"América Latina se ha convertido en corredor de migrantes"
Camilo Toledo-Leyva
17 de diciembre de 2021
El éxodo venezolano y las caravanas de centroaméricanos han hecho que la región se convierta en un inmenso corredor de migrantes, según expertos, que en el Día Mundial del Migrante alertan que la situación es "precaria".
Publicidad
56 migrantes centroamericanos muertos y el doble de heridos dejó el 9 de diciembre de 2021 la volcadura de un camión en una carretera del estado mexicano de Chiapas, al sureste del país. Una fatídica antesala del Día Mundial del Migrante, que se conmemora el 18 de diciembre. En el camión viajaban más de 150 migrantes escondidos y hacinados con un único sueño: llegar hasta Estados Unidos.
"Lo más lamentable es que ha sido una tragedia evitable, porque desde muchos flancos se advirtió el riesgo que están corriendo los migrantes. La política migratoria de México y de todo el continente tiene grandes deficiencias que se convierten en riesgos para las personas", dice en entrevista con DW Ana Saiz, directora de la organización civil mexicana Sin Fronteras.
De acuerdo con cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), actualmente hay en el mundo unos 281 millones de migrantes internacionales, que equivalen al 3,6 por ciento de la población mundial. De ellos, 59 millones (21 por ciento) se encuentran en América del Norte y 14,8 millones (5 por ciento) en América Latina y el Caribe.
Sueño americano truncado
"Latinoamérica se ha convertido en un inmenso corredor de migrantes hacia el norte y hacia el sur”, explica Luis Thayer, profesor especialista en migración de la Universidad Católica Silva Henríquez, de Chile. En la década de 1990 y principios de 2000, recuerda el experto, migraba gente de clase media, pero hoy en día migran los más pobres. "Salen a pie con lo que tienen puesto, se mueven en condiciones de mucho riesgo y encuentran fronteras cerradas", afirma Thayer.
Los flujos migratorios a lo largo del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), por ejemplo, se contrajeron significativamente en 2020 y gran parte de 2021 debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus, pero, con el avance de la vacunación y la reactivación de la economía estadounidense, las caravanas de migrantes han vuelto a cobrar fuerza.
Y las cifras de migrantes detenidos en México lo demuestran: entre enero y octubre de 2021, México detuvo a más de 228 mil migrantes y deportó a unos 82 mil, una cifra que no se registraba desde hace 15 años. Además, 123 mil personas solicitaron refugio, tres veces más de lo que se reportaba cada año. Por su parte, Estados Unidos detuvo este año a 1,7 millones de indocumentados en su frontera sur, otra cifra histórica que duplica el récord anterior.
El drama venezolano y haitiano
Otro de los dramas de la región es el éxodo venezolano, que mundialmente es solo superado por el sirio. Sobre la cantidad exacta de migrantes venezolanos no existen estadísticas oficiales, pero la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela, que depende de Naciones Unidas, ha informado de 6.038.937 migrantes venezolanos en todo el mundo. De ellos, 4.992,664 están en América Latina y el Caribe.
Si bien los principales países receptores, como Colombia, Perú, Chile o República Dominicana, han hecho esfuerzos para regularizar a los migrantes venezolanos, todavía haría falta una mejor coordinación regional. "Nos falta una institución que permita coordinar entre los países, porque es muy difícil resolverlo bilateralmente. No se puede seguir entendiendo la frontera como una línea. La gente se moviliza atravesando los países, donde también se encuentran con la xenofobia", asegura el académico chileno.
En ese punto, Thayer recuerda el ataque a venezolanos en septiembre en el norte de Chile, donde las pertenencias de los migrantes fueron quemadas, algo que reflejaría el abandono del Estado en políticas migratorias: "No se puede dejar que la migración sea gestionada por la mano invisible del mercado. El Estado tiene que estar presente en las comunidades", sostiene Thayer. Asimismo, agrega, la sociedad tiene que entender que "hoy migran los venezolanos o haitianos, pero mañana le puede tocar a cualquiera".
La violencia, un nuevo factor común
Por su parte, la activista mexicana Saiz señala que también los haitianos son otro de los grupos de migrantes más discriminados y se encuentran en una situación especial de vulnerabilidad. "Los haitianos están llegando a México desde Chile o Brasil. Debido a la pandemia, su situación se precarizó y perdieron sus trabajos en esos países, donde también eran víctimas de racismo o estigmatización", cuenta la experta.
"No se les puede devolver a Haití debido a todas las crisis que el país afronta, como el terremoto, el huracán o el magnicidio”, apunta Saiz. Y para estas personas sería difícil obtener asilo en el sistema mexicano o estadounidense, porque solo calificarían como migrantes económicos. "Ese es un claro ejemplo de cómo se tendría que abrir una opción de regularización migratoria para esta población", dice la directora de Sin Fronteras.
