Alemania: turba racista bloquea autobús de refugiados
19 de febrero de 2016
El acoso en una pequeña localidad de Sajonia (este de Alemania) a un grupo refugiados causa hoy indignación en el país.
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Un centenar de manifestantes corearon consignas xenófobas y bloquearon la llegada de un autobús con refugiados a una localidad en el este del país. La escena tuvo lugar en horas de la noche del jueves (18.02.2016) en Rechenberg-Bienenmühle, una localidad de los idílicos montes del Erzgebirge, al sur de Dresde, y recordó a otras registradas el año pasado en la región.
Fue una situación "profundamente vergonzosa", subrayó el ministro de Interior sajón, Markus Ulbich, para criticar a quienes, en lugar de ponerse en la piel de los refugiados, cruzaron coches en la calle para bloquear el autobús en el que viajaban hombres, mujeres y niños y les insultaron.
"Somos el pueblo"
Los manifestantes gritaron "Wir sind das Volk!" ("Somos el pueblo", la consigna de las protestas que derrocaron al régimen comunista de la RDA), señaló la policía local.
Dentro del autobús cundió el temor. En un video colgado en una página de Facebook de corte xenófobo se veía a niños y mujeres llorando y a otros refugiados protestando enardecidos. El video fue eliminado, pero un conocido conductor de la televisión alemana logró rescatarlo y las imágenes se viralizaron.
Según relatan los medios locales, pasaron varias horas hasta que el grupo de refugiados pudo llegar al albergue.
En declaraciones al diario Freien Presse, el alcalde de Rechenberg-Bienenmühle, Michael Funke, mostró su consternación por lo sucedido, pero quiso dejar claro que la mayoría de los que allí se encontraban no querían pelea, sino ver quién llegaba a Clausnitz.
La llegada de más de un millón de refugiados el año pasado a Alemania ha desatado una ola de ataques a hogares. Las autoridades de seguridad contabilizaron un total de 1.027 delitos de consideración contra centros de acogida de refugiados en 2015, incluidos 177 ataques violentos.
FEW (EFE, dpa)
Francia: la miseria de los refugiados kurdos
En la localidad de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque, 2.000 refugiados kurdos aguardan una posibilidad para continuar su viaje a Gran Bretaña. El lodo y el frío agudizan su miseria. El Estado francés no interviene.
Imagen: DW/B. Riegert
Refugiados varados en Francia
Unos 2.000 hombres, mujeres y niños viven en el campamento improvisado en la localidad francesa de Grande-Synthe, cerca de Dunkerque. Allí los refugiados kurdos han construido pequeñas tiendas de campaña. Aquí documentamos sus extremas condiciones de vida.
Imagen: DW/B. Riegert
Esperando
Lizman es originario de la región del Kurdistán iraquí. “En casa hay guerra”, dice. Su meta es llegar a Inglaterra. En el campamento ha instalado un pequeño café en una barraca de madera. Este es el punto de encuentro de los jóvenes.
Imagen: DW/B. Riegert
Meta: Gran Bretaña
El iraquí Asis ha pedido prestado un martillo para repara su tienda de campaña y evitar que entren el lodo y el frío. El joven kurdo quiere atravesar el Canal de la Mancha. Para ello, tendría que pagar a un “coyote” hasta 5.000 euros. “Del otro lado todo tiene que ser mejor”, espera Asis.
Imagen: DW/B. Riegert
Una chispa de esperanza
No se sabe cuántos niños viven en el campamento en medio de la basura y el lodo. Voluntarios han recolectado peluches, y de vez en cuando los reparten en la “tienda de campaña de los niños”.
Imagen: DW/B. Riegert
Hundimiento
Esta muñeca se le cayó a un niño en el lodo. Muchas esperanzas se hunden en el campamento. En las noches el frío es inclemente y no hay luz eléctrica. Solo hay unos cuantos inodoros químicos portátiles y un par de duchas.
Imagen: DW/B. Riegert
Voluntarios de Inglaterra
Chris Bailey fue soldado en Irak. Ahora ayuda a los migrantes que quieren llegar a Inglaterra. “Las condiciones aquí son peores que algunas cosas que vi en la guerra”, dice el veterano. En el campamento, reparte cobijas y botas de hule.
Imagen: DW/B. Riegert
Bienvenidos a Francia
Denise (izq.) y Maryse ofrecen té a los migrantes y platican con ellos. Las señoras viven en una bonita casa particular enfrente del campamento: dos mundos separados por una calle. “Las autoridades no se ocupan” de los refugiados, dice Denise. Muchos de sus vecinos quieren que los migrantes desaparezcan.
Imagen: DW/B. Riegert
¿Dónde están los políticos?
Los voluntarios han bautizado los caminos lodosos con nombres de políticos europeos. La avenida “François Hollande” se llama así porque el Gobierno francés no ha mostrado ningún interés por el campamento improvisado. La Policía tampoco interviene, pese a que algunos habitantes del campamento informan de enfrentamientos violentos entre grupos de migrantes, sobre todo en las noches.
Imagen: DW/B. Riegert
Ayuda alemana
A la ciudad alemana de Múnich ya no arriban tantos refugiados. “Aquí nos necestian”, dice Sinan von Stietencorn, de la cocina popular “Volxküche München”. Junto con amigos ha viajado de Baviera al Canal de la Mancha para repartir comida a los migrantes.
Imagen: DW/B. Riegert
Auxilio
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) vacuna a los refugiados contra sarampión y gripe. La humedad, el frío y la falta de higiene afectan sobre todo a los niños. MSF construye un nuevo campamento en Grande-Synthe, puesto que el Estado pareciera no sentirse responsable. Se trata del primer campamento de la organización humanitaria en ese país de la UE.
Imagen: DW/B. Riegert
Una cueva en el infierno
Asim cuenta que huyó del Estado Islámico en Irak. En el campamento ha luchado por un lugar limpio. En su pequeña cueva incluso ofreció un té a nuestra reportera de Deutsche Welle Catherine Martens. “Todos quieren continuar su viaje”, dice Asim.
Imagen: DW/B. Riegert
Tan lejos del sueño
El puerto de Dunkerque se encuentra a diez kilómetros del campamento improvisado. No obstante, las posibilidades de los migrantes kurdos de llegar a Inglaterra son mínimas. Casi ninguno quiere solicitar asilo en Francia. ¿Pagarán a algún “coyote”? ¿Regresarán a Bélgica o Alemania? ¿O simplemente seguirán aguardando?