La situación en Alepo es dramática: la batalla continúa. La organización humanitaria World Vision critica duramente a las Naciones Unidas. Sobre todo los civiles son los que sufren las peores consecuencias.
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A Conny Lennenberg se le nota la conmoción en su voz. Intenta mantener la calma. Trabaja como directora regional de Oriente Próximo para la organización humanitaria World Vision. Desde hace 25 años colabora en el departamento internacional de cooperación al desarrollo. Está consternada con lo que sucede en la actualidad en Alepo. "La situación allí es de momento catastrófica. Los hospitales no están funcionando, no hay servicio sanitario y no se puede garantizar en gran parte el abastecimiento de agua y alimentos”, dice.
Alepo era el último baluarte de los rebeldes sirios. Entretanto, el Ejército sirio ha reconquistado casi totalmente la ciudad con ayuda de Rusia e Irán. A principios de esta semana se acordó un alto el fuego, pero este 14 de diciembre, la batalla continuó. Los periodistas, que trabajan allí, describen Alepo como una ciudad en ruinas.
Miedo por la población civil
La organización World Vision está activa en Siria desde hace cuatro años. No es una tarea fácil. Conny Lenneberg quiere sobre todo asegurar el abastecimiento básico de agua y alimentos. Le preocupa sobre todo la situación de la población civil: "Tenemos mucho miedo por lo que está sucediendo a la población civil. El hecho de que mujeres, niños y hombres, que no tienen nada ver con el conflicto armado, estén entre los dos frentes, muestra el fracaso total de la comunidad internacional”, dice.
Se evaporó una vez más la esperanza de una paz duradera. La situación se halla en un callejón sin salida y la comunidad mundial se muestra reñida ante el conflicto sirio. A principios de octubre de 2016, los Estados Unidos suspendieron las negociaciones directas con Rusia sobre una tregua en Siria. Mientras tanto, la guerra civil sigue viva en Siria con toda su crueldad. Millones de personas han fallecido en el país desde 2012.
El pueblo obligado a huir
La crueldad de las batallas obliga a la gente a huir del país. Desde el comienzo de la guerra civil, 12 millones de personas lo han hecho. Es decir, más de la mitad de la población siria.
Conny Lenneberg, teniendo en cuenta estas cifras alarmantes, no oculta su desprecio hacia la comunidad internacional. "Como ustedes, cuando crecí también me vi confrontada con historias de la Segunda Guerra Mundial. Mi abuela me contaba cómo huyó con cuatro niños pequeños. En medio del invierno, sin saber su destino, dónde se podía alojar, dónde encontraría algo de comer. Tras la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas se fundaron por un motivo muy concreto: para evitar que el sufrimiento se repitiera”, dice . En Siria "vemos que desde hace cuatro años, la comunidad internacional no es capaz de cumplir con sus obligaciones”, comenta totalmente desilusionada.
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.