Las principales razones por las que huyen los migrantes latinoamericanos son las crisis políticas, económicas y la miseria, pero cada vez se hace más evidente un común denominador: la violencia. "La violencia y las inseguridades que viven en sus países los llevan a buscar condiciones más seguras. Huyen de las pandillas de Centroamérica, del narcotráfico en México o de la inseguridad en Venezuela", comenta el profesor Thayer.
Publicidad
Ante fronteras cerradas, rutas más riesgosas
Y mientras que en su camino se les cierran las fronteras o son extorsionados por "coyotes", los migrantes buscan rutas más riesgosas para ingresar, como la selva o los desiertos. "La migración se va a seguir produciendo porque somos la región más inestable en temas políticos o económicos. Ahora estamos viviendo una realidad muy excepcional", indica Thayer.
Al mismo tiempo, resalta el experto chileno, la región es el origen y destino del 80 por ciento de los migrantes latinoamericanos, lo que podría significar una ventaja: "Estas cifras también nos dicen que hay oportunidades de integración y de articulación que no tienen otros sistemas, como Europa, que recibe migrantes de Asia o África. Tenemos el mismo idioma o una cultura e historia en común".
Sin embargo, insiste la directora de Sin Fronteras, las políticas migratorias siguen siendo dictadas "tristemente por el miedo, la discriminación y la xenofobia". "No tiene sentido desde el punto de vista económico. En Estados Unidos o Inglaterra, por ejemplo, tienen problemas por la poca mano de obra", señala Saiz. En general, agrega, "todavía hay mucho por hacer para enfrentar nuestra realidad".
(ms)
El Tapón del Darién: la ruta migratoria más letal de las Américas
El Tapón del Darién es una selva indómita. Este istmo, que une a Suramérica con el resto del continente, es la última alternativa para los migrantes que arriesgan perder la vida, antes que perder la esperanza.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
La selva que ni los españoles ni los ingenieros lograron vencer
Durante siglos, pocos se atrevían a cruzar el Tapón del Darién, la selva que conecta a Suramérica con Centro y Norteamérica. Pero, desde 2004, tras la fundación de Frontex, la guardia que blinda la UE, migrantes asiáticos y africanos descubrieron el Darién para llegar a EE.UU. En 2021 la cruzaron 95.000, en su mayoría haitianos, cubanos y venezolanos. Hasta septiembre de 2022, ya eran 158.000.
Imagen: Lee Dalton/Avalon/NHPA/picture alliance
Mejor parques naturales que autopista Panamericana
La Panamericana recorre 25.750 kilómetros de Tierra del Fuego hasta Alaska, pero un tramo de 100 kilómetros impide la conexión. Ni Panamá ni Colombia han cedido a construir autopista o carrilera. Hoy la opción es ecológica. La región alberga dos parques naturales: Katíos en Colombia, y Darién, en Panamá, con 5790 km², Patrimonio de la Humanidad y mayor Reserva Biosfera de América Central.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
El Tapón del Darién es también territorio de indígenas
La selva entre Colombia y Panamá no es un territorio de nadie. Le pertenece también a diversas etnias indígenas, como los Emberá-Wounaan (en la imagen) y Guna Yala que viven en dos decenas de comunidades. A su lucha por la defensa de su territorio y la deforestación para el cultivo de coca, se agrega la incursión de miles de migrantes y refugiados. Y, detrás de ellos, los traficantes de personas.
Imagen: Sergi Reboredo/picture alliance
El Darién, una joya de la biodiversidad en las Américas
El continente americano duró 60 millones de años separado. El geofísico alemán Alfred Wegener basó su teoría de la deriva continental en el estudio de la unión del Istmo de Panamá que produjo el Gran Intercambio Biótico Americano. Gracias a este, hay llamas y jaguares en Suramérica, colibríes en Centroamérica y pumas en EE.UU. El Darién alberga más de 2.300 especies de árboles. Norteamérica mil.
Imagen: Avalon.red/NHPA/picture alliance
Necoclí: el número de refugiados supera al de habitantes
Una familia haitiana acampa en la terraza de una casa de familia en Necoclí. Los refugiados huyen de sus países y llegan hasta aquí por muchas razones: islamistas en África, terremotos y el asesinato del presidente en Haití, las dictaduras en Cuba y Venezuela y el regreso de los talibanes en Afganistán. Necoclí tiene 20 mil habitantes y más del doble de aspirantes a sobrevivir el paso del Darién.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
Países de tránsito, superados por la crisis y sin solución a la vista
Colombia recibe a los refugiados de Ecuador y el Caribe y les concede un salvoconducto para cruzar el país rumbo a Panamá. El 6 de agosto, la canciller panameña, Erika Mouynes, y su homóloga y vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, acordaron que el puerto de Necoclí solo podía vender 500 pasajes diarios hacia Capurganá, la antesala de la selva. Una restricción que ha empeorado el atasco.
