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Alemania se prepara para las condiciones de clima extremo

Luna Bolívar/ Lena Gürtler27 de marzo de 2008

El cambio climático tiene más dimensiones que la ecológica. Social, política y económicamente, los Estados han de prepararse para afrontar una nueva situación. En Alemania, las partes empiezan por celebrar congresos.

Imágenes como ésta, de una ciudad alemana en 2006, podrían ser cada vez más frecuentes.
Frente de baja presión sobre Escandinavia: aquí, la temperatura en invierno ha subido tres grados.Imagen: picture-alliance/ dpa

En 126 estaciones meteorológicas de toda Europa ha recopilado Christian Schönweise las mediciones térmicas de los últimos 100 años. En esta edición, el científico de la Universidad de Fráncfort se encargó de inaugurar el Congreso sobre Condiciones Climáticas Extremas, donde ha presentado su “atlas” de lo que meteorológicamente podría avecinarse.

El frío de última hora de esta Semana Santa alemana: sólo una inclemencia puntual.Imagen: picture-alliance/ dpa

Los datos de Schönweise no son infalibles, pero apuntalan lo que otros muchos investigadores vienen observando: en el Viejo Continente, las temperaturas aumentan. Los veranos son cada vez más calurosos, como por ejemplo en el sur de Francia, donde pasados 50 años se registran dos grados más de media. Los inviernos se están tornando más suaves, como por ejemplo los tres grados que en esta estación marcan hoy de más los termómetros escandinavos.

“En Europa, regiones como España, Italia y Grecia van a vivir en verano trasformaciones dramáticas. Las temperaturas no van a bajar durante semanas de los 40 grados”, comenta a Deutsche Welle Frank Böttcher, presidente del Instituto alemán para la Comunicación Climática. “Estos países van a tener muchos problemas a la hora de refrigerar casas y oficinas.”

“Contra el cambio climático lo único que podemos hacer es intentar reducir las emisiones de CO2, causantes del calentamiento global, por medio de acuerdos internacionales”, asegura Böttcher. En cuanto a las modificaciones en sí del clima: éstas son ya una realidad. Ante ellas sólo queda estar preparados.

800 millones de euros

Imágenes como ésta, de una ciudad alemana en 2006, podrían ser cada vez más frecuentes.Imagen: AP

El Congreso sobre Condiciones Climáticas Extremas que abrió ayer sus puertas en Hamburgo, y se clausura mañana viernes, se celebra este año por tercera vez. Las ediciones de 2006 y 2007 fueron todo un éxito y la presente, que reúne a unos 700 expertos en tiempo y clima, quiere estar a la altura.

Naciones Unidas lo ha advertido: el calentamiento global va a afectar especialmente a los países del Tercer Mundo y en vías de desarrollo. No porque contaminen más, sino porque a muchos las catástrofes les podrían pillar por sorpresa. Pocos pueden permitirse congresos de este tipo y empezar hoy a luchar contra lo que quizás suceda dentro de décadas.

El Rin con poca agua.Imagen: AP Photo/ Martin Meissner

En Alemania sin embargo, el diálogo sobre lo que tal vez pase y cómo hacerle frente ya se ha iniciado. Los investigadores parten de la base de que habrá que hacer frente a más inundaciones, porque con la subida de las temperaturas crecerá también la fuerza de las tormentas. Las lluvias torrenciales se combinarán con periodos largos de sequía en los que aumentará el riesgo de incendios.

El abastecimiento energético podría peligrar si baja el caudal de los ríos que hacen funcionar algunas centrales eléctricas al tiempo que los frigoríficos y aires acondicionados funcionan a toda potencia. En los campos habrá que adaptarse: las condiciones para el cultivo podrían variar. Es probable que a las autoridades sanitarias les desafíen nuevas enfermedades. Y las infraestructuras tendrán que ser más resistentes a las condiciones de tiempo extremo.

El Instituto Alemán de Investigación Económica, DWI por sus siglas germanas, dice que el cambio climático le costará a Alemania unos 800 millones de euros. La cifra es un cálculo medio y aproximado en el que se han tenido en cuenta todos los sectores se verían afectados por la modificación del clima. Pero, en éste como en todos los juegos, no sólo hay perdedores.

Unos pierden y otros ganan

Los Länder alemanes más pequeños y económicamente más débiles son quienes estarán más expuestos a las consecuencias del calentamiento global y de la subida de las temperaturas en Europa. A ellos, pide el DIW, el Gobierno germano les debe dedicar más atención. Berlín, Hesse, Baviera o Renania del Norte-Westfalia van a necesitar por el contrario menos ayuda.

Vaciones de verano, ¿en las playas de Sylt?Imagen: picture-alliance/ dpa

Algunos sectores como la agricultura, muy dependiente de los caprichos del tiempo, se encontrarán con mayores dificultades para funcionar ante un clima mutante. Otros, como la construcción y el turismo, podrían incluso vivir un boom. En el teorético escenario descrito por los expertos, las obras serán difíciles de evitar, no sólo de levantamiento de diques y mejora de las infraestructuras, sino también de trasvase de asentamientos urbanos excesivamente cercanos a las costas.

Y si en la región mediterránea el calor se hace insoportable, los turistas podrían encontrar un nuevo paraíso vacacional en las islas alemanas del Mar del Norte o del Báltico. Rügen y Sylt serán quizás las Mallorca o Cerdeña del futuro. Trágico para España e Italia, pero los hoteleros germanos no darían crédito a su suerte.

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