Alemania suspende entrenamiento de militares en Irak
15 de mayo de 2019
El ejército alemán tiene actualmente 160 soldados desplegados en Irak, donde entrena a soldados, y también en el Kurdistán iraquí, donde dan apoyo a los peshmergas, los combatientes kurdos.
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El Gobierno alemán informó hoy (15.05.2019) de que ha suspendido temporalmente el adiestramiento de las fuerzas armadas de Irak en línea con sus socios de la coalición internacional que combate al grupo terrorista Estado Islámico en ese país y en Siria, aunque precisó no tener conocimiento de "amenazas concretas".
"El Bundeswehr suspendió su formación", dijo a la prensa el ministro alemán de Defensa, Jens Flosdorff, respondiendo a una pregunta sobre la presencia de Alemania en Irak frente a las tensiones con Irán en la región.
El portavoz habló de "más vigilancia" del ejército alemán en el país, sin descartar que los ejercicios de entrenamiento puedan retomarse "en los próximos días" si la situación lo permite. La decisión fue tomada por el ejército alemán junto a otros países que entrenan a militares en la región, añadió.
Soldados permanecen en sus instalaciones
Asimismo, agregó que los soldados alemanes se encuentran y permanecerán en Irak de acuerdo con la estimación que hace Berlín sobre la situación de seguridad en ese país, aunque precisó que en estos momentos no deben abandonar sus instalaciones.
También la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Adebahr, dijo que no tiene informaciones propias sobre un incremento del nivel de amenaza a la seguridad en Irak. "Más allá de las informaciones que pueda tener Estados Unidos, para nosotros no cambia nada en la situación actual", indicó. Agregó que todas las instalaciones alemanas en Irak cuentan con elevadas medidas de seguridad.
Recordó, además, que las recomendaciones de viaje para Irak son de por sí estrictas y se actualizan continuamente. "A mediodía de hoy no vemos ningún motivo para modificarlas", subrayó.
Alemania participa en la misión de la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico en Irak y en Siria con 437 efectivos.
FEW (AFP, EFE)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
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Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.