La visita de Gustavo Petro a Alemania es tema para el diario Tagesspiegel de Berlín: "Alemania quiere apoyar a Colombia en su transición energética. Así, este viernes visita Berlín el presidente colombiano, Gustavo Petro, para hablar de hidrógeno verde y de una asociación climática con el canciller alemán, Olaf Scholz (SPD). Lo que en principio suena bien, tiene sin embargo una sombra si se mira más de cerca: Alemania importa una gran cantidad de hulla del país sudamericano. En 2022, las importaciones se triplicaron con respecto al año anterior: el 16 por ciento de la hulla usada en Alemania procedía de Colombia.

La colaboración climática con Colombia forma parte de una estrategia más amplia de Alemania para la protección del clima mundial y de Sudamérica en particular. Junto con la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock (Verdes), el ministro de Trabajo, Hubertus Heil (SPD), y el ministro de Economía, Robert Habeck (Verdes), varios ministros alemanes han estado recientemente en el continente. Las reuniones versaron sobre el hidrógeno verde, el litio y los trabajadores cualificados para Alemania. Los críticos, también en Colombia, temen la expansión de las estructuras neocoloniales y la continuación de las violaciones de los derechos humanos en la región, todo ello con la participación alemana."

"Una tragedia"

La historia de los niños rescatados en Colombia tiene como telón de fondo la destrucción, escribe el diario Süddeutsche Zeitung: "La alegría sobre este rescate, que apenas parecía posible después de tantas semanas, también es compartida por muchas personas en los países occidentales ricos. Por un lado, es comprensible. Pero, al mismo tiempo, esta alegría tiene algo de ingenuo, por no decir de hipócrita. Cuatro personas se han salvado en Colombia, pero miles mueren allí de forma violenta cada año. El hecho de que mueran en última instancia también tiene algo que ver con el comportamiento de algunas personas en Europa y Norteamérica.

Sería exagerado culparles de la guerra civil colombiana y de sus excesos hasta el día de hoy; esta responsabilidad recae principalmente en las generaciones de políticos colombianos que han ignorado a la población rural en particular durante demasiado tiempo. Sin embargo; quien compra cocaína, como se calcula que hacen más de cien mil personas en Alemania, está apoyando en última instancia una red de muerte y destrucción. Una red de la que también tuvieron que huir los cuatro niños rescatados".

"Los indígenas colombianos pagan el precio"

El diario Die Welt subraya el precio que pagan los indígenas colombianos por la transición energética alemana: "El agua es el bien más preciado en la provincia de La Guajira, en el norte de Colombia. Al menos desde el punto de vista del pueblo indígena Wayúu. Desde la perspectiva europea, hay otro tesoro: el carbón. No lejos de la pequeña aldea El Rocío, rugen los motores de varios transportes pesados. Los camiones traen nuevos y enormes neumáticos para las excavadoras y los transportadores de la mina de carbón "El Cerrejón", una de las mayores del mundo. El negocio florece.

Jakeline Romero Epiayú, de la organización indígena "Fuerza de Mujeres Wayúu", estuvo en Alemania en 2017 y regresó fascinada y esperanzada cuando se enteró de que Alemania estaba eliminando el carbón. Le entristece ver "que Alemania cierra sus propias minas para no destruir el medio ambiente, pero ahora importa carbón de La Guajira, donde se destruye el medio ambiente, mueren niños y nos roban el agua".

(gg/ers)