Alemania recuerda el horror de los pogromos nazis de 1938
9 de noviembre de 2018
El presidente alemán defendió que "un patriotismo democrático no es un cojín reconfortante, sino un incentivo constante".
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El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, hizo este viernes (09.11.2018) un llamamiento a favor de un "patriotismo democrático" en Alemania para conmemorar el 80 aniversario de los pogromos nazis contra los judíos y el centenario de la fundación de la República.
La catástrofe de las dos guerras mundiales y el Holocausto son una parte inalterable de la identidad alemana, dijo Steinmeier en un acto conmemorativo en el Parlamento alemán.
Al mismo tiempo, sin embargo, también hay que recordar las raíces de la lucha por la democracia y la libertad, que se remontan al despertar democrático de 1918, indicó sobre una fecha en la que monarquía alemana llegó a su fin dando paso a la República de Weimar, fundada el 9 de noviembre de 1918, cuando la Primera Guerra Mundial terminó.
"Podemos estar orgullosos de las tradiciones de libertad y democracia sin suprimir la visión del abismo de la Shoa", dijo Steinmeier usando el término hebreo para el Holocausto. A los nacionalistas les gustaría dorar el pasado y evocar un mundo perfecto que no existía, afirmó. "Pero un patriotismo democrático no es un cojín reconfortante, sino un incentivo constante", dijo el presidente.
Asimismo, Steinmeier lamentó que el 9 de noviembre de 1918, cuando el político socialdemócrata alemán Philipp Scheidemann proclamó la república, no ha encontrado nunca el lugar que le corresponde en la memoria alemana. "Es un hito de nuestra historia democrática", declaró.
La "cuestión más difícil y dolorosa"
El presidente alemán también recordó que la caída del Muro de Berlín tuvo lugar hace 29 años en 1989, "el 9 de noviembre más feliz de nuestra historia".
Sin embargo, el 9 de noviembre sigue siendo la "cuestión más difícil y dolorosa de la historia alemana" ya que, unos años después del levantamiento democrático de 1918, los enemigos de la democracia lograron ganar las elecciones y el pueblo alemán llevó la guerra y la aniquilación a sus vecinos europeos, señaló. "Las familias judías fueron metidas en vagones de ganado y los padres con sus hijos enviados a las cámaras de gas", continuó Steinmeier.
Más tarde, Steinmeier se unió al Consejo Central de Judíos de Alemania y a la canciller Angela Merkel en una ceremonia en la sinagoga más grande de Berlín para conmemorar el 80 aniversario del pogromo nazi.
Cientos de sinagogas y negocios de propiedad judía fueron saqueados e incendiados, decenas de miles de judíos públicamente humillados y deportados y al menos 100, pero posiblemente hasta 1.300, asesinados en el pogromo que comenzó el 9 de noviembre de 1938. El lanzamiento de la campaña de violencia del régimen de Adolf Hitler contra la población judía de Alemania se denominó la Noche de los Cristales Rotos, debido a que las calles quedaron cubiertas con los pedazos de vidrio de las ventanas destrozadas de las propiedades judías.
Actos en una sinagoga histórica
Está previsto que el presidente del Consejo de los Judíos, Josef Schuster, y Merkel pronuncien sendos discursos en la sinagoga de la calle Ryke de Berlín, que serán transmitidos en directo por la televisión pública alemana.
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Entre los invitados se encuentran personalidades de la política, la ciencia, la industria, la Iglesia y la vida cultural. Con asientos para más de 2.000 fieles, la sinagoga de la calle Ryke es la más grande de Alemania y una de las más grandes de Europa, después de la sinagoga central de Budapest.
La sinagoga fue incendiada durante el pogromo, pero el comandante de la Policía del distrito rápidamente dio la orden de apagar el fuego, ya que amenazaba con propagarse a los edificios circundantes. Los servicios religiosos se mantuvieron en la sinagoga hasta 1940. El edificio fue confiscado por el Ejército alemán para usarlo como almacén.
EAL (dpa, tageschau.de, zeit.de)
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Monumentos conmemorativos judíos en Berlín
Han pasado más de ocho décadas, pero el Holocausto no se olvida. En Berlín, monumentos de pequeña y gran escala traen a la memoria los crímenes del nacionalsocialismo contra la población judía de Alemania.
