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Amazonas: exuberantes selvas tropicales, suelos inservibles.

Judith Hartl
23 de agosto de 2019

La selva tropical de Brasil está en llamas y todo se ha perdido debido a su suelo infértil, el más pobre en nutrientes del mundo.

Ecuador Amazonas Regenwald
Imagen: picture-alliance/robertharding

En ningún otro lugar del mundo es tan alto el número de especies de animales y vegetales como en la selva amazónica. Ni siquiera en las selvas tropicales de Asia o África. La región amazónica tiene más especies por kilómetro cuadrado que toda Europa. En una hectárea, los investigadores pudieron identificar más de 450 especies de árboles, y solo para darse una idea, en toda Alemania no hay ni siquiera 100 especies de árboles.

Riqueza de especies única

Se habla de decenas de miles de especies de plantas, incluyendo numerosas plantas medicinales, más de 2,5 millones de insectos, 1.300 aves, 430 mamíferos, más de 3.000 especies de peces, y cientos de diferentes tipos de anfibios y reptiles. Cada año se descubren numerosas especies y muchas de ellas aún no han sido vistas por los humanos.

Las selvas tropicales son una gigantesca acumulación de biomasa. Hay árboles gigantescos que crecen hasta una altura de 60 a 80 metros. Es tal su altura que, en algunos casos, la parte de abajo es muy oscura y húmeda, debido a que las copas de los árboles están tan cerca unas de otras que parecen una alfombra verde. La luz del sol apenas toca el suelo, pero sí se hace presente cerca de las copas de los árboles, donde viven la mayoría de los animales: monos, pájaros, insectos, también serpientes y anfibios.

Gráfico de la deforestación amazónica en 32 años: 1985-2017.

Vegetación exuberante, suelos estériles

En este universo de selva tropical hay infinitos nichos para los animales. Si algo hay es riqueza de alimentos, hojas, semillas, frutas y nutrientes en abundancia. El secreto está en las plantas, que almacenan el CO2 que los árboles extraen de la atmósfera a medida que producen oxígeno.

Lo sorprendente es que, contrario a la vegetación exhuberante y rica en nutrientes, el suelo de la selva amazónica es el más pobre e infértil del mundo. La delgada capa de humus se puede eliminar con facilidad tras las lluvias que "limpian" precediendo a los tiempos de sequía: lo que queda es un suelo inservible.

El contraste entre el verde de los árboles y el color de la arena en los suelos amazónicos.Imagen: Imago Images/blickwinkel

Pero, ¿por qué sucede eso?

La selva tropical se nutre a sí misma, y la mayoría de los nutrientes son absorbidos por las plantas antes de llegar al suelo. Es una especie de ciclo sobrenatural. Los pocos restos vegetales que llegan al suelo son hojas o ramas que en poco tiempo descomponen los hongos y bacterias gracias al clima cálido y húmedo durante todo el año. Los nutrientes liberados, como el potasio, el calcio y el magnesio, son inmediatamente reabsorbidos por las raíces.

No queda prácticamente nada para el suelo, ni siquiera puede formarse una capa fértil de humus. A pocos centímetros por debajo de la capa superior del suelo no se encuentra más que arena o arcilla. Todos los nutrientes de la selva tropical se almacenan en las propias plantas, no en el suelo. Por lo tanto, para la agricultura, los suelos de la selva tropical sólo pueden utilizarse durante lapsos muy cortos.

(ee/jov)

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