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América Latina: las industrias de extracción en transición

Violeta Campos30 de abril de 2013

Pese al auge de la industria extractivista latinoamericana, el experto peruano Carlos Monge se pronuncia en favor de una sociedad posextractivista. ¿Cuáles son los retos a corto y largo plazo para el continente?

Imagen: dapd

Los ingresos provenientes de recursos naturales le han procurado un fuerte crecimiento económico al continente latinoamericano. No obstante, Carlos Monge, coordinador para América Latina del Revenue Watch Institute y experto en política extractivista sustentable, se pronuncia por una transición gradual hacia una sociedad posextractivista en la región. Es decir, reorganizar el sector de las industrias de extracción de recursos naturales como los minerales, el gas y el petróleo para que atienda las demandas de calidad de vida y de protección ambiental y dejar de depender del comercio exterior de las materias primas.

Si bien la minería y el petróleo financian el crecimiento de las economías latinoamericanas, éstas se han vuelto dependientes de las industrias extractivistas para poder asegurar los niveles de crecimiento de los últimos años. Asimismo, la acumulación sin precedentes de rentas públicas confronta a los países con el reto de un manejo adecuado, indica Monge durante la conferencia “Extracción de recursos naturales y desarrollo sustentable en América Latina”, organizada por el Instituto Alemán de Desarrollo (DIE, por sus siglas en alemán) y el Instituto SÜDWIND, el pasado lunes (29.04.2013), en Bonn.

Carlos Monge, experto en política extractivista sustentable.Imagen: DW/V. Campos

El experto peruano también hace hincapié en los conflictos sociales que genera la explotación de las materias primas y señala que la resistencia se da, sobre todo, por miedo a perder el acceso al agua, ya sea por contaminación o uso excesivo.

“Los programas sociales no solucionan estructuralmente la pobreza”

Países como Perú, Bolivia y Ecuador financian y fomentan gran parte de sus programas sociales a través de la renta minera y petrolera. ¿Pero es esta una manera eficaz y sustentable para combatir la pobreza?

La renta minera y petrolera financia los programas sociales.Imagen: picture-alliance/dpa

“Hay poblaciones extremadamente pobres que enfrentan situaciones de urgencia, allí no se puede esperar años a que alguna nueva estrategia elimine de manera estructural la pobreza. Sin embargo, no creo que los programas sociales solucionen estructuralmente la pobreza. No es eficiente ni sostenible a largo plazo. La solución es por medio de nuevas políticas que permitan que los pequeños productores urbanos y rurales accedan de manera exitosa al mercado”, explica el experto del Revenue Watch Institute, en entrevista con DW.

Condiciones para las inversiones europeas

Como consecuencia de la crisis económica, los países europeos no solo compiten por los recursos naturales de América Latina, sino que también buscan invertir su capital en la industria extractivista. Al respecto, Monge plantea cuatro condiciones para las inversiones de países del viejo continente en ese sector: Primeramente, solo se deberían permitir inversiones en países que hayan firmado la Iniciativa de Transparencia en la Economía Extractivista (EITI, por sus siglas en inglés), un programa enfocado en aumentar la transparencia de los pagos e ingresos en esa industria.

Seguidamente, debería haber una previa consulta de la población afectada. Esta consulta no solo incluye a los pueblos indígenas, según la Convención 169 de la OIT, sino que va más allá para convertirse en un derecho universal. En tercer lugar, el experto propone la zonificación ecológica y económica que permitirá combinar de manera participativa los conocimientos técnicos con los conocimientos populares respecto de los recursos y su uso en un territorio determinado. Finalmente, Europa debería fomentar la diversificación de las economías latinoamericanas.

En la conferencia en Bonn, Monge se pronunció por el posextractivismo.Imagen: DW/V. Campos

La iniciativa Yasuní: ¿un modelo para la región?

El representante del Revenue Watch Institute también deja clara su postura sobre la iniciativa ecuatoriana Yasuní: “Ésta permitió ver que se puede pensar de otra manera , que alguien en un país puede decir ‘allá hay un territorio indígena con dos pueblos en aislamiento voluntario y merecen respeto. No tenemos el derecho de quitarle a la humanidad la concentración más rica de biodiversidad del planeta. Necesito esa renta, pero la puedo conseguir de otra manera, voy a pedir que me paguen por no extraer.' Esas tres cosas me parecen fantásticas”.

Al mismo tiempo, señala que aún está en discusión la viabilidad financiera de la iniciativa y que el modelo no es replicable a escala global.

“Quizá el mejor ejemplo es Costa Rica”

El camino que le queda por recorrer a los países latinoamericanos hasta convertirse en sociedades posextractivistas aún es largo, pero, en la actualidad, ya se perciben diferentes avances y aproximaciones. Según Carlos Monge, “quizá el mejor ejemplo es Costa Rica, que decidió no ser extractivista. Hace muchos años apostó por el turismo y la biodiversidad y tiene prohibido la minería de tajo abierto, el uso de mercurio y cianuro.”

Dentro de los países con actividad extractiva hay otros ejemplos. Chile ha invertido una parte significativa de su renta del cobre en ciencia y tecnología, lo que le ha permitido desarrollar otros sectores económicos como la forestación comercial, la cría de salmón, el cultivo de frutales y de vino. Brasil, por su parte, tiene planeado dedicar una parte importante de la renta petrolera a la educación, y Panamá ha declarado los territorios indígenas como zona de exclusión total de actividades extractivas. En Perú, varias regiones han hecho procesos de zonificación ecológica y económica, y Argentina prohibe la actividad minera en la base de los glaciares.

Autor: Violeta Campos

Editor: Enrique López Magallón

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