Imagen: Ivan Valencia/AP Photo//picture alliance
La opción que obliga a huir: "Morir en Haití, o morir fuera de Haití"
Una madre con su bebé en brazos cruza un río, ya rezagada. A los haitianos solo les queda dos opciones: “Morir dentro o morir fuera de Haití”, dice a DW el científico colombo-haitiano, Wooldy Edson Louidor. Además, la pandemia dejó sin sustento a miles de los 200.000 refugiados haitianos en Chile y 80 mil en Brasil. Louidor pone la crisis en una frase: "Esto es una estampida de la desesperación".
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Al límite de tirarse al mar en cualquier objeto que flote
Debido al límite de embarques diarios exigido por Panamá a Bogotá, la situación en Necoclí es cada vez más precaria. El pueblo está desbordado y la mayoría tiene que esperar hasta un mes para conseguir un cupo en un bote. Pero como tienen que cubrir los costos de alojamiento y comida, muchos se quedan varados, o buscan cruzar el golfo en cualquier cosa que flote.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Capurganá, de paraíso caribeño a puerta de entrada al "infierno verde"
Capurganá era un caserío que vivía de sus playas y la brisa del mar Caribe que atraía a los turistas que prefieren un bohío de la etnia kuna a los resorts de cadenas hoteleras. Hoy, Capurganá y su vecina Acandí, conocida por las tortugas Carey, reciben a los migrantes que cruzan el golfo de Urabá en bote, procedentes de Necoclí, camino a internarse en la selva. Con sus bellezas y amenazas.
Imagen: Migración Colombia
Pies secos sobre el primer río, pero falta una veintena
Migrantes pasan con los pies secos el primer río de la travesía iniciada en Acandí. Las carretas tiradas por caballos se devolverán una vez los dejen en la otra orilla. Los refugiados tendrán que cruzar a pie una veintena de ríos más. La travesía dura entre 6 a 10 días. Quienes se internan en la selva, se precian de haber sobrevivido a los numerosos naufragios en el golfo de Urabá.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
El Darién no es una jungla tropical como el Amazonas
El Darién forma parte del istmo de Panamá que divide el océano Pacífico y el mar Caribe. Esta selva no es una llanura como el Amazonas sino una quebrada serranía con alturas de hasta 1.340 metros y decenas de caudalosos ríos que arrastran a mujeres, niños y hombres. La desesperación en Haití, Venezuela, Cuba, Palestina, Afganistán y Somalia es mayor al temor a perecer en el Darién.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
A muchos, lo que les espera al otro lado del Darién es una sepultura
No importa si las víctimas fatales durante la travesía del Tapón del Darién eran musulmanes, budistas o ateos, en todo caso reciben una sepultura católica. Un acto de misericordia del sacerdote de Agua Fría, en Panamá, aquí en el cementerio. La OIM ha reportado 50 muertes este 2021, socorristas parten de 200 víctimas por agotamiento, los ríos, las caídas, las serpientes y los depredadores humanos.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
A los migrantes también los persigue el coronavirus, la malaria, el dengue y el zika
La pandemia sigue expulsando a muchos migrantes de países que los acogían, pero el coronavirus los persigue en su ruta. Tras varios casos de COVID-19 en Necoclí, Colombia lanzó una campaña para vacunar a los migrantes contra el coronavirus. Pero en el Tapón del Darién les esperan los mosquitos que transmiten malaria, dengue, chikungunya y zika. La emergencia es también sanitaria.
Imagen: Migración Colombia
“Ruta humanitaria” a través del continente
Un cubano llega herido a Panamá. El 12 de octubre de 2021, otro naufragio en el golfo de Urabá dejó 8 muertos y otros tantos desaparecidos. Oenegés humanitarias piden crear urgentemente una "ruta humanitaria", porque la crisis es "una bomba de tiempo". Desde que a Necoclí llegó la noticia de que Biden está deportando a haitianos, muchos quieren devolverse, pero el flujo de los que llegan no para.
Imagen: Arnulfo Franco/AP Photo/picture alliance
¿Cumbre de las Américas para atender la crisis migratoria?
Un joven recupera fuerzas en Meteti, Panamá. La presión en el Tapón del Darién sube y amenaza con cobrar muchas más vidas. Por ello, diversas oenegés proponen una “Cumbre de las Américas para la migración” con todos los países de tránsito y destino, y también con los gobiernos que causan el éxodo. Autor: José Ospina-Valencia