Condenan a Allison Mack por su participación en secta sexual
1 de julio de 2021
Días antes de la sentencia Mack dirigió una carta al juez en la que escribió: "Ahora es de suma importancia para mí decir, desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho".
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La actriz de la serie de televisión "Smallville" Allison Mack fue condenada este miércoles (30.06.2021) a tres años de prisión por su implicación en el caso de la secta Nxivm, cuyo fundador, Keith Raniere, fue condenado a 120 años de cárcel por tráfico sexual y otros cargos, confirmó la Fiscalía del distrito Este de Nueva York.
Detenida en abril de 2018, Mack admitió un año después su culpabilidad en dos cargos de crimen organizado y de conspiración para crimen organizado, y entonces expresó su arrepentimiento y pidió perdón a las víctimas de la secta. La Fiscalía también informó que la intérprete deberá pagar una multa de 20.000 dólares.
"Capítulo horrible de mi vida"
"Estoy avergonzada por la forma en que me comporté", dijo Mack, que interpretó a la mejor amiga de Clark Kent de 2001 a 2011 en la serie, en la audiencia en el tribunal federal de Brooklyn.
La estadounidense nacida en Alemania añadió que estaba "llena de remordimientos y culpa" por lo que llamó un "capítulo horrible de mi vida".
Los fiscales habían recomendado una sentencia más indulgente que los 14 a 17 años estipulados por la ley debido a su participación en su investigación.
"Me entregué a las enseñanzas de Keith Raniere con todo lo que tenía. Creía, de todo corazón, que su mentoría me estaba llevando a una mejor versión más ilustrada de mí misma. Dediqué mi lealtad, mis recursos y, en última instancia, mi vida a él. Este fue el mayor error y el mayor arrepentimiento de mi vida", dijo.
Además, su madre, sus hermanos y varios amigos y allegados escribieron también sendas cartas al magistrado para interceder por la acusada.
Supuesto grupo de autoayuda
Raniere fue sentenciado el pasado octubre por un tribunal de Nueva York a 120 años de prisión por aprovechar el supuesto grupo de autoayuda que había fundado para abusar sexualmente de una larga lista de mujeres.
En el caso han estado implicadas, además de Mack, varias personalidades destacadas como la heredera del imperio licorero Seagram's, Clare Bronfman, que el pasado septiembre fue condenada a seis años y nueve meses de prisión, después de declararse también culpable.
Raniere fue detenido en México en marzo de 2018 tras ser acusado formalmente en un tribunal de Nueva York de tráfico sexual y de conspirar para tráfico sexual y para obligar a trabajo forzoso.
En 1998, este supuesto gurú de la motivación personal creó la organización Programas Ejecutivos de Éxito, a través de la cual impartía talleres de cinco días por los que cobraba hasta 5.000 dólares.
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Nxivm y la esclavitud sexual
Años más tarde fundó Nxivm, la secta que estableció al norte de la ciudad de Nueva York y donde obligaba a los asistentes a tomar clases adicionales a mayor precio y a traer a otras personas para "ascender" dentro de los rangos internos de la organización y así obtener privilegios.
La historia tomó un giro aún más oscuro cuando en el año 2015 Raniere formó una sociedad secreta dentro de Nxivm llamada "DOS", supuestamente "para empoderar a las mujeres y erradicar las debilidades del programa de estudios".
Estas mujeres se convertían finalmente en sus esclavas sexuales, eran forzadas a realizar tareas domésticas y marcadas a fuego con las iniciales del líder de la secta en una dolorosa ceremonia sin anestesia en las que se les cauterizaba la piel en una zona cercana al pubis.
Además, las víctimas de Nxivm eran extorsionadas con información comprometedora sobre amigos y familiares, fotografías de desnudos y derechos sobre las pertenencias que ellas mismas aportaban. Por eso, muchas tenían temor de dejar el grupo o no obedecer, según la acusación.
FEW (EFE, AFP)
Colonia Dignidad: crónica de una secta
Durante más de cuatro décadas, un asentamiento alemán en el sur de Chile fue escenario de brutales crímenes, sin que este país ni Alemania intervinieran para detenerlos. Esta es la historia de Colonia Dignidad.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
El líder, Paul Schäfer
Todo comenzó en Siegburg con la Misión Social Privada, una obra benéfica surgida en la Alemania de post guerra. Su líder espiritual, Paul Schäfer (1921-2010), atrajo a cientos de seguidores. Huyendo de acusaciones de pedofilia, abandonó Alemania en 1961. Lo acompañaron más de 200 personas, entre ellas varios niños cuyos padres fueron engañados para autorizar el viaje.
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Una colonia alemana en el sur de Chile
El grupo viajó a Chile, donde compró un terreno cerca de Parral, unos 300 km al sur de Santiago, y fundó la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad. Así nacía Colonia Dignidad, una comunidad dedicada a labores agrícolas, que construyó casas, una escuela, un hospital y también cercos y un férreo sistema de vigilancia para impedir el contacto con el exterior.