Imagen: DW/M. Gwozdz
Recordando el Holocausto
En el corazón de la capital alemana, un opresivo bosque de piedras grises concebido por el arquitecto neoyorquino Peter Eisenmann le recuerda a los visitantes que seis millones de judíos fueron asesinados sistemáticamente en Europa por los nacionalsocialistas alemanes y sus aliados. El monumento está compuesto por casi tres mil bloques de diferentes tamaños.
Imagen: picture-alliance/Schoening
Stolpersteine
“Stolpersteine” es la obra más conocida de Gunter Demnig y el monumento conmemorativo descentralizado más grande del mundo. Desde 1996, el colonés fabrica bloques de bronce de un tamaño similar al de los adoquines con que están cubiertas muchas calles alemanas. Luego los empotra en las aceras, frente a los edificios donde solían vivir judíos deportados hacia los campos de concentración.
Imagen: DW/T.Walker
La sede de la Conferencia de Wannsee
El 20 de enero de 1942, quince funcionarios de alto rango del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) se reunieron en esta mansión para organizar el asesinato sistemático de los judíos europeos. El proyecto fue denominado “La solución final de la cuestión judía”. Hoy, el edificio sirve para recordar las dimensiones inimaginables del genocidio allí orquestado.
Imagen: picture-alliance/dpa
El andén 17
En la estación de trenes de Grunewald es usual encontrar rosas blancas en el borde del andén 17 que le rinden tributo a los más de 50.000 judíos berlineses que fueron enviados desde allí a los campos de concentración. Sus datos más importantes fueron grabados en 186 placas de acero. El primer tren partió en octubre de 1941 hacia el gueto de Lodz y el último, en enero de 1945 hacia Sachsenhausen.
Imagen: imago/IPON
El taller para ciegos de Otto Weidt
Die Hackeschen Höfe tienen alto valor turístico por su belleza arquitectónica y por su historia. En ese laberinto de edificios y patios solían vivir y trabajar muchos judíos. En su fábrica de cepillos, el empresario alemán Otto Weidt contrató a numerosos judíos ciegos y sordos, salvándolos así de ser deportados por los nazis hacia campos de concentración. Esa fábrica es hoy un museo.
Imagen: picture-alliance/Arco Images
Hausvogteiplatz
Aquí latía el corazón de la industria de la moda berlinesa. Un momumento conformado por espejos muy altos trae a la memoria el destino de los diseñadores y estilistas judíos que concebían prendas de vestir desde la Hausvogteiplatz para toda Europa. Los nacionalsocialistas los expropiaron y pusieron sus firmas en manos de “arios”. Los edificios fueron destruidos completamente durante la guerra.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Kalaene
“La habitación abandonada” en Koppenplatz
Unos 173.000 judíos vivían en Berlín antes del Hoocausto. Después de la guerra sólo quedaron 9.000. El monumento “La habitación abandonada” fue erigido en el vecindario de Koppenplatz para rendirle tributo a los judíos que, sin advertencia previa, fueron sacados de sus casas para nunca regresar.
Imagen: DW
El Museo Judío
El arquitecto Daniel Libeskind dotó al Museo Judío con una estructura dramática: visto desde el cielo, el edificio tiene el aspecto de una estrella de David destrozada. Esta institución –que se esmera en celebrar la cultura hebrea y trascender sus horas bajas durante la hegemonía nazi– pasa revista a la historia de Alemania y su relación con su población judía.
Imagen: AP
El cementerio judío de Weißensee
En Berlín hay ocho cementerios judíos relativamente bien conservados. El más grande de ellos está en el distrito de Weißensee. De hecho, con sus 115.000 lápidas, se trata del cementerio judío más grande de Europa. Muchos judíos se salvaron de la persecución escondiéndose allí. En 1945, tres días después de la liberación de Berlín, tuvo lugar en este cementerio la primera misa judía de postguerra.
Imagen: Renate Pelzl
La nueva sinagoga
La “nueva sinagoga” fue inaugurada por primera vez en la Oranienburger Straße en 1866. Ella era percibida como la más grande y ostentosa de Alemania. El edificio ardió durante la Segunda Guerra Mundial. En 1995, tras su restauración, fue inaugurada por segunda vez. Desde entonces, la cúpula dorada adorna la silueta de Berlín.