Alemania y Colombia, en busca de la "paz sustentable"
Judit Alonso
22 de octubre de 2018
El Centro de Investigación para el Desarrollo de Bonn (Alemania) y el Instituto de Estudios Ambientales de Colombia acordaron investigar el posconflicto en el país latinoamericano.
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La generación de conocimiento para construir la paz en Colombia sigue ganando aliados. Al Instituto Colombo Alemán para la Paz (Capaz), la principal institución académica, científica y de consultoría especializada en este ámbito se le suma un nuevo actor. Para entender la dimensión medioambiental del proceso de paz de Colombia, el gobierno alemán financiará el Programa Bilateral de Apoyo a Estudios Doctorales sobre construcción de paz, ambiente y desarrollo en Colombia entre el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) y el Centro de Investigación para el Desarrollo (ZEF) en Bonn.
Según Peter Ptassek, embajador de Alemania en Colombia, “formando científicos colombianos respaldamos a la sociedad entera a abordar los retos del proceso de paz y del medio ambiente. La ciencia la puede guiar y, junto con expertos internacionales, ayudar a encontrar soluciones”.
Enfocado en los objetivos de desarrollo sostenible, durante la presentación de dicho acuerdo que se celebró el pasado 18 de octubre se dieron a conocer más detalles sobre dichos estudios. De este modo, las investigaciones se centrarán en los derechos territoriales, el uso de la tierra y el acceso a los recursos en Colombia y se plantearán posibles soluciones tras el acuerdo de paz teniendo en cuenta el modelo agrario en Colombia, los conflictos ambientales y las estrategias territoriales de construcción de paz.
Intercambio constante de saberes
La iniciativa surge debido a que “un egresado en nuestra maestría Medio Ambiente y Desarrollo del Instituto de Estudios Ambientales hace doctorado en el ZEF y a través de este estudiante, Alejandro Mora, las dos instituciones podemos conocernos y empezar a trabajar en construir un convenio”, explicó a DW, Rosario Rojas directora de dicha maestría.
Durante el primer año, el convenio apoyará a seis estudiantes de doctorado que recibirán módulos formativos en Colombia de la mano de profesores alemanes y posteriormente se trasladarán a Alemania a seguir su formación y, a partir de dicha estancia escribirán artículos de temas específicos. “Podremos conocer más de cerca diferentes problemáticas y sugerir posibles alternativas”, consideró la colombiana.
El programa bilateral también proporcionará becas para postdoctorantes y dos becas para investigar en Colombia, así como dos estancias para viajar a Alemania a preparar y hacer publicaciones. En este sentido, profesores del ZEF y del IDEA también trabajarán en la elaboración de artículos conjuntos para un número especial de la revista "Gestión y Ambiente" del IDEA. Finalmente, se prevé organizar un simposio sobre pensamientos ambientales y alternativas al desarrollo, teniendo en cuenta la perspectiva sur, en 2019.
Ahondando en las causas
“Para tener una “paz sustentable o sostenible” se requiere entender la complejidad del proceso, entender las causas profundas que le dieron origen y trabajar en hacer algún aporte para remover las causas estructurales que le dieron origen”, aseguró Rojas. “Si la sociedad no logra avanzar en este sentido, la paz no será posible, sostenible, sustentable”, agregó apuntando a la concentración de la tierra y de poder como causas de conflicto.
Rojas es coordinadora del Observatorio de Conflictos Ambientales. Esta iniciativa surgió hace cuatro años “con la idea de construir un espacio para investigar, conocer y profundizar sobre los conflictos ambientales en Colombia”. El objetivo es recopilar dicha información en una plataforma online y ponerla a disposición pública. “Solamente si conocemos la complejidad de estos conflictos, los diferentes actores sociales, sobre lo que está pasando en un lugar que lleva a afectaciones a los ecosistemas, es posible pensar alternativas”, consideró.
Aunque ya se ha analizado una cuarentena de conflictos, la plataforma recopila una veintena de ellos vinculados al carbón, el oro, el petróleo, el turismo y la gestión del agua, entre otros motivos. Pero existe el riesgo de que el número de casos aumente próximamente.
