El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, consideró que la evidencia contenida en el reporte de las Naciones Unidas sobre el uso de armas químicas en Siria “indica que el gobierno estuvo detrás” de los ataques con gas sarín realizados el 21 de agosto pasado en ese país.

Alemania se acerca así a la posición de países como Estados Unidos, Francia y Reino Unido en relación a la responsabilidad por el uso de armas químicas en Siria.

Según Westerwelle, el documento corrobora la percepción de que “solo el gobierno de Assad tendría los materiales y la capacidad de llevar a cabo un ataque con consecuencias tan terribles”, dijo el funcionario en entrevista con el diario Süddeutsche Zeitung.

En cambio, Rusia criticó el trabajo de los inspectores de armas químicas de la ONU, cuyo informe calificó de "politizado, parcial y unilateral", en palabras del viceministro de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov.

"Escribieron un informe selectivo e incompleto", aseguró Riabkov durante una visita a Damasco, según recoge la agencia estatal Ria Novosti.

Según el funcionario, los expertos ignoraron otros tres presuntos ataques con sustancias tóxicas en el país azotado por la guerra civil. Riabkov continuará hoy con sus reuniones en Siria, de cuyo gobierno Moscú es uno de los principales aliados.

El viceministro añadió que Siria le ha entregado material que prueba la responsabilidad de los rebeldes en el ataque con gas sarín del 21 de agosto y que éste está siendo analizando. A la vez, instó a Damasco a entregar de manera "exacta y en plazo" toda la información sobre sus almacenes de gas tóxico.

Rusia volvió a criticar además a Occidente por sus exigencias de una dura respuesta contra Damasco.

EL(dpa, Reuters, AFP)