Imagen: Picture alliance/dpa/M. Hernandez
Vida de secta
Pronto se sumaron nuevos seguidores llegados de Alemania, atraídos por el sueño de una tierra próspera donde comenzar una nueva vida. La colonia llegó a tener unos 300 miembros. Allí las familias eran separadas: hombres, mujeres y niños vivían en casas diferentes. Se trataba de un sistema altamente jerárquico y dominador, en que cualquier disidencia era castigada.
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Riqueza construida con trabajo esclavo
La vida estaba dedicada al trabajo, sin derecho a sueldo, descanso ni vacaciones. Los colonos sufrían castigos físicos y sicológicos, y quienes se rebelaban eran drogados para que se mantuvieran sumisos. Con las ganancias, Schäfer y sus cercanos compraron más propiedades, maquinaria y sofisticados sistemas de seguridad. El patrimonio incluía 16 mil hectáreas y cuentas en el extranjero.
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Abuso sexual
Para los chilenos, la colonia representaba el ideal del alemán esforzado y trabajador. Al interior de la secta, en tanto, Schäfer instauró un macabro sistema para dominar las voluntades y abusar sexualmente de niños. Cuando los alemanes crecieron, comenzó a invitar al internado o actividades de fin de semana a niños chilenos de familias pobres de la zona, de quienes continuó abusando.
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Prisión infranqueable
Escapar de Colonia Dignidad era casi imposible. Implicaba superar altas rejas, el río, los perros y férreos sistemas de vigilancia. Además, los colonos habían entregado sus pasaportes, no sabían español ni conocían la zona. Quienes lograban llegar a la embajada alemana en Santiago, eran devueltos a la colonia. Algunos se retractaban bajo engaños o amenazas, o se les atribuían problemas mentales.
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Wolfgang Kneese, el primer fugado
El primero en lograr huir de la secta, después de tres intentos que le valieron torturas y persecución judicial, fue el joven Wolfgang Kneese. En 1967 regresó a Alemania, donde denunció los crímenes que se cometían en la colonia. En 2008 recibió la Cruz Federal al Mérito (Bundesverdienstkreuz) por su infatigable búsqueda de justicia y respeto a los derechos humanos de las víctimas de la secta.
Imagen: picture-alliance/dpa/J.Carstensen
Fachada idílica
A pesar de las tempranas denuncias y del revuelo en la prensa, las autoridades de Chile y Alemania no reaccionaron. La colonia proyectaba una idílica imagen con su hospital benéfico, el coro y el restaurant externo en la localidad de Bulnes, con cecinas y pastelería alemana. Al interior, los crímenes continuaron y se agregaron nuevos, como la fabricación y el tráfico de armas.
Imagen: Archivo Villa Baviera
Adopciones irregulares
Con engaños como darlos por muertos ante sus padres, unos 20 niños chilenos fueron adoptados en forma irregular. Recibieron nombres alemanes, aprendieron el idioma de los colonos y debieron trabajar como esclavos. A la izquierda, Rafael Labrín, quien creció como Dieter Scholz. Junto a él otras víctimas: la ex colona Astrid Tymm y Johan Cisternas, quien de niño asistía a actividades en la colonia.
Imagen: FDCL/J. Stehle
Colaboración con la dictadura
Colonia Dignidad cooperó con la DINA, la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, de varias formas. Según consta en expedientes judiciales, aquí fueron detenidos, torturados y asesinados prisioneros políticos. Se calcula que los cuerpos de unas 100 personas habrían sido enterrados en fosas, luego exhumados y hechos desaparecer definitivamente. Los familiares continúan la búsqueda.
Imagen: AFDD Talca
El fin de Schäfer
Con la vuelta a la democracia, en 1991 el presidente Aylwin le quitó la personalidad jurídica a Colonia Dignidad, la que comenzó a llamarse Villa Baviera. Vinieron denuncias de abuso sexual de chilenos contra Schäfer y se destaparon los crímenes. Varios jerarcas fueron condenados; Schäfer huyó en 1997 y se escondió en Argentina. Fue detenido en 2005, condenado en Chile y murió en prisión en 2010.
Imagen: picture-alliance/dpa
El médico de la colonia
Mano derecha de Schäfer, el Dr. Hartmut Hopp era el ministro de relaciones exteriores de la colonia. Un privilegiado que fue enviado a estudiar a Estados Unidos y dirigía el hospital. Condenado como cómplice de abuso de menores, huyó a Alemania y vive libremente en Krefeld. La justicia alemana rechazó ejecutar la condena chilena y cerró investigaciones propias por no encontrar prueba de delito.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Agost
Culpas, castigos y compensaciones
Junto con reconocer su responsabilidad moral, Alemania ha ofrecido un fondo de ayuda de hasta 10 mil euros para cada ex colono afectado, lo que las víctimas consideran insuficiente. En Chile, donde sí ha habido condenas a victimarios, un grupo de afectados anunció una demanda contra el Estado en la que exige cada uno un millón de dólares de reparación.
Imagen: FDCL e.V.
El futuro y la memoria
Después de la partida de Schäfer comenzó un proceso de apertura. Unos 200 miembros abandonaron el enclave; algunos se quedaron en Chile y muchos regresaron a Alemania. Junto con justicia y reparación, los afectados exigen que Villa Baviera deje de ser un centro turístico, con hotel y restorán, y se convierta en sitio de memoria, donde se conozca la verdad y se honre a las víctimas.