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Alemania y su relación con Rusia: ¿comienza una nueva era?

Frank Hofmann
6 de mayo de 2022

La proximidad a los déspotas de Moscú ha perjudicado el prestigio de la política exterior alemana. ¿Puede lograrse un “punto de inflexión” con respecto a ese pasado? Un historiador lo explica.

Destrucción por bombardeos rusos en la región de Lugansk, Ucrania.
Destrucción por bombardeos rusos en la región de Lugansk, Ucrania.Imagen: Alexander Reka/TASS/IMAGO

Suena el teléfono en la casa de Andrei Kurkov. El autor de best sellers de Kiev siempre tuvo una buena antena en cuanto a la visión de Alemania que tiene Europa del Este. En sus conversaciones de los últimos tres meses hubo "una gran cantidad de emociones antialemanas”, dice Kurkov, presidente del PEN Ucrania, en entrevista con DW. El escritor vive en parte en Londres y publica, entre otros, artículos en los semanarios The Economist y The New Yorker.  En Estados Unidos es considerado uno de los intelectuales que mejor explican la situación en su país. "A menudo se dice que Angela Merkel es la culpable”, dice. La excanciller alemana, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), empezó a "comerciar más con Putin” cuando el presidente ruso ya había anexionado Crimea, en 2014, violando el derecho internacional, señala. Y "luego del comienzo de la guerra en el Donbás”, Merkel siguió impulsando la construcción del gasoducto Nordstream 2 en el este de Europa, dice Kurkov, que narra los sucesos de la revolución del Euromaidán en su libro "Diario ucraniano.

"Tenemos derecho a exigir más”

El escritor, que creció en una familia intelectual rusófona, vivió el ataque a su país natal en Kiev. Entretanto, trabaja desde Copenhague. Su mujer y sus hijos están viviendo en diferentes lugares de Ucrania. Su hijo presta ayuda humanitaria en Úzhgorod, una ciudad ucraniana habitada por la minoría húngara, en la frontera con Hungría, adonde ha huido mucha gente de las zonas de combate. Hay guerra en Europa y, desde la invasión rusa, Ucrania se encuentra en una lucha por la supervivencia.

El escritor ucraniano Andrei Kurkov y su familia han sido gravemente afectados por la guerra rusa en Ucrania.Imagen: Elmar Kremser/SVEN SIMON/picture alliance

Poco después del comienzo de la guerra, el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció un cambio fundamental en la política exterior alemana. "Punto de inflexión”, lo llamó Scholz en un discurso ante el Parlamento alemán. Alemania quiere invertir masivamente en su Ejército, y revertir los lazos económicos con el Estado agresor. Rusia es boicoteada. Y, sin embargo, las críticas llegan desde hace semanas desde Ucrania, principalmente porque Alemania sigue recibiendo grandes cantidades de materias primas de Rusia y transfiriendo dinero a Moscú. Después de la evacuación de unas 100 personas de la acería de Mariúpol, sitiada por los rusos a principios de mayo, la vice primera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk dijo: "Tenemos derecho a emocionarnos. Tenemos derecho a exigir más, más armas, más sanciones. (...) ¡Usted pierde dinero, mientras nosotros perdemos vidas!"

Cada vez está más claro: la reorientación de la política exterior de Alemania es un proceso doloroso y corre paralelo al destino de Ucrania y al desarrollo de esta guerra.

El fin de las premisas de los alemanes

Y eso tiene mucho que ver con la crítica a la política alemana desde 2014, desde el Euromaidán en Ucrania y los ataques de Rusia a la soberanía de ese país, garantizada por el derecho internacional. "Algo cambió en la política alemana desde 2014, a saber, una actitud más crítica hacia Rusia en comparación con 2014, a pesar de Nord Stream 2", dice a DW la experta en Europa del Este Margarete Klein, del think tank berlinés Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), que también asesora al gobierno alemán. "Pero no hubo un cambio de paradigma fundamental en la política alemana hacia Rusia; esta todavía se basaba en una serie de supuestos básicos insostenibles, como que se puede separar la cooperación económica de los conflictos en política de seguridad”, explica Klein. O "que un orden de seguridad europeo solo se puede crear con Rusia". Según la politóloga berlinesa, "un punto de inflexión" significa "que uno revisa esos supuestos básicos, que realmente comprende que la cooperación económica también puede tener efectos en la política de seguridad".

