Alemania ya no quiere ir de compras: ¿por la mascarilla?
6 de julio de 2020¿Una bonita camiseta, un par de sandalias o un bañador? Los anuncios de rebajas de verano inundan las vidrieras alemanas. Nada raro. Cada año, en julio, los comercios de ropa pugnan por liberar sus estanterías con descuentos. Hacen espacio para la moda de otoño.
Pero 2020 no es un año ordinario. Donde a estas alturas no quedarían sino residuos, está aún todo lleno. No se podía ir de tiendas durante las semanas de más estricto confinamiento. Y ahora, muchos ya no quieren hacerlo. Aprendieron que el riesgo de infección es mayor en espacios cerrados. Se exige la protección con desinfectante de manos y mascarilla. Pero casi nadie quiere permanecer más tiempo del imprescindible en una tienda.
Comprar ha perdido encanto
Especialmente en el caso de la ropa, y al menos en sociedades con amplias clases medias, como la alemana, ir de compras suele ser una experiencia y no una necesidad. Las tiendas viven de tentar a comprar. Pero, con la pandemia de coronavirus, pasear por tiendas y boutiques ha perdido atractivo, reporta la Asociación del Comercio Minorista en Alemania (HDE).
Las ventas en línea y de comestibles hacen buenos negocios. Sin embargo, en el comercio textil, las ventas han disminuido tan masivamente en los últimos dos meses que un tercio de los minoristas ve ahora amenazada su existencia. "La obligación de usar una máscara es un obstáculo para el deseo de comprar", aseguró un portavoz de la HDE a DW.
Si te pica la cara ...
Ciertamente, no hay gran placer dentro de las tiendas alemanas vistiendo una máscara con temperaturas de verano. Los sistemas de aire acondicionado no son asunto de rutina en el país. Se suda rápidamente bajo la máscara, la piel de la cara comienza a picar: ¿qué podría ser más obvio que salir rápidamente a la calle, donde puedes mostrar el rostro?
Por eso, la HDE celebra que los políticos debatan sobre la posibilidad de abolir el uso obligatorio de mascarillas en las tiendas de regiones con bajas tasas de infección. Esto es lo que exigen los ministros de economía de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Baja Sajonia, con respaldo del partido liberal (FDP).
El Gobierno federal debería "trabajar junto con el comercio minorista para desarrollar criterios uniformes hacia un escenario regionalmente diferenciado de eliminación del requisito de máscara obligatoria", exige Michael Theurer, líder del grupo parlamentario del FDP en Berlín. La máscara no podrá eliminarse la noche a la mañana, "pero no se puede mantener indefinidamente y sin diferenciación regional", alega.
Merkel se mantiene firme
Angela Merkel, sin embargo, evalúa de forma muy diferente la actual situación. "En todos los lugares públicos donde no se pueda garantizar la distancia mínima, las máscaras son un recurso importante y, actualmente, indispensable", dijo el portavoz del gobierno Steffen Seibert. Son necesarias "para mantener bajas las cifras de infección y proteger a nuestros semejantes y a nosotros mismos".
Esto es particularmente importante en las vacaciones de verano, ahora en marcha, dice Seibert. "Incluso a las regiones que pueden haber tenido un número muy pequeño de casos hasta ahora, están llegando personas desde otras partes del país". La nueva movilidad es bienvenida. "Pero tiene que ir de la mano de esas normas que nos han servido tan bien en la lucha contra esta pandemia en los últimos meses: el distanciamiento, las reglas de higiene y, cuando sea necesario, la máscara obligatoria".
Los estados federados deciden
De acuerdo con la Ley de Protección de Infecciones, no es el Gobierno federal sino que son los Gobiernos de los estados federados quienes tienen la última palabra en Alemania. Entre ellos, también la mayoría rechaza actualmente la abolición del uso obligatorio de máscara en espacios públicos cerrados; la ven como una imposición razonable.
El ministro-presidente conservador bávaro Markus Söder enfatiza que este es "uno de los pocos instrumentos para proteger contra el coronavirus" y la obligación de usarla ha demostrado su efectividad en la vida cotidiana. La ministra-presidenta de Renania-Palatinado, la socialdemócrata Malu Dreyer, concuerda.
"Son un pequeño esfuerzo con un gran efecto y, en relación con las restricciones de contacto y los altos estándares de higiene, una herramienta importante, también científicamente probada, en la lucha contra el virus", subraya Dreyer. Declaraciones similares llegan de otros estados como Baden-Württemberg, Brandeburgo, Hamburgo y Schleswig-Holstein.
"El virus sigue ahí”
El ministro federal de Salud, Jens Spahn, también advierte: "Entiendo la impaciencia y el deseo de normalidad. Pero el virus sigue ahí". Lo mismo dicen los epidemiólogos, que insisten en que no solo las máscaras médicas, sino también otras más comunes y menos sofisticadas reducen el riesgo de infectar a otras personas. Al toser, estornudar o hablar, se emiten menos virus.
El debate, sin embargo, no ha terminado. Y mucho dependerá de si los alemanes recuperan el ánimo consumidor pese a la máscara. El ministro de Economía de la Baja Sajonia, Bernd Althusmann, ya ha anunciado que seguirá discutiendo el tema tras la pausa de verano. Y lo mismo dice el Gobierno de Sajonia. Al final, será una cuestión de equilibrio: entre la protección de la salud y la situación económica.
(rml/jov)
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