Algo inimaginable hace poco tiempo. Para garantizar el suministro se recurre a nuevas idea y métodos centenarios.

Aunque la situación en Alemania no sea comparable a la de países más expuestos a las olas de calor, también aquí supone un desafío cada vez mayor encontrar nuevos recursos hídricos. La disminución de precipitaciones los últimos años ha causado en algunas regiones una sensible disminución del nivel freático. A ello ha contribuido también la impermeabilización del suelo. Otro factor preocupante en este contexto es el aumento progresivo de contaminantes en los acuíferos.

La búsqueda de alternativas ha comenzado. Günther Westenhoff es un zahorí que busca con sus varillas fuentes de agua para empresas perforadoras. "Llueve menos y hay que perforar cada vez más profundo”, afirma. No sabe por qué reacciona su varilla a la presencia de agua, solo que el método funciona. 

 

 

 

Y la carestía provoca conflictos por el derecho al uso del agua. En el municipio bávaro de Bergtheim el alcalde intenta mediar entre los usuarios domésticos y los agricultores que necesitan regar más sus cultivos. "En meses calurosos, cuando todos gastan más agua, nuestros pozos ya no dan lo suficiente para todos”, reconoce el alcalde Konrad Schlier. La solución podría ser un acueducto. Pero, los costes para el trasvase de varios kilómetros recaerían en el consumidor final.

"Los consumidores son conscientes de la situación”, afirma Andreas Baur. Su consultora de ingeniería asesora en la búsqueda de agua. Y no tiene tregua. Muchos ayuntamientos quieren prever próximas carestías y captar nuevos pozos. "Se consume más agua que antes, en la agricultura, la industria...pero, también en los hogares debido a las piscinas”, destaca Baur. Para buscar agua lo primero es crear mapas hidrogeológicos que calculen los flujos subterráneos de agua. Después, los geólogos aconsejan dónde hacer la prospección.

En el norte de Alemania hay problemas de agua no sólo por el cambio climático. En amplias zonas de Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia, la agricultura industrial ha arruinado los niveles superiores de las aguas subterráneas a causa de los pesticidas, los nitratos del estiércol y los residuos de fermentación. "Tenemos que perforar cada vez más para aguantar diez años. Después, esas capas también quedarán inutilizables ", afirma Egon Harms, del Departamento Hidrológico de Oldemburgo-Frisia Oriental. Harms pinta un panorama desolador. Afirma que, aunque la República Federal de Alemania está inmersa en un procedimiento de infracción de la UE por incumplimiento de los límites de nitratos en amplias zonas del país desde 2014, no se hace mucho para proteger el agua potable.
 

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