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América Latina: Alemania está perdiendo terreno

Tobias Käufer
22 de septiembre de 2022

Las economías latinoamericanas buscan cada vez más la cooperación con China. Europa y Alemania tienen dificultades para contrarrestar esta alianza.

El presidente de Argentina, Alberto Fernandez, con el canciller alemán, Olaf Scholz.
El presidente argentino Alberto Fernández, junto al canciller alemán, Olaf Scholz, en la cumbre del G7. Imagen: Michael Kappeler/picture alliance

Fue un gesto importante del gobierno alemán cuando, hace unas semanas, el canciller Olaf Scholz invitó al presidente argentino, Alberto Fernández, a la cumbre del G7 en Alemania. 

Pero ahora llegan malas noticias para los europeos y Occidente: Argentina quiere incorporarse al grupo BRICS, formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.  

Independiente de todos los problemas económicos a los que se enfrenta actualmente Argentina, con una inflación permanente y una elevada tasa de pobreza, su incorporación sería algo más que una mejora de imagen para el grupo BRICS. Y es que Argentina tiene, entre otras cosas, grandes yacimientos de litio, la materia prima que se necesita para la producción de baterías para coches eléctricos.

En resumen, Argentina, el mercado del futuro, se está reorientando.

A la espera de las elecciones en Brasil 

"Creo que el gobierno alemán está esperando y deseando que el presidente brasileño Jair Bolsonaro salga de su cargo. Espero que entonces se pongan en marcha rápidamente las actividades para atraer con más fuerza a Sudamérica", afirma el experto económico argentino Carl Moses en una entrevista con DW. 

Las actividades en torno al acuerdo de libre comercio UE-Mercosur están actualmente en suspenso. Estaba listo para ser firmado, pero fue detenido por los europeos, dada la controvertida política de deforestación de la Amazonia de Bolsonaro en Brasil. Su contrincante de izquierda, Lula da Silva, quien lidera las encuestas y ya gobernó Brasil de 2003 a 2011, promete en su campaña electoral marcar el camino hacia una política de deforestación cero. 

Sin embargo, si Bolsonaro gana las elecciones, Europa se quedaría sin nada en lo que respecta al acuerdo de libre comercio con la agrupación sudamericana. Los críticos acusan a los europeos de haber perdido una oportunidad.

Todavía no hay visita del Ministro de Asuntos Exteriores 

El gobierno de Alemania ha dado hasta ahora la espalda a América Latina. La ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, aún no ha estado en esta parte del mundo desde que asumió su cargo. En vista de la cambiante correlación de fuerzas en los mercados mundiales y de la avidez de Alemania por materias primas como el litio y el gas, se necesita urgentemente una estrategia adecuada para Latinoamérica. 

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, no ha visitado aún América Latina. Imagen: Michael Kappeler/dpa/picture alliance

En respuesta a una consulta de DW, el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores recordó que en 2019 lanzó "laIniciativa para América Latina y el Caribe. El Gobierno Federal considera esta iniciativa como la base de su acción de política exterior en la región". Pero esa estrategia se remonta a la época anterior a las grandes crisis, es decir, a la pandemia y la guerra de agresión rusa contra Ucrania. Desde entonces, mucho ha cambiado. 

Nuevos compromisos 

La nueva realidad ya ha obligado al gobierno akemán a pasar por alto sus propios principios. Por ejemplo, se está aumentando la importación de carbón fósil de Colombia, aunque el impacto en las comunidades indígenas que viven allí es, como mínimo, controvertido. 

Además de la orientación política, falta una estrategia económica de acompañamiento. Alemania apoya el proceso de paz en Colombia con pagos millonarios para la sociedad civil, una comisión de verdad y un instituto de la paz, pero no acompaña este compromiso con iniciativas económicas. Como resultado, mientras que China aumentó su volumen de exportación a Colombia de 8,8 a unos 15,000 millones de euros entre 2016 y 2021, el balance de las exportacines de Alemania se estancó subiendo marginalmente de 1,400 a 1,600 millones de euros.

(ng/ers)