm, lingüista y fundador de la universidad, tiene un lugar de honor frente al edificio principal. Como ningún otro par de hermanos en la historia alemana, el naturalista y el filósofo representan el parentesco cercano entre las ciencias y las humanidades.

Se realizaron diversas actividades: desde exposiciones de arte y pintura, pasando por obras de teatro y conferencias, hasta grabar una película y una cuenta de Twitter de Humboldt llevada por los alumnos que publica de forma diaria acerca de sus descubrimientos durante su viaje por México. Además, hubo una charla haciendo referencia a la visión que él tendría sobre el mundo en el que vivimos hoy.

Los niños y adultos de la comunidad del colegio conviven diariamente con una forma de pensar abierta, completa, multicultural y crítica del científico alemán cuyo nombre porta la institución. Además, siempre buscan la forma de convivir con el medio ambiente y el entorno social. El colegio celebra toda una filosofía de vida y busca que sus alumnos la analicen, entiendan y apliquen diariamente.

Los alumnos construyeron, junto con padres y profesores, el Planetario Humboldt “Neue Welten-Nuevos Mundos”, el cual será inaugurado con ocasión de la celebración. También quedará como legado para futuras generaciones el Museo Humboldt, en el cual se podrán realizar recorridos a través de las diferentes áreas de conocimiento y descubrimiento del científico.

Los niños de jardín prepararon un recorrido por Venezuela siguiendo los viajes del científico. Los niños de primaria elaboraron un diseño que emula un barco, creando un ambiente interactivo para mostrar la forma de vida de Humboldt. Los chicos de secundaria prepararon una exposición sobre flora y fauna venezolana. Además los estudiantes realizaron dibujos (foto).

El colegio Alexander von Humboldt de Guayaquil, Ecuador, revive su legado recreando en tamaño real la balsa del explorador. Una icónica embarcación de la costa de Guayaquil, en la que navegó el científico alemán en 1803, por los ríos Guayas, Daule y Babahoyo explorando las riberas, y sus poblaciones, nutriendo así su investigación más importante.

Este Proyecto busca revivir el espíritu de Humboldt, como fuente pedagógica inspiradora del Humanismo y de los principios de Ecología, rescatando las tradiciones ancestrales de la cultura costeña de Guayaquil y sus alrededores y destacando, la importancia de la ciudad en sus expediciones y su investigación científica más importante: la corriente de Humboldt.

Durante el día de la familia se hicieron diferentes presentaciones de su historia. El grupo de teatro presentó una obra sobre la vida del científico. Durante esta festividad hubo diferentes actividades, como una lotería con datos de Humboldt, y diferentes estaciones donde aprendieron más de este personaje. Incluso se pintó un mural (foto).

En enero los maestros se organizaron en grupos de investigación, y presentaron los diferentes aspectos de la vida y aportes de Humboldt. Por ejemplo, su vida, los viajes que realizó, las especies y los lugares que llevan su nombre, por qué es el padre de la ecología y sus creencias sociales. La comunidad ha ido aprendiendo sobre él y lo han compartido con los padres de familia.

Los estudiantes más jóvenes describen al científico alemán como un aventurero. Mientras que el director del establecimiento escolar lo describe como un visionario. El espíritu del colegio se extiende en medio de la bulliciosa ciudad como un pequeño oasis verde. Además el colegio tiene una “mascota” simbólica, el pingüino de Humboldt.

Todos los años el colegio tiene un nuevo lema. El del año pasado fue (foto): “Todos somos distintos y eso es bueno” y el de este año es: “Cada persona debe ser valiente y sentirse libre de expresar su opinión”. Durante todo este año los alumnos del establecimiento trabajaron en proyectos artísticos sobre el tema “Alexander von Humboldt” y el lema del colegio.