Las democracias de América Latina no han logrado erradicar prácticas que las dictaduras perfeccionaron. “Se ha perdido un sentido de aborrecimiento de la tortura”, lamenta el exrelator especial de la ONU en la materia.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Shephard
Publicidad
El joven "fue sometido a graves vejámenes constitutivos de tortura. Lo más grave son las vejaciones de índole sexual. Lo obligaron a desnudarse, sin ropa interior; y estando esposado y golpeado, entendemos que fue objeto de abuso sexual por parte de Carabineros con el bastón de servicio”, relató a la prensa el abogado Pablo Rivera. Este caso no ocurrió en el Chile de la dictadura de Pinochet, sino en el Chile democrático de 2019. Fue una de las muchas denuncias que registró el Instituto Nacional de Derechos Humanos, en el marco de la represión de las protestas de octubre. En total, se presentaron 951 querellas por torturas y tratos crueles.
"El uso excesivo de la fuerza en la represión de manifestaciones, por ejemplo, en determinado momento puede ser de tal intensidad y tal gravedad que es equiparable al trato cruel, inhumano y degradante, y hasta a la tortura”, dice a DW el abogado argentino Juan Méndez, quien entre 2010 y 2016 fue relator especial de la ONU sobre la materia.
Escalada de brutalidad
Estas prácticas, de antigua data, persisten en muchos países de América Latina. Amnistía Internacional señala que no hay cifras fiables que permitan tener una visión panorámica del continente. "Obviamente, son más notorios los casos de perseguidos políticos, como los ha habido en Venezuela, y más recientemente en Nicaragua. Pero también hay tortura bastante generalizada en México, donde no se dirige contra un enemigo político, sino contra los que se consideran parte del crimen organizado”, señala Méndez, miembro del consejo directivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. En el caso mexicano inciden además muchos factores, como la venganza y los intereses por negocios ilegales, hace notar en entrevista con DW Sefan Rinke, profesor del Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín, quien destaca que "también el crimen organizado practica la tortura de manera brutal, y se produce una escalada”.
Juan Méndez, ex Relator Especial de la ONU sobre la tortura (Archivo).Imagen: picture-alliance/dpa
Pero el fenómeno es más amplio y profundo. "Incluso en países donde no hay violencia política de ningún tipo, y ni siquiera violencia del crimen organizado, subsiste la tortura, y es más grave cuando se trata de personas de los estratos sociales y económicos más bajos, o bien de personas pertenecientes a poblaciones indígenas o afrodescendientes”, subraya el exrelator de la ONU, actualmente profesor del Washington College of Law, de la American University.
Tortura de "baja intensidad”, igualmente brutal
¿Por qué siguen siendo frecuentes estas prácticas, incluso en democracias? "Latinoamérica no necesitó a las dictaduras para descubrir la tortura”, apunta Rinke, aunque los regímenes militares la llevaron a otra dimensión, practicando el terrorismo de Estado. El problema, a su juicio, es que tras ese período, en muchos países no se llevaron a cabo reformas de fondo en los organismos policiales y militares, que exhiben una gran continuidad. Debido a la impunidad, han podido continuar con estas prácticas, si bien no con la misma intensidad ni sistematicidad. "Ahora no estamos confrontados con los clásicos regímenes torturadores de los años 70, sino más bien con una tortura de ‘baja intensidad', igualmente brutal y que causa igual daño, pero que no es tan fácil de reconocer”, explica a DW el experto en historia de América Latina.
"La tortura del enemigo político es mucho más visible, especialmente porque las clases medias se identifican rápidamente con las víctimas”, destaca Juan Méndez. Considera que en democracia se puede confiar en erradicar la tortura política, "pero lamentablemente la tortura en la investigación de delitos, la tortura dirigida a sectores sociales marginados, persiste”, apunta.
El populismo baja el nivel de repudio a la tortura
El abogado de derechos humanos destaca que los esfuerzos de reforma policial "han chocado con la actitud de ciertos políticos que se hacen elegir prometiendo mano dura, aunque saben o deberían saber que esos métodos no son eficaces para luchar contra el delito”. En este sentido, el auge del populismo está bajando el nivel de repudio a los excesos policiales.
El diagnóstico de Stefan Rinke es preocupante. "Por el momento hay un estancamiento, por no decir que los signos apuntan en algunos países hacia un retroceso”. Menciona los ejemplos de Venezuela, Nicaragua, México. Y, como "caso extremo", el de Brasil, "donde al parecer incluso el discurso público apunta a justificar de nuevo la tortura”.
"Se ha perdido un sentido de aborrecimiento de la tortura, que yo creo que antes era más generalizado”, dice, por su parte, Méndez, lamentando algunos signos de derrotismo. "Es un factor que he visto durante mis seis años como relator, pero también quiero decir que he visto algunos esfuerzos serios por erradicar la tortura”. Su mensaje, en todo caso, es esperanzador: "Lo peor que podemos hacer es bajar los brazos y decir que esto no se puede corregir. Yo sí creo que se puede aspirar a un continente libre de torturas, tal vez no en lo que me queda de vida, pero sí para la vida de mis hijos y mis nietos”.
(cp)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Hablan las víctimas de la dictadura de Pinochet
Una exposición en Berlín da la voz a las víctimas de la dictadura de Pinochet a 45 años del golpe de Estado contra Salvador Allende.
Imagen: José Giribás
Villa Grimaldi (Cuartel Terranova), Santiago de Chile
En la parte suroriente de Santiago se encuentran las instalaciones de lo que era un restaurante que fue confiscado a su dueño por la Junta militar. Hasta 1977 fue usado por la DINA como centro de detención y de tortura, posteriormente por la organización sucesora CNI. En 1988 el edificio fue destruído. Unas 4.500 personas estuvieron recluídas, 18 fueron ejecutadas y 226 continúan desaparecidas.