Este 21 de octubre de 2018 se llevó a cabo una consulta popular en Fusagasugá donde el 99,49 por ciento de los 39.175 votó en clara mayoría contra la exploración, perforación y producción de hidrocarburos, fracking y minería en su territorio. No obstante, existe una incertidumbre alrededor sobre sus efectos ya que solo unos días antes la Corte Constitucional determinó que solo el Estado puede decidir sobre el subsuelo.
Para Rojas se trata de “un conflicto muy fuerte de los intereses del gobierno de continuar el modelo extractivo de materias primas y reactivar la economía sin hacer un análisis, profundo y crítico de qué es lo que se gana con estos proyectos y qué es lo que se pierde”.
La contaminación del agua y pérdida de la biodiversidad son algunas de las consecuencias negativas de este tipo de proyectos que “no generan grandes aportes reales a las economías locales y a las formas de vida de las comunidades de estos territorios”, lamentó criticando que la decisión reduce la posibilidad de participación de sus habitantes.
(jov)
Parques colombianos: el otro legado de los Acuerdos de Paz
El descubrimiento de nuevas especies en zonas de los Andes, la Amazonía y regiones costeras del Pacífico y el Caribe de Colombia, que estuvieron aisladas durante casi medio siglo, abre el país al ecoturismo.
Imagen: Parques Nacionales
Colombia, campeona en biodiversidad
Colombia cuenta con 59 áreas naturales que pertenencen al Sistema de Parques Nacionales Naturales. Representan 142.682 kilómetros cuadrados de la superficie del país, de los cuales un 11,27% constituye el área continental y el 1,5% el área marina. Allí hay 311 tipos de ecosistemas continentales y costeros, entre los que están la Serranía de la Macarena (foto) y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Imagen: PNN/C. Byfield
Concentración de riqueza
Solo en un 10 por ciento del territorio se concentra el 70 por ciento de la biodiversidad, debido a que cuenta con dos océanos y grandes áreas geográficas naturales, como la Amazonía, la Orinoquía, los Andes y los valles de los ríos Cauca y Magdalena. Así, se sitúa como el primer país en diversidad de aves (foto) y orquídeas y el segundo en variedad de plantas, anfibios, peces de río y mariposas.
Imagen: Parques Nacionales
Aumentando la biodiversidad, descubriendo nuevas especies
A la biodiversidad existente hay que agregarle la descubierta en territorios inaccesibles durante casi medio siglo debido al conflicto armado. En junio de 2016, el gobierno colombiano lanzó una iniciativa compuesta por una veintena de expediciones científicas que han permitido el hallazgo de nuevas especies. Los territorios explorados han sido zonas de los Andes y la Amazonía, entre otras.
Imagen: Felipe Villegas, Instituto Humboldt/Colombia Bio
Parques abiertos al ecoturismo
La Serranía del Parque del Chiribiquete (foto) formó parte de estas expediciones científicas, pero permanece cerrado al público al encontrarse habitado por pueblos indígenas incomunicados. De las 59 áreas protegidas 29 tienen vocación ecoturística y 23 están abiertas al ecoturismo. Se trata de una estrategia de conservación y gestión que también busca mejorar la vida de las comunidades locales.
Imagen: S. Winter
Observación de flora y fauna, una de las actividades principales del ecoturismo
Las comunidades ofrecen actividades como observación de fauna y flora silvestre, en el marco del Programa de Ecoturismo Comunitario. Esta iniciativa se lleva a cabo en 8 áreas protegidas: Corales del Rosario y San Bernardo, Iguaque, Utría, Otún Quimbaya, Cocuy, Chingaza (foto), Nevados y Cueva de los Guácharos, y en dos áreas protegidas de concesión de servicios ecoturísticos: Tayrona y Gorgona.
Imagen: Parques Nacionales
De la coca al ecoturismo
Colonizada a mitades del siglo XX por millares de campesinos expulsados de las zonas andinas, la Serranía de la Macarena ha convivido con la guerrilla, las Fuerzas Militares y los cultivos de coca, reúne formas de vida de cuatro regiones naturales: Orinoquía, Amazonía, los Andes y la Guyana. Asimismo, dentro del parque fluye el río Caño Cristales (foto), conocido como el río de los siete colores.