La Dra. Margarete Klein, analista del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), de Berlín.Imagen: SWP Berlin

Ucrania no fue tomada en cuenta durante mucho tiempo

Casi todos los países del este y el centro de Europa, así como Ucrania, advirtieron siempre que Alemania podía ser objeto de chantaje debido a su dependencia a nivel energético de Rusia. Pero simplemente no se tomó en cuenta a los ucranianos, reflexiona el historiador alemán Karl Schlögel, experto en Europa del Este. "Eso significa que la percepción europea es -y eso también vale para mí y para muchos de mi generación- rusocentrista”, explica a DW.

"¿Quién viajó a Ucrania o a otras ‘provincias' del Imperio Soviético?”, cuestiona. "Esto ciertamente está relacionado con el hecho de que Ucrania siempre fue vista como una parte, como una provincia, como un patio trasero, por así decirlo, de la Unión Soviética, y anteriormente también del Imperio Ruso. No se la percibía como un sujeto independiente, como una nación, como un pueblo.” Esa sería al menos una parte de la explicación acerca de las duras críticas de Ucrania a la política exterior alemana: ¿quién querría aceptar que uno ni siquiera debería existir? Y eso pesa especialmente en el caso de Alemania, que atacó a sus vecinos de Europa del Este durante la Segunda Guerra Mundial y exterminó sistemáticamente a seis millones de judíos europeo, dice.

El profesor Karl Schlögel, historiador y experto en Europa del Este.Imagen: Gerald Matzka/dpa/picture alliance

"Hasta hace poco, el escenario principal de los crímenes alemanes en el Este, es decir, Ucrania y Bielorrusia, no figuraba en absoluto en los mapas" como referencia histórica, afirma Schlögel. Y eso, a pesar de que los crímenes de la Wehrmacht alemana en Ucrania se han dado a conocer a un gran público en Alemania desde 1995: la exposición itinerante "Guerra de Destrucción – Los crímenes de la Wehrmacht desde 1941 hasta 1944", del Instituto de Hamburgo para Asuntos Sociales, hizo conocer a muchos las atrocidades que cometió la Alemania nazi en Ucrania. "En realidad, es escandaloso que se necesite una nueva guerra para traer de vuelta a Ucrania a nuestra memoria como campo de batalla; eso ya es demasiado dramático”, lamenta el historiador. Ahora, el experto en Europa del Este solo espera que, a diferencia de 2014, después de la exitosa revolución del Euromaidán y el comienzo de la guerra de Rusia en el este de Ucrania, las preocupaciones de Ucrania ya no desaparezcan de la agenda europea. La guerra de Rusia "no comenzó en febrero", subraya. Desde 2014, la guerra ha cobrado miles de vidas en Ucrania y ha provocado huidas y desplazamientos.

Europa como salida

De hecho, para el escritor Andrei Kurkov hay una salida para sanar estas heridas germano-ucranianas. El recuerdo de la tiranía alemana en Ucrania se está desvaneciendo actualmente. En sus charlas en Ucrania, "se habla mucho menos de la Segunda Guerra Mundial.” Cuando la gente "habla de fascistas, ahora se refiere a Rusia, no a la Alemania nazi”. En Ucrania, se analiza a Alemania y a su política exterior principalmente porque se la percibe como el "país más importante de la Unión Europea". Ucrania quiere convertirse en miembro de la UE. Las élites en Kiev son conscientes de que su ingreso a la OTAN podría demorar mucho más tiempo. "Europa es una gran esperanza y también un tema importante para la independencia del país”, subrayó Kurkov. "Europa significa seguridad para Ucrania".

(cp/ers)

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