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Alemania y Francias: las antípodas de la eurozona

Zhang Danhong
30 de junio de 2018

Si Alemania dice estabilidad, Francia piensa en austeridad; si Francia apuesta por el crecimiento, para Alemania significa deuda. Ambos países no se entienden, pero juntos deben consolidar el euro.

Flaggen Deutschland Frankreich
Imagen: AFP/Getty Images/J. Demarthon

Alemania y Francia apenas tienen nada en común en política económica, fiscal y monetaria. Antes del euro, Francia era un país típico de divisas blandas que no temía a la deuda pública ni a la inflación. Alemania, en cambio, impulsada por el pánico a la inflación, elevó repetidamente los tipos de interés. El problema es que ambos países decidieron compartir una moneda común: el euro, como si fuese un proyecto pacífico.

Una oportunidad única

El expresidente francés Francois Mitterrand aprovechó la oportunidad de la reunificación alemana para deshacerse del odiado marco alemán de una vez por todas. Sin embargo, luego todo resultó ser de manera diferente a como Francia lo había ideado. Los desequilibrios en la eurozona fueron mayores que nunca, y el predominio de Alemania, también. Esto, por supuesto, tuvo que ver con la crisis del euro, en la que la reforma del mercado laboral alemán, la "Agenda 2010" bajo Gerhard Schröder, fue desde luego responsable, dice Guillaume Duval, editor en jefe de Alternatives Économiques, en el marco de una conferencia en la Academia Evangélica Loccum. La restricción salarial conllevó una baja inflación en Alemania, lo que hizo que fuese imposible para el Banco Central Europeo (BCE) reducir los tipos de interés antes de 2008. "Habría sido necesaria una bajada de los tipos de interés para evitar la gran deuda en España, Irlanda, etc", añade.

¿Ha hecho Alemania reformas de manera saludable a expensas de otros? ¿Se ha comportado Alemania de manera incluso antisocial? "Creo que la Agenda 2010 no se hizo con miras a otros países, sino con respecto a la necesidades en Alemania", dice a DW Torsten Windels, economista jefe del Norddeutsche Landesbank. "Se quería aumentar la productividad, disminuir el alto desempleo y las bajas tasas de crecimiento", continua Windels. El economista alemán, sin embargo, admite que Schroeder fue demasiado lejos con el nivel de los recortes.

Guillaume Duval, redactor en jefe de Alternatives Economiques.Imagen: DW/Zhang Danhong

Un culpable

Así que el Gobierno alemán no solo exigió mucho a su propio país, sino también a otros para que llevaran a cabo reformas estructurales dolorosas, incluso durante la crisis financiera y la posterior recesión. "Si se ahorra en la recesión y la deflación, entonces la deuda será aún mayor. Ese ha sido el caso en Grecia y también en Italia", dice Guillaume Duval.

Entonces, ¿Alemania también es responsable del desastre en Italia? El economista alemán responde cautelosamente: "Por supuesto, el corsé fiscal impuesto por Berlín a través de Bruselas no es útil y con una deuda nacional del 130 por ciento del rendimiento económico, los italianos no pueden continuar siempre así", opina. Italia debe hacer sus deberes, explica Windels.

El periodista francés piensa que Italia no debe ser tratada como Grecia. La tercera economía más grande de la eurozona representa el 10 por ciento del rendimiento económico en la unión monetaria, mientras que Grecia solo representa el 1,5 por ciento. "Entonces, si no podemos resolver la crisis italiana, explotará", augura.

Una idea audaz

Guillaume Duval propone un alivio de la deuda para Italia. Todo lo que se necesita es que el BCE cancele todos los bonos estatales italianos que posee. El alemán Torsten Windels opina al respecto: "Para un economista alemán conservador como yo, esa medida es muy radical. Tengo que reflexionar sobre el tema”. La palabra "alivio de la deuda” origina una reacción alérgica en los alemanes, porque para ellos significa que el dinero alemán se ha evaporado.

¿No sería más fácil para todos si el aguafiestas, Alemania, abandonara el euro? El economista alemán incluso está de acuerdo teóricamente con esta tesis. Pero "si Alemania sale del euro, entonces pueden también olvidarse del euro. Las malas lenguas dicen que el euro no es más que el marco alemán con un abrigo europeo", dice el francés. (Mitterand se retorcería en la tumba). La cultura de estabilidad alemana se tomó como modelo de moneda para el euro. Y si el garante de esta cultura de estabilidad dejase el barco, los inversores internacionales ya no estarían dispuestos a comprar los bonos de los países de la eurozona, cree Torsten Windels.

Torsten Windels, jefe economista del Norddeutschen Landesbank .Imagen: DW/Zhang Danhong

Una cantidad incalculable

Guillaume Duval no está de acuerdo. Según él, Francia es el país que ha propiciado la unidad de la UE. "Francia salvó al euro porque, en la crisis del euro, no redujimos nuestros costes salariales ni tampoco nuestro gasto público". Como resultado de este "acto heroico", Francia sigue siendo el único país de la eurozona con un déficit presupuestario. A los alemanes no se les ocurriría estar orgullosos de algo así.

Independientemente de cómo funcionen ambos países, ambos están ahora condenados a trabajar juntos para que el euro sea una moneda a prueba de crisis. Tanto Francia como Alemania se han puesto excepcionalmente de acuerdo en que se necesita más presupuesto para la eurozona y una ofensiva inversionista. Macron exigió 25.000 millones de euros. Merkel no está de acuerdo con dicha cantidad.

El francés Guillaume Duval cree que dicha cantidad es muy baja y propone sin pestañear un billón de euros.

Zahng Danhong (RMR/EAL)

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