Imagen: PNN/C. Byfield
El atractivo de los corales colombianos
No obstante, el parque de los Corales del Rosario y San Bernardo atrajo a 939.081 visitantes en el segundo trimestre de este año. Ubicado en la costa Caribe de Colombia, comprende una amplia zona marina frente a las costas de los departamentos de Bolívar y Sucre, la formación de arrecife de coral (foto) más extensa y con mayor diversidad y desarrollo de la costa continental del Caribe colombiano.
Imagen: Parques Nacionales
Playas de arena blanca y vestigios arqueológicos
En segundo lugar se encuentra el Parque Nacional Natural Tayrona, con un total de 244.365 visitantes en el segundo semestre de 2018. Las playas de arena blanca (foto) de Chengue, Gayraca, Cinto, Neguanje, Concha y Guachaquita delimitadas por manglares forman parte de los atractivos que ofrece el parque, que también cuenta con vestigios arqueológicos de una antigua ciudad del pueblo Tayrona.
Compuesta por dos islas, Gorgona y Gorgonilla, en esta reserva natural el gobierno colombiano construyó una prisión de máxima seguridad en 1959. En 1984 un colectivo de científicos, ambientalistas y llevó a cabo una campaña para el cierre de la misma y así surgió el parque. El paso de las ballenas jorobadas cerca de sus playas en los meses de junio a octubre, atrae a numerosos turistas.
Imagen: PNN
La 'sala de partos' de las ballenas jorobadas
El avistamiento de ballenas jorobadas, de junio a noviembre, también es uno de los atractivos del Parque Nacional Natural de Utria. Aquí se aparean y pasan un tiempo antes de continuar su viaje hacia el sur. A pesar de la presencia esporádica del ELN, el parque, junto con las comunidades locales indígenas, ofrece actividades como el senderismo y la observación de fauna (foto) y flora silvestre.
Imagen: Parques Nacionales
La nueva vida de los indígenas tras el conflicto
Declarado el primer Parque Nacional Natural de Colombia, la Cueva de los Guácharos pertenece a la Reserva de la Biosfera Cinturón Andino de la UNESCO. Ubicado en el sur-occidente del Caquetá, conserva el patrimonio cultural de los indígenas que llegaron a la zona suroriental del Huila. Una vez finalizado el conflicto con las FARC, se empezó a trabajar con la comunidad local sobre ecoturismo.
Imagen: PNN/T. Marent
Territorio indígena no apto para turistas
El Parque Nacional Natural de Güicán, El Cocuy y Chita (foto) es territorio sagrado para los indígenas U‘wa y está cerrado al turismo. No obstante, es un refugio para escaladores de montaña, ya que se trata de la mayor masa glaciar de Colombia, conformada por más de 25 picos cubiertos de hielo y nieve. Las actividades de ecoturismo del parque han ayudado al desarrollo de comunidades locales.
Imagen: PNN/A. Hurtado
La amenaza del cambio climático
Estas áreas naturales no se libran del cambio climático. El Parque Nacional Natural Los Nevados, en el corazón de la región cafetera colombiana, concentra tres de los glaciares del país: Nevados del Ruiz, Nevado del Santa Isabel y Nevado del Tolima. No obstante, la amenaza del deshielo a causa del aumento de temperatura prevé que los dos últimos pueden desaparecer por completo entre 2020 y 2030.
Imagen: Parques Nacionales/Christian García
Destino ecoturístico del Eje Cafetero
Otro destino que está despertando interés en esta zona es el Santuario de Flora y Fauna Otún Quimbaya. Cerca del 90% del área protegida corresponde a bosques naturales y bosques maduros y concentra a más de 300 especies de aves, entre otras especies de fauna (foto) salvaje. Este destino se fue reconocido por tercera vez en el 2017 como entre los 100 destinos de turismo sostenible del mundo.
Imagen: Parques Nacionales
La octava maravilla
La Reserva de la Biosfera El Tuparro se caracteriza por una extensa sabana verde surcada por ríos y playas doradas, y fue definida por el explorador Alexander von Humboldt como la "octava maravilla del mundo". Tuparro es parte de la región del Orinoco, y aunque en el pasado las FARC a veces la usaban como un camino hacia Venezuela, hoy allí se puede practicar senderismo y observación de aves.
Imagen: PNN/G. Pulido
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