"Alemania es el quinto país más rico del mundo", destaca Ulrich Schneider, director de la Asociación alemana del Bienestar. Desde la crisis de 2009, el producto interno bruto en este país aumentó en más de 500 millones de euros. Pero al mismo tiempo, más y más gente ha caído en la pobreza.

Los datos, que provienen de un microcenso realizado en 2014, muestran que los más afectados por la pobreza en Alemania son los padres solteros, los desempleados y los pensionistas. Ni siquiera en 2014, un año de buen desempeño económico, hubo una disminución significativa en la tasa de pobreza en Alemania.

En general, más del 15% de los alemanes son considerados pobres. En Europa, Alemania ocupa una plaza mediana en las estadísticas de pobreza, que aquí es “relativa” y no se puede comparar con otras regiones del mundo en donde es “existencial”.

¿Quién es pobre en Alemania?

Según la Unión Europea, se considera pobre quien cuente con menos del 60% de los ingresos medios, como es el caso de una madre soltera en Alemania que recibe 1192 euros mensuales.

Contrario a la creencia generalizada de que a los pensionistas en Alemania les va mejor que al resto de la población, el riesgo de pobreza entre los mayores ha aumentado rápidamente. La región con mayor pobreza en Alemania es la cuenca del Ruhr, con alrededor del 20% de pobres.

El Fondo alemán para la Infancia critica los beneficios sociales para los niños de familias pobres como insuficientes para ofrecer igualdad de participación en la sociedad. Thomas Krüger, su presidente, destaca que el índice de pobreza entre familias numerosas de inmigrantes es del 19 por ciento.

Refugiados, ¿los pobres de mañana?

El informe no cubre las consecuencias de la gran afluencia de refugiados, toda vez que esta empezó a darse a partir de mediados de 2015. Schneider dijo empero, que sin contar los refugiados, en Alemania hay un millón de desempleados permanentes y que hasta el año 2020 faltarán anualmente 400.000 viviendas adicionales.

El director de la ONG Pro Asyl, Günter Burkhardt, advirtió al Gobierno de decisiones equivocadas en la política de asilo, que podrían aumentar el riesgo de pobreza entre los refugiados, como la propuesta por el Ministerio Federal del Interior para que los refugiados permanezcan en lugar forzoso de residencia, algo que impediría su búsqueda de empleo.

Según la Asociación alemana del Bienestar una de las claves para la lucha contra la pobreza está en el Gobierno federal, que tendría que dar un cambio radical a su política fiscal y financiera: "La lucha contra la pobreza siempre significa redistribución”.