Imagen: Jose Giribas
Colonia Dignidad
Colonia Dignidad es un asentamiento fundado en 1961 en la comuna de Parral, al sur de Chile, que albergó a una comunidad alemana que llegó de la mano del ciudadano alemán Paul Schäfer, acusado de pederastia. El enclave se hizo célebre como centro de detención y de tortura durante la dictadura de Pinochet.
Imagen: Jose Giribas
Adriana Bórquez Adriazola
Miembro del Partido Comunista de Chile, fue detenida en abril de 1975 y llevada a Colonia Dignidad. Fue detenida posteriormente en el centro de detención conocido como Venda Sexy, en donde los prisioneros sufrían torturas sexuales. "Nunca me imaginé que una persona podría sufrir semejantes humillaciones ni me imaginé que se puede llegar a tal sadismo".
Imagen: José Giribás
Venda Sexy (Cuartel Tacora), Santiago de Chile
La casa expropiada de manos privadas en 1974, fue utilizada por la DINA como prisión clandestina, de tortura y exterminio. Un centenar de personas fueron retenidas, 32 de ellas siguen desaparecidas. El nombre Venda Sexy se debe a que hombres y mujeres retenidos aquí sufrieron tortura sexual.
Imagen: Jose Giribas
Londres 38 (Cuartel Yucatán)
La casa se encuentra en el centro de Santiago, originalmente era la central del Partido Socialista de Chile. De 1973 a 1975 fue la central secreta de detención y de tortura de la DINA. Unas 2.000 personas estuvieron detenidas, 84 hombres y 14 mujeres siguen desaparecidas. A fines de los años 70 se cambió el número de la casa en 40 para dificultar su ubicación.
Imagen: Jose Giribas
Oscar Castro Ramírez
Fue de los fundadores en 1966 de la escuela de teatro Aleph en Chile. El 20 de noviembre de 1974 él y su hermana fueron detenidos y llevados a la Villa Grimaldi. Unos días más tarde su madre y su cuñado, un miembro del MIR, acudieron a la policía secreta para reclamar. Fueron detenidos y desaparecidos. Después de pasar por varios centros de detención, Oscar Castro emigró a Francia en 1976.
Imagen: José Giribás
Palacio de las Sonrisas, Punta Arenas
La casa en la calle Cristóbal Colón 636 en el centro de Punta Arenas fue en la década de los años 50 la central de la Cruz Roja y un hospital provisional de la Marina. De 1973 a 1976 fue el mayor centro de detención y de tortura en el sur de Chile. Hasta unas 1500 personas fueron detenidas y torturadas.
Imagen: Jose Giribas
Haydee Oberreuter Umazabal
Unos días después de que su madre y su hija de un año y medio fueran detenidas en Valparaíso, Haydee fue detenida en Santiago y llevada al Cuartel Silva Palma en Valparaíso. Tenía un embarazo de cuatro meses y le provocaron un aborto. Fue interrogada en diversos centros de tortura hasta que por presión internacional fue liberada. Pese a que varios países le ofrecieron asilo, permaneció en Chile.
Imagen: José Giribás
Estadio Nacional, Santiago de Chile
Poco después del golpe militar el 11 de septiembre de 1973 se produjeron detenciones en sindicatos, partidos de izquierda, universidades y fábricas. Los detenidos eran llevados a cárceles provisorias. La más tristemente célebre fue el Estadio Nacional de Santiago, en donde fueron detenidas unas 40.000 personas. Unas 40 fueron ejecutadas.
Imagen: Jose Giribas
Casa en la calle de Pedro Donoso 582, en el barrio de Recoleta
En esta casa fue escenificado un supuesto enfrentamiento entre miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) para ejecutar a siete prisioneros. Conocida como "Operación Albania" o "Matanza de Corpus Cristi", dejó un saldo de 12 ejecutados.
Imagen: José Giribás
Higinio Alfonso Espergue Córdova
Fue miembro del Comité Central del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y detenido el 3 de abril de 1975. Fue torturado en la Villa Grimaldi, posteriormente llevado a 3 Álamos y después al centro Melinka. En 1976 fue liberado, un año después pasó a la clandestinidad y en 1983 fue nuevamente detenido. Fue puesto en libertad en 1991.
Imagen: José Giribás
José Domingo Cañas 1367 (Cuartel Ollagüe), Santiago de Chile
En el barrio de Ñuñoa, en Santiago, se encontraba la propiedad de un sociólogo brasileño que emigró tras el golpe. La Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) utilizó la casa como cárcel y centro de tortura y exterminio hasta 1974. Luego la usó la CNI hasta 1987, cuando pasó a manos privadas. En 2001 fue destruída por sus propietarios para evitar que se convirtiera en lugar de la Memoria.
Imagen: Jose Giribas
Cuartel Borgoño, Santiago de Chile
Borgoño 1470, tanto el terreno como el edificio eran parte de la facultad de Medicina de la Universidad de Santiago. De 1977 a 1990 fue central de los servicios secretos CNI. Entre 1980 y 1987 fue cárcel clandestina y centro de tortura.
Imagen: Jose Giribas
Patricia Zalaquett Daher
Fue detenida por agentes de los servicios secretos CNI en Concepción, en agosto de 1984, mientras esperaba la salida de su hija de 4 años del kinder. La detención tuvo lugar en el marco del operativo "Alfa Carbón", que ejecutó a siete miembros del MIR, entre ellos, Nelson Herrera, su marido. Fue torturada en Cuartel Borgoño. Apenas en 2007 fue declarada libre de todas las acusaciones.