El secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Alfred Tacke, tenía preparada una buenanueva: la subida del euro que frena las exportaciones alemanas ha sido detenida, luego el Gobierno sigue convencido de que el crecimiento de la economía alemana en 2004 será del 1,8%. “Aunque durante el primer trimestre hubo señales de debilitamiento”, prosiguió Tacke, “éstas no lograron peligrar la tendencia positiva.” Pero la intención de la aparición ante la prensa del enviado gubernamental no era sólo difundir optimismo sino exponer las realidades del estado de la industria alemana.

“Quien quiera sobrevivir en la industria farmacéutica, tiene que ocupar posiciones de liderazgo en las tecnologías biológica y genéticas”, advirtió Tacke que apuntó con cierta autocrítica, que Alemania tiene brindar entonces “las mejores condiciones para investigar y desarrollar nuevos medicamentos”.

Mientras otros avanzan, Alemania se cuestiona

Pero las tecnologías biológicas y genéticas son términos candentes en los medios gubernamentales de estos tiempos. Hace no mucho tiempo se logró un compromiso entre los partidos de la coalición socialdemócrata y verde tras un debate de largos años sobre la legislación en tecnología genética. Un acuerdo que ha sido criticado por la industria del sector como “obstáculo de hecho” para el desarrollo. “Demasiada burocracia, muy poca confianza en los investigadores y demasiadas preocupaciones éticas” es también la posición personal del Ministro federal de Economía Wolfgang Clement.

Alemania necesita un “medio de cultivo” más positivo para las nuevas tecnologías, puesto que éstas son la base de las innovaciones. Mientras Alemania apoya fuertemente la industria y el desarrollo de tecnología automovilísticas, ha desatendido campos como el de la electrónica para el tiempo libre. Es comprensible que la industria alemana, caracterizada por las pequeñas y medianas empresas, no puede enfrentarse a colosos como Sony. Aún así es innegable que Alemania se ha dormido en los laureles en importantes sectores tecnológicos: “En la electrónica para el ocio hemos perdido posiciones. Aunque tenemos firmas fantásticas que desarrollan y producen pantallas planas y cámaras digitales, el fuerte de la investigación se desarrolla hoy en Corea del Sur, Taiwan, China y Japón”, confiesa Tacke. Nunca es tarde